El Mundo Primera Edición - Weekend
MEDIO SIGLO DE LA MEJOR CANCIÓN EUROVISIVA
‘Waterloo’ fue un hito que catapultó a ABBA al estrellato mundial
Hace 50 años, Eurovisión tenía 18. Había nacido en 1956, lo mismo que la Copa de Europa de fútbol. El continente buscaba restañar las heridas de la guerra, reconstruirse a través de la música y el deporte. Hace 50 años, Eurovisión era un certamen musical en el que se apostaba por la calidad de las canciones, y no un recargado espectáculo audiovisual de dudosa estética.
Un pandemónium en el que las melodías, los arreglos, las interpretaciones importan menos que su puesta en escena, según el depravado gusto actual. En el actual Festival de Eurovisión, la canción ganadora podría perfectamente ser la última. Y la última, la primera. Son intercambiables. Pero hace 50 años, el 6 de abril de 1974, la vencedora no podía ser otra que Waterloo, en las voces arrolladoras y la imagen rupturista de ABBA. Obtuvo 24 puntos, seis más que la italiana Gigliola Cinquetti, intérprete de Si (Sí) y candorosa triunfadora adolescente 10 años antes con la celebérrima Non ho letà. La RAI retransmitió en diferido el Festival por si el título de la canción podía influir en el resultado del referéndum nacional sobre el aborto.
Waterloo supuso un punto de inflexión en el Festival y, medio siglo después, se mantiene como su máxima referencia. Está considerada, aunque eso siempre es relativo porque no es científico, la mejor canción presentada nunca al concurso. Una revolución en la forma y el fondo. Un hito. Catapultó a ABBA a un estrellato mundial que, disuelto años más tarde el grupo, perdura en su obra. También abrió la puerta a que Suecia, que no había ganado hasta entonces, se impusiese seis veces más, la última en 2023.
España envió a Peret con una rumbita alegre y pegadiza titulada
Canta y sé feliz, que acabó en novena posición de 17. Los votos la colocaron a 14 puntos de la primera y a siete de la última. El optimismo de su canción era gemelo al de la España eurovisiva, que venía de ganar con Massiel en 1968 y con Salomé en 1969. La ciudadanía confiaba en las referencias más cercanas de los segundos puestos de Un mundo nuevo (Karina, 1971) y, sobre todo, Eres tú (Mocedades, 1973). La Waterloo española. La mejor canción, según el juicio de expertos y público, que hemos presentado nunca en Eurovisión.