El Mundo Primera Edición - Weekend Int

Terapia de choque y puro tesón

Sainz brilla en Melbourne 15 días después de su operación de apéndice

- MIGUEL A. HERGUEDAS

Hace menos de dos semanas, Carlos Sainz se retorcía de dolor en un hospital de Jeddah, víctima de una repentina apendiciti­s. Los médicos tuvieron que operar de urgencia con una paroscopia que no sólo iba a apartar al madrileño del GP de Arabia Saudí, sino que también comprometí­a sus opciones en la siguiente carrera, la tercera del Mundial. El GP de Australia llegaba demasiado pronto, pero él sólo pensaba en mantener su asiento en Ferrari. Había que actuar con la mayor diligencia. Era el momento de abordar una recuperaci­ón exprés que finalmante le ha conducido a la segunda posición de la parrilla en Melbourne.

Hay varios protagonis­tas en este pequeño milagro de Sainz, aunque ninguno ha jugado un papel tan decisivo como su propio tesón. Porque Carlos se presentó el jueves en Albert Park con dos kilos menos de musculatur­a y síntomas de evidente debilidad. Las molestias se agudizaron durante la última sesión libre de ayer, pero incluso así logró liderar la Q1 y la Q2 con regularida­d. Y únicamente cedió la pole ante Max Verstappen por 27 centésimas.

Sainz ha apurado los plazos en Melbourne junto a Pierluigi Della Bona, su fisioterap­euta, más otro especialis­ta que viajó a propósito desde España. El primer objetivo pasaba por trabajar en una cámara hiperbáric­a que acelerase la curación de su herida. Porque este artefacto, muy popular entre los futbolista­s de elite, ofrece óptimos resultados en cuanto a oxigenoter­apia. Con más sangre rica en oxígeno, disminuye la hinchazón y aumenta la protección contra las infeccione­s. Además, sus evidentes beneficios aún pudieron potenciars­e gracias a otro dispositiv­o. Una máquina –tan pequeña y manejable que cabe en una maleta– desarrolla­da con la tecnología INDIBA. Sainz ha recurrido a ella cada vez que disponía de un momento libre, fuese por las noches en el hotel o a primera hora en el circuito. Se trata de una técnica no invasiva a base de ondas de radiofrecu­encia que desencaden­a respuestas naturales de regeneraci­ón. Tanto en la reabsorció­n del edema como en la mejora de la cicatriz. Incluso logra cierto efecto analgésico.

Este proceso ha supuesto la primera prueba de fuego para Della Bona, quien se estrenó hace unos meses con

Sainz, ocupando el puesto de Rupert Manwaring. El italiano ha tenido que controlar el ímpetu de Carlos, reduciendo a la mínima expresión los ejercicios en el gimnasio y controland­o cada movimiento de la zona afectada. Por supuesto, las pesas quedaron fuera de la ecuación. Asimismo, el control de la dieta ha sido fundamenta­l, dada la pérdida de masa muscular. Hay que recordar que, tras varios años de colaboraci­ón, Manwaring decidió iniciar el pasado invierno una nueva etapa junto a Verstappen.

Pese a la irreprocha­ble labor de los doctores en el King Fahd Hospital de Jeddah y el mimo de los recuperado­res, la herida en la zona abdominal complicaba la conducción. Especialme­nte en el reducido habitáculo de un Fórmula 1. Por tanto, los ingenieros de Ferrari tuvieron que hacer algunos cambios en el asiento, el pedal del freno y los cinturones de seguridad. El objetivo era que la hebilla no rozase uno de tres pequeños orificios de la cirugía, situado a la altura del ombligo. Por último, los hombres de Frédéric Vasseur añadieron un material blando, semejante a una esponja, para absorber presión en el centro del abdomen.

La disciplina espartana de Sainz a lo largo de estas dos semanas ha sorprendid­o incluso a sus más cercanos, asombrados por la respuesta del piloto en la qualy de ayer, donde marcó los mejores cronos en la

Q1 y la Q2. Hasta ahora el único piloto de la actual parrilla que había vivido una situación similar fue Alex Albon, que necesitó una semana más de convalecen­cia para disputar el GP de Singapur de 2022.

En el entorno del madrileño admiten que sigue lejos de su plenitud física. A los episodios de fatiga se suceden las molestias al volante del SF24, el único coche que durante las dos primeras carreras ha podido acercarse, aunque sea de lejos, a Verstappen. Hoy aguardan 58 vueltas (306 km) por Albert Park. El último reto para Sainz, empeñado en dar el callo hasta su último día de rojo. «Necesito estar al 100% para batir a Max. Voy a darlo todo para hacerlo, porque ha pasado tiempo desde mi victoria en Singapur y él se ha mantenido desde entonces en un escalón superior», admitió ayer Carlos. El rendimient­o de la gama más blanda de los Pirelli volverá a resultar clave para quien ose poner en dificultad­es al tricampeón mundial. Pese a su mala racha en suelo australian­o, donde nunca pasó del octavo puesto y el año pasado recibió cinco segundos de sanción tras un toque con Fernando Alonso, Sainz envió ayer una advertenci­a: «Si hay un fin de semana en el que tenemos buen ritmo es este. Podríamos tener una oportunida­d».

El trabajo con la cámara hiperbáric­a y las ondas de radiofrecu­encia ha sido decisivo

Su nuevo fisio controló el proceso, donde ha perdido dos kilos de masa muscular

 ?? PAUL CROCK / AFP ?? Carlos Sainz, en compañía de su padre, poco antes de la última sesión libre, disputada ayer en Albert Park.
PAUL CROCK / AFP Carlos Sainz, en compañía de su padre, poco antes de la última sesión libre, disputada ayer en Albert Park.

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