El Mundo Primera Edición - Weekend
Una Monarquía moderna y revitalizada 20 años después
EL VIGÉSIMO aniversario del enlace entre Felipe VI y Doña Letizia, que se casaron el 22 de mayo de 2004, se celebra en un momento en el que la Casa Real ha recuperado el vigor en su papel vertebrador del Estado y como símbolo de la modernidad constitucional de España. El matrimonio real, consciente de la importancia de la institución que encarna, ha asumido importantes renuncias y ha trabajado con lealtad para apuntalar a la Monarquía. El resultado es que la Corona es hoy más fuerte que cuando Felipe fue proclamado Rey tras la abdicación de Juan Carlos, hace casi diez años, y su continuidad está garantizada en la figura de la Princesa Leonor, cuya popularidad se ha disparado tras su mayoría de edad y a quien, según las encuestas, aprecian especialmente las generaciones más jóvenes.
Los últimos 20 años han sido convulsos para la Corona española, como también para el conjunto del país. Cuando se celebró la boda real, el apoyo a la Monarquía era muy mayoritario entre los españoles: el 81,2% estaba «más bien de acuerdo» con que la institución «está enraizada en la tradición y la historia» del país. Sin embargo, la sucesión de escándalos en torno a Iñaki Urdangarin, primero, y al propio Rey Juan Carlos, después, dinamitaron esta percepción durante la primera década del matrimonio real, que culminó con la Proclamación de Felipe como Rey de España, el 19 de junio de 2014. El compromiso que adquirió en su discurso ante las Cortes fue claro: «La Corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse continuamente su aprecio, su respeto y su confianza; y para ello, velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente». Un propósito que, afortunadamente, se ha visto refrendado durante estos años, y en el cual ha tenido también un protagonismo decisivo la agenda social y cultural de la Reina.
Tras haber desempeñado el papel, hasta entonces inédito, de Princesa consorte en una España constitucional, Letizia se convirtió en 2014 en la primera Reina consorte de la historia de España que no provenía de la nobleza. Pese al frío recibimiento que le dispensaron en un primer momento algunos círculos aristocráticos y una parte de la derecha sociológica, la preparación
La imagen de Letizia como una Reina preparada y conocedora de la realidad ha sido clave para reforzar a la institución
profesional de Letizia, unida a su imagen de Reina del siglo XXI y conocedora de la realidad social, han resultado claves para revitalizar a la Corona y acercarla a un país que ha logrado inmensos progresos tras 45 años de democracia. Una democracia que fue erigida con el esfuerzo de todos y en torno a una Monarquía parlamentaria que, además de ser garante de estabilidad y unidad, representa hoy los mejores valores de una sociedad abierta, plural y capaz de enfrentarse a un futuro ilusionante.