El Mundo Primera Edición - Weekend
COPPOLA: “EL DINERO NUNCA ME HA IMPORTADO”
El director estadounidense habla de la familia, de su legado, de la muerte y de la millonada que le ha costado el proyecto más esperado de su carrera, ‘Megalópolis’. “No pienso retirarme”
Que Megalópolis es la película de Cannes 2024 es un hecho irrefutable y amontonable. Basta pronunciar su nombre y el de su director, Francis Ford Coppola, para que se registre un amontonamiento. Su rueda de prensa fue un ejemplo. «Por favor, llamadme Francis, no señor Coppola», dijo el cineasta. Y siguió: «La primera vez que vine aquí, Sofia tenía cinco años y la llevaba sobre mis hombros». Se refería a su Palma de Oro por La conversación de 1974, a la que seguiría otra por
Apocalypse Now en 1979. Coppola lleva una vida entera (ahora tiene 85) hasta llegar a la película que, en efecto, ha llevado siempre en su conciencia.
¿Por qué un peplum (eso es
Megalópolis) precisamente ahora? «Hace años dije que quería hacer una película sobre Roma en Estados Unidos, y me preguntaron eso: ¿por qué? La respuesta está a la vista. Si vemos lo que pasa con nuestra democracia no es complicado ver que lo mismo pasó hace siglos. Y vemos que la respuesta que da la política a nuestros problemas es, de algún modo, irrelevante. Los políticos no van a aportar soluciones, son los artistas los que tienen la responsabilidad de iluminar el camino».
Ahí, sobre la tribuna, y rodeado de sus actores, se diría que el que hablaba era un césar, más cerca de Marco Aurelio, al que cita repetidamente Megalópolis, que de Augusto. «Bueno, esto lo digo yo, creo que Jon [Voight] tiene una opinión diferente». Y Voight, que ha apoyado en público a Donald Trump, respondió: «Todos estamos preocupados por lo que podemos hacer para dejar un mundo mejor a nuestros nietos».
Ése es el mensaje esperanzado y emotivo que Coppola, el director de la película bélica más desesperanzada de la historia, quiere dejar como legado: hay esperanza, pese a todo. «Cualquiera que haya vivido los horrores de la Segunda Guerra Mundial quiere que no se repita de nuevo... Hay una tendencia en todo el mundo, como si fuéramos hacia una nueva derecha, incluso hacia el fascismo».
Megalópolis, es sabido, no se parece a nada visto antes. Y eso, para bien, mal y todo lo contrario, es Coppola. «Me temo que la industria cinematográfica se ha convertido en una cuestión de contratación de personas para cumplir con sus obligaciones de deuda porque los estudios están muy, muy endeudados. Y el trabajo no es tanto hacer buenas películas, sino pagar esas deudas», comentó.
«Sé perfectamente lo que he hecho porque lo he pagado yo de mi bolsillo. Nunca me ha importado el dinero. Mis hijos tienen sus carreras y no necesitan mi herencia. El dinero no importa, lo que importan son los amigos». Y terminó: «No pienso retirarme. Cuando muera, pensaré que habré hecho cada película que he querido hacer, que he visto a mi hija ganar un Oscar, que he hecho vino... No tendré tiempo ni de darme cuenta».