El Mundo Primera Edición - Weekend
Nolan tiene un chip (de Elon Musk) implantado en su cerebro
La propia empresa ha difundido la identidad y fotos del ‘paciente cero’ de los implantes que le está haciendo superar la cuadraplejia que padece desde que sufrió un accidente de buceo hace 8 años. Musk habla de su telepatía. Él: “Ahora todo lo hago con mi
el día de la cirugía Nolan eligió vestir una camiseta con un singular diseño. Sobre un fondo negro destaca el dibujo en color blanco de un hombre de palo que sostiene lo que parece ser un cerebro. Sobre el trazo infantil se lee la frase: «Plz use it (Por favor, úsalo)». El mensaje perfecto como antesala a lo que está a punto de ocurrir. Una intervención gracias a la cual el hombre, de entonces 29 años, pasaría a la historia.
Algunos meses después, Nolan aparece en un vídeo sentado en su silla de ruedas y con un ordenador que usa para jugar una partida de ajedrez. «Es algo que no he podido hacer en los últimos años, especialmente de esta manera», reconoce. «Ahora todo lo hago con mi cerebro. Puedes ver el cursor moviéndose por la pantalla, eso soy todo yo», destaca. Un movimiento que es literalmente posible gracias al poder de su mente.
Ese clip difundido en X (antes Twitter) por Neuralink muestra al que es el primer ser humano que porta en su cerebro el famoso implante cerebral que ha desarrollado la empresa de Elon Musk. Así han desvelado la identidad del misterioso paciente cero. Se llama Nolan Arbaugh, acaba de cumplir 30 años a finales de abril y es originario de Arizona, Estados Unidos.
«Es como usar la fuerza (en alusión al universo de Star Wars)», dice Nolan en el vídeo. Y el mismo Musk describe las acciones de Nolan como «telepatía».
El treintañero elegido por Neuralink para probar el dispositivo BCI (por sus siglas en inglés, brain-computer interface) por primera vez en un paciente es cuadrapléjico. No puede mover nada de los hombros hacia abajo por lesiones permanentes en las vértebras C4 y C5.
Son las secuelas de un accidente que cambió su vida para siempre. Ocurrió hace 8 años cuando Nolan era un destacado atleta y estudiante de la Universidad de Texas A&M. El incidente tuvo lugar en el verano de 2016 mientras buceaba y él trabajaba como consejero en un campamento para niños.
Desde entonces el joven ha intentado adaptarse de a poco a sus nuevas circunstancias. Sus amigos y familiares emprendieron varias campañas de recaudación de fondos para ayudarle a adquirir aparatos que le permitan superar sus problemas de movilidad.
Fue justamente un amigo cercano —un estudiante de biología que trabajaba en un laboratorio de neurociencias— quien le contó sobre el chip cerebral de Neuralink. Un día, sin más, recibió la llamada de su amigo quien de inmediato le explicó que la empresa de Musk acababa de recibir la aprobación de la FDA para hacer ensayos clínicos con pacientes.
Eso fue apenas seis meses antes de la cirugía y Nolan no tenía idea de qué era Neuralink y nunca antes había escuchado hablar del implante. Su amigo, que durante la llamada estaba borracho, insistió en que debería presentar una solicitud y él mismo le ayudó a llenar el formulario.
Desde ese día (en septiembre de 2023) todo ha pasado muy rápido, ha señalado Nolan en las entrevistas difundipara das por la compañía de Musk. Aunque, ha aclarado, que tras el aviso de que era uno de los candidatos ideales para el implante, se tomó su tiempo para evaluar los pros y los contras de convertirse en ese paciente cero.
En la última actualización de Neuralink, con respecto al estudio (PRIME Study) que involucra a Nolan, detallan que han pasado
100 días (aproximadamente) desde la cirugía a la que fue sometido el joven. La intervención se llevó a cabo en el Instituto Neurológio Barrow, ubicado en Phoenix, Arizona.
Para integrar el chip
(al que también denominan Link) al cerebro del paciente emplearon un robot que Nolan describe que tenía una apariencia similar a la de una «máquina de coser». El procedimiento duró cerca de 30 minutos y —según ha indicado Musk— no es necesario aplicar anestesia. Para colocar el implante, el robot extrae un pequeño pedazo de cráneo y, posteriormente, entreteje el dispositivo en el cerebro empleando pequeños hilos flexibles.
Una intervención «super fácil» y por la que el paciente permaneció apenas un día en el hospital. La única marca que queda es una pequeña y apenas perceptible cicatriz. La recuperación, tras la cirugía, ha sido también más sencilla de lo que Nolan se imaginaba. Pese a que le ha costado adaptarse al uso del chip y que el proceso no ha estado libre de inconvenientes.
El primer humano en probar la creación de Neuralink ha creado una cuenta en X, en la que se describe como un «cyborg» y un «neuronauta», para compartir detalles de su vida tras la colocación del chip cerebral. Sobre la sensación que le produce usar el implante, ha dicho que es difícil de explicar. Cuando, por ejemplo, le da la orden a su dedo de mover el ratón siente que el dedo se mueve aunque no lo haga realmente y el resultado de su orden se refleja en el movimiento del cursor en
el ordenador.
Esa sensación que tiene el joven se produce porque el implante se instala en la sección del cerebro que controla la intención que tenemos las personas de movernos, según han detallado desde Neuralink. El dispositivo es capaz de leer estas señales a través de electrodos. Después de que el chip recibe y procesa las señales, se traducen en mensajes que se envían a controles motores que, a su vez, tienen la capacidad de operar dispositivos externos como móviles y ordenadores.
MARIO KART Y PARTIDAS GANADAS
Cuando le da la orden a su dedo de mover el ‘ratón’, siente que el dedo se mueve aunque no lo haga realmente y el resultado de su orden se refleja en el movimiento del cursor en el ordenador
Aunque Nolan reconoce que la tecnología que tiene implantada en su cerebro no es perfecta (todavía hay varias mejoras que hacer), es muy consciente de lo mucho que ha cambiado su vida en apenas meses. Tras la cirugía ha empleado el Link para controlar su ordenador desde diferentes posiciones, incluso recostado en su cama. Algo que, previo al implante, era imposible.
El chip le ha devuelto un poco de su vida pasada. Ahora puede jugar videojuegos en línea con sus amigos, navegar por Internet, usar aplicaciones de su Macbook e incluso jugar Mario Kart en una consola y con su padre... todo gracias a que puede controlar el cursor con su mente. «Estoy venciendo a mis amigos en juegos en los que, como tetrapléjico, no debería ganarles», suelta.
«(El Link) me ha ayudado a reconectarme con el mundo, con mis amigos y familia. Me ha dado la capacidad de volver a hacer las cosas por mi cuenta sin la necesidad de recurrir a mi familia a todas horas de día y de noche», confiesa el joven. Además de autonomía,
el polémico invento de Musk le ha hecho sentirse poderoso. Ya ha declarado que se siente un poco como el Profesor X (este año en Halloween se disfrazará como el líder de los X-men) y también ha anunciado que no dejará pasar esta oportunidad para ayudar a otros. Por lo que planea poner en marcha pronto una ONG.