«Quien no tiene familia que le apoye lo está pasando mal»
Los 79 empleados del parque de atracciones Tívoli World llevan más de un año trabajando, pero sin cobrar tras la venta de la propiedad
Los 79 empleados de Tívoli World llevan un año acudiendo a trabajar cada día a este parque de atracciones a pesar de que acumulan 13 meses sin cobrar y de que las instalaciones, en Benalmádena (Málaga), están cerradas y no tienen agua ni luz. Están en medio de una maraña legal que, esperan, se resuelva de forma que puedan seguir operando. O, al menos, ser despedidos para acceder a prestaciones por desempleo.
Detrás de todo hay dos empresas, la actual propietaria Tremón –que nunca llegó a explotar el parque– y la anterior, Cipasa, propiedad de Rafael Gómez Sánchez Sandokán, uno de los condenados por el caso Malaya. Y ha habido de por medio concursos de acreedores, que han hecho que ahora mismo Tívoli World esté en manos de un administrador concursal que ha pedido que se extinga la relación laboral entre los trabajadores y la empresa. También quieren que Tremón se encargue de ellos después, ya que en la venta se recogía la subrogación de los empleados. Pero, mientras se resuelve, se encuentran en ese limbo.
Tras la venta de Cipasa a Tremón, la primera continuó controlando el parque y a los trabajadores durante años. «Cipasa no dejaba que se hiciese cargo de su propiedad porque decía que había cuentas pendientes de la compra», explica Lola Villalba, secretaria general de Servicios de Comisiones Obreras en Málaga. Cipasa, asegura Villalba, «ha ido aprovechándose de esa situación». Según denuncia la sindicalista, que ejerce de abogada de los trabajadores, en este tiempo la compañía no ha pagado a Hacienda ni a la Seguridad Social y acumula una deuda de nueve millones de euros: «Se han llevado todo el dinero que han podido».
En 2019 Tremón había enviado a concurso necesario de acreedores a Cipasa y entró un administrador concursal. Antes las relaciones entre ambas empresas ya eran complejas, pero el parque funcionaba con normalidad. «Nosotros en ese momento estábamos al margen porque estábamos trabajando, no teníamos problemas», recuerda Juan Ramón Delgado, presidente del comité de empresa y uno de los afectados.
«El parque estuvo abierto en agosto y septiembre», rememora Delgado. Después cerró y el administrador mandó a los trabajadores a un ERTE que ya tenían negociado con la explotadora, pero al terminar coincidió con la pandemia y el administrador no volvió a abrir Tívoli World porque necesita para ello autorización judicial. Hay, por lo tanto, 79 personas –27 son indefinidos y el resto, fijos discontinuos– que están dados de alta, pero no cobran. Han pedido al administrador que solicite al Fogasa que les ingrese cuatro meses de salario. «Será un alivio para estos días que vienen de Navidad», reconoce su abogada.
En el año 2022, una sentencia del Supremo ya dijo que la posesión era de Tremón. El problema es que para los empleados ya era tarde. Con esa sentencia, además, se planteó un conflicto colectivo ante la Sala de lo Social de la Junta de Andalucía porque consideraban que si la compañía se hacía cargo de Tívoli World también tenía que subrogar a sus trabajadores. No les dio la razón, pero han recurrido la decisión al Tribunal Supremo. Será, en cualquier caso, otra vía. Lo primero es cobrar.
«A estas alturas lo que estamos esperando es que la jueza de lo mercantil de Málaga extinga en un auto a todos los trabajadores y trabajadoras», detalla Villaba. Así, esas personas podrán cobrar el desempleo –quien tenga– y se cerrará el concurso de Tremón y de Cipasa. «Nos hemos reunido hasta con San Pedro, pero nadie nos ha hecho ni caso», denuncia la abogada.
Así, el caso no termina de cerrarse y los trabajadores tratan de ser escuchados. Han denunciado su situación a través de famosos, han hecho vídeos explicando todo y siguen acudiendo cada día a un parque fantasma para realizar tareas de mantenimiento. «Aquí estamos todos los días para que no se deteriore mucho y no entren los ladrones», ilustra el trabajador. «No tenemos agua ni luz y podemos hacer pocas cosas, pero estar, estamos aquí».
PARQUE HISTÓRICO
Delgado atiende a EL MUNDO por teléfono, con voz cansada, en una de esas jornadas que pasan en Tívoli World. «Hay personas un poco mayores, como es mi caso», explica, a sus 65 años. Cree que «estamos pagando las consecuencias de la mala gestión de una y otra empresa» y «hay compañeros que le deben ya un dineral a la familia». «Hay quien ha vendido joyas, quien se ha tenido que cambiar de casa porque ya no tiene para pagarla», desgrana. «12 meses sin coger un euro es duro; el que no tiene familia que le apoye lo está pasando muy mal».
El parque se inauguró en mayo de 1972, tiene 29 atracciones –entre ellas, tres montañas rusas y un túnel del terror– y albergó conciertos de Mecano, Montserrat Caballé, Julio Iglesias o Bertín Osborne. Cuando cumplió 25 años otorgó un premio a la trayectoria de Rocío Jurado, que estrenó una copla en homenaje a Lola Flores. En la gala estuvo María Teresa Campos, que comenzó su carrera en el parque.
Su situación, en una zona amplia y con un gran aparcamiento, es otra de las claves. Según denuncian, Tremón, una inmobiliaria, no tiene interés en la explotación del parque, incluso aunque resulte rentable. «Tiene un proyecto de edificabilidad de un hotel», describe Villalba. De momento, el Ayuntamiento ha paralizado esta opción y esperan que surja una nueva venta que desatasque todo. Pero, por ahora, Tívoli World sigue siendo una feria fantasma.
Acuden cada día a realizar tareas de mantenimiento sin agua ni luz
«Hay quien ha vendido joyas, quien se ha tenido que cambiar de casa»