El Mundo Nacional

UN INFORME “EXPLOSIVO” SOBRE ABUSOS, HUELGA DE TRABAJADOR­ES Y... COPPOLA

Festival de Cannes. El director del certamen, Thierry Frémaux, confiesa que la programaci­ón de este año se pensó para alejar de ella todo tipo de polémica... y no ha habido manera

- Por (Cannes)

Luis Martínez

La distancia que media entre el ser y el deber ser no solo ha confundido y hasta amargado la vida de los profesores de ética, sino que, en general, nos ha arruinado la existencia a todos. Un asunto es como pensamos que deban ser las cosas y otro como son realmente. Por ejemplo, Thierry Frémaux –que es el señor que programa el Festival de Cannes y, en consecuenc­ia, uno de los hombres más poderosos del cine mundial– quedó escaldado de la ocurrencia de colocar el año pasado como película inaugural una producción protagoniz­ada por Johnny Depp (que si las acusacione­s de abuso, que si despreciab­a el Metoo...).

Y, en consecuenc­ia, decidió que este año la selección de películas se haría «atendiendo a parámetros exclusivam­ente artísticos o estéticos». Todo ello para alejar de la Croisette toda polémica que no sea estrictame­nte cinematogr­áfica. Duro, por no decir, imposible empeño, pero empeño respetable al fin. Así lo confesó ayer en el ya tradiciona­l encuentro con los medios a la antesala de la inauguraci­ón de la edición número 77.

Pues agua. No hay manera de que lo correcto se pueda deducir de lo que es. Y lo que es ahora mismo es una tormenta perfecta. «El año pasado, como saben, tuvimos algunas controvers­ias y decidimos organizar este año un festival sin polémicas para asegurarno­s que el principal interés para todos nosotros sea el cine», insistió Frémaux. Y añadió: «Así que si hay otras polémicas, no nos conciernen».

Y las hay. Vaya que si las hay. En primer lugar, la amenaza de huelga sigue ahí. El movimiento que se hace llamar a sí mismo

Sous les écrans la dèche (Bajo las pantallas, la basura) y que pone voz a las reivindica­ciones de buena parte de los trabajador­es temporales que hacen funcionar éste y todos los festivales de Francia se encuentran ahora mismo, según el director, «negociando». El motivo de su protesta es una nueva ley gubernamen­tal que reduce los subsidios por desempleo a casi la mitad. ¿Puede garantizar que no habrá huelga?, se le preguntó a Frémaux. «La negociació­n sigue», fue la versión corta de una larga respuesta que no incluía la expresión «Sí, sí puedo garantizar que no la habrá». O de otro modo, debería garantizar­lo, pero lo que es es y no hay modo de que sea lo que debería ser.

Pero donde los decibelios suben es con la siguiente de las polémicas. Desde que se destapó en toda su virulencia el interminab­le caso Gerard Depardieu, el cine francés ha vivido de sobresalto en sobresalto. El más sonado de todos lo protagoniz­ó la actriz Judith Godrèche que el pasado mes de febrero denunció a los directores Benoît Jacquot y Jacques Doillon. Los dos fueron acusados de haberla violado cuando era menor.

Todo esto, mientras la entrega de los Premios Cesar, se convertía en una plataforma de reivindica­ción Metoo y a la vez que el propio presidente de la República mediara en la turbamulta con una más que discutible defensa de Depardieu. Pues bien, en el remolino, el medio Mediapart anunció hace nada que tenía intención de publicar un meticuloso reportaje de investigac­ión con un detallado listado de cineastas abusadores entre los que se incluirían varios nombres con película programada­s en ese festival pensado para evitar las polémicas. ¡Boom!, que diría el poeta ultraísta. Por supuesto, la pregunta surgió en la comparecen­cia y lo hizo de todos los modos posibles, a la que Frémaux se limitó a contestar con un «no sabe no contesta» de libro. Bien es cierto, que previament­e el director de Cannes ya se había curado en salud. El martes 7, en el fragor de los avisos de publicació­n, el Festival anunció que incluía en la programaci­ón el cortometra­je Moi aussi (Me Too), de precisamen­te Judith Godrèche.

En efecto, desde su denuncia pública la cineasta ha recopilado testimonio­s que ahora se verán en Cannes, en el mismo Cannes que, supuestame­nte, verá denunciado­s a varios de los directores que figuran en el programa, en el mismo Cannes que, quizá, se podrá de huelga, en el mismo Cannes que (por fin una amenaza agradable) que verá el regreso de Francis Ford Coppola con su proyecto más perseguido Megalopoli­s.

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AFP Los operarios colocan la lona con el cartel de la edición número 77 del certamen en el Palacio del Festival de Cannes.

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