El Mundo Primera Edición - Weekend

Hombre en el Registro, mujer en Viogén

Interior autoriza a la Policía a inscribir en el sistema a varones como ‘maltratada­s’

- QUICO ALSEDO MADRID

Dos varones que han denunciado agresiones de sus parejas han sido inscritos por la Policía Nacional, según ha podido saber EL MUNDO, como mujeres maltratada­s en el registro de protección del Ministerio del Interior, el denominado Sistema Viogén, puesto en marcha tras promulgars­e la Ley contra la Violencia de Género hace 20 años, y en el que hasta ahora exclusivam­ente se inscribía a mujeres en peligro de ser agredidas o dañadas por hombres.

El registro de estos dos varones en un espacio reservado a mujeres maltratada­s se ha realizado a instancias de la Ley Trans, en vigor desde febrero del año pasado, y pese a que estas personas no han optado al cambio de sexo al que faculta la norma a cualquier ciudadano, alegando, sin más, el hecho de sentirse íntimament­e más identifica­dos con su sexo no biológico que con el de nacimiento.

Los agentes se han amparado, más directamen­te, en las nuevas directrice­s policiales emanadas desde la Secretaría de Estado de Interior para llevar a la práctica policial lo dispuesto en la Ley Trans, a las que ha tenido acceso este diario, y que facultan a otorgar la protección reservada a mujeres maltratada­s a hombres registrale­s que simplement­e se sientan mujeres, y que la reclamen con la credibilid­ad suficiente a los policías en el momento de su denuncia. Queda a la decisión discrecion­al del «agente protector» de turno hacerlo o no.

Estos dos casos de inclusión de hombres registrale­s en el sistema de protección a mujeres han tenido lugar en Andalucía, según ha podido saber este diario. El primero de ellos acaeció el 17 de febrero pasado, cuando en el Centro Provincial de Sevilla del Instituto Andaluz de la Mujer se recibe notificaci­ón de un caso de violencia de género y se solicita que trabajador­es del centro entren en contacto con una persona para ayudarla de forma urgente.

Al llamarla telefónica­mente para poner a su disposició­n los recursos del centro, el trabajador que realiza la comunicaci­ón se sorprende al escuchar una voz masculina, y llega a pensar que se trata de un error.

Tras colgar el teléfono, responsabl­es del centro se ponen en contacto con la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM) de Sevilla, el grupo encargado por el plan nacional contra la violencia de género de atender a las posibles víctimas. Desde allí se les indica que no hay error: la demanda del varón ha sido valorada por los agentes que han atendido su denuncia y el riesgo que su situación entraña con respecto a su posible agresor, otro hombre. La decisión, perfectame­nte legal, ha sido otorgarle la condición de mujer a efectos del Sistema Viogén para al menos poder ser protegido, o más concretame­nte protegida, por las disposicio­nes de la Ley de Violencia de Género.

Según ha podido saber este diario, las responsabl­es del Instituto Andaluz de la Mujer se sorprenden, por la discrecion­alidad que la directriz otorga al agente policial de turno a la hora de atribuir un sexo u otro, pero un mes después, en unas jornadas sobre violencia de género en entornos digitales en Bormujos (Sevilla), responsabl­es de la UFAM despliegan las nuevas directrice­s del Ministerio de Interior: se puede registrar en Viogén a hombres con apariencia de mujer sin necesidad de que hayan sido cambiado su sexo en el Registro Civil.

Este diario ha accedido a las directrice­s enviadas a las distintas comisarías por la Secretaría de Estado de Seguridad a principios de este año.

En ellas se establece, bajo el epígrafe «Víctimas que han cambiado su sexo de masculino a femenino», que, cuando «no hay rectificac­ión de la inscripció­n registral» –es decir, cuando la persona sigue siendo registralm­ente varón–, «el agente protector tendrá en cuenta las circunstan­cias que rodean a la víctima, con el fin de valorar su identifica­ción con el sexo femenino, aunque no haya procedido a la modificaci­ón de la mención registral, pudiendo consultar a esta Administra­ción central en caso de que el contexto genere dudas», reza el texto.

El cambio de sexo en el Registro Civil se realiza con supervisió­n judicial y, aunque finalmente se apoya mayormente en la pura subjetivid­ad de la persona, se concede después de dos entrevista­s en profundida­d separadas por varios meses.

Interior se apoya, para fundamenta­r esta directriz, en una antigua circular de Fiscalía General del Estado, la número seis de 2011 en concreto, que dice que, «aunque la mujer transexual no haya acudido al Registro Civil para rectificar el asiento relativo a su sexo, si se acredita su condición de mujer a través de los informes médico forenses e informes psicológic­os por su identifica­ción permanente con el sexo femenino, pueden ser considerad­as víctimas de violencia de género».

La circular en todo caso fue promulgada cuando no existía norma que facultara a cambiar de sexo apelando

solamente a la subjetivid­ad de cada cual.

En el segundo caso, un hombre con pasaporte peruano de sexo masculino pero que se definía con nombre femenino acudió al Instituto Andaluz de la Mujer para solicitar asistencia. Venía de poner una denuncia contra otro hombre por violencia de género en un juzgado de Granada, tras lo cual la Policía le dio de alta en el Sistema Viogén. Se le etiquetó en la base de datos con riesgo bajo y se le asignó un recurso policial de seguimient­o, de los reservados a mujeres. Por parte de la comunidad autónoma, al ser su sexo acreditado el masculino, se le derivó al Servicio de Atención a Víctimas de Andalucía y a una asociación del ámbito LGTBI.

La Comunidad de Madrid ya elevó hace dos meses dudas al Ministerio de Igualdad sobre posibles usos irregulare­s de la nueva normativa de cambio de sexo por parte de varios presuntos agresores sexuales detectados por la administra­ción regional. Se trató de tres casos de hombres denunciado­s por violencia de género y que, tras convertirs­e registralm­ente en mujeres, se habían acercado a los mismos recursos que atendían a sus ex parejas, sembrando el pánico entre los trabajador­es sociales de estos recursos. Al igual que en estos casos de Andalucía, se habían acogido a su nueva condición de mujeres para pedir ser protegidos por la Ley contra la Violencia de Género.

Madrid había detectado también un número indetermin­ado de peticiones de informació­n sobre la ley de Viogén por parte de varones recién cambiados de sexo, y elevaba a Igualdad su sospecha de un fraude a la Ley Trans en una mayoría de estos casos, como informó en exclusiva este diario. Ahora, con los casos andaluces, emerge que los propios policías pueden atribuir la condición trans a quienes denuncien a sus parejas sin que consten en la directriz de Interior requisito alguno, más allá de la propia impresión del agente.

Reciben protección aunque no formalicen el cambio de sexo

Ya hay dos casos en Andalucía de agredidos por sus compañeros

Se deja en manos de los agentes valorar la identifica­ción

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BERNARDO DÍAZ La ministra de Igualdad, Ana Redondo, en el Congreso de los Diputados.

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