Dirigentes del PP recelan del debate: «Hay que salir a empatar»
Creen que el formato perjudica a Feijóo, pero al menos le permitirá mostrar «moderación»
Fue Alberto Núñez Feijóo el que le reclamó un debate a Pedro Sánchez, pero también fue Feijóo el que dijo que « las formas son las garantías de las cosas». Y en este caso, el PP cree que las formas le perjudican. Porque en el debate que se celebrará este martes en el Senado, a partir de las 16.00 h., el presidente del Gobierno tendrá tiempo ilimitado, mientras que el líder de la oposición contará sólo con 15 minutos en su intervención principal y cinco en la réplica. Además – y Feijóo lo sabe bien de su etapa en la Xunta–, el presidente «maneja los tiempos y los anuncios del Gobierno, y es siempre el que cierra» las intervenciones y tiene « la última palabra » . Eso es una gran ventaja para un formato tan rígido como el de la comparecencia parlamentaria, en el que los grupos contestan a bocajarro a lo que acaba de decir el presidente.
Por eso en el PP hay dirigentes que recelan del esperado cara a cara entre el líder de la oposición y el presidente del Gobierno. No porque crean que Feijóo no lleva la mano ganadora, sino porque el guion establecido le perjudica claramente. «Quizá nos precipitamos al presionar tanto y no tendríamos que haber llegado al órdago, porque Feijóo su
89, cuando el entonces presidente en su tercera legislatura sacó 175 escaños, quedando a uno de la mayoría absoluta. Aznar no le perdió la cara y presentó sus credenciales como alternativa, lo que suscitó algunas chanzas por parte de los socialistas.
Chanzas que terminaron cuando Aznar ganó las elecciones del 96 y el PSOE entró en un periodo de liderazgos de transición: Joaquín Almunia y Josep Borrell. Para la Historia quedó el cara a cara Aznar-Borrell. El socialista, uno de los más brillantes oradores de la política, se enredó en un Debate del estado de la Nación con los «devengos» y sus muchos enemigos internos –a los que ganó las pri19 de abril de 1994, fecha de la memorable intervención de Aznar y su «Váyase, señor González». be solo por contraposición a Sánchez y sin necesidad de confrontar con él en persona», opina un alto cargo con galones. «Hay que salir a empatar», resume, directamente, un barón territorial, que conoce muy bien los debates porque los protagoniza en su comunidad. «Como presidente es muchísimo más fácil ganarlos», apunta. «Los españoles ya están demasiado cansados de Sánchez como para que importe mucho lo que diga en el debate», tercia otro dirigente nacional del PP. Pero tampoco Feijóo podrá abrirse mucho de capa: «En 15 minutos puedes hacer cuatro propuestas, pero telegráficamente, y no te da tiempo a más»,
marias– aprovecharon el tropezón para derribarle.
Aznar se quedó sin líder de la oposición y sin alternativa hasta que llegó Zapatero en 2000. El primer cara a cara Aznar-Zapatero se produjo en el otoño del año 2000, a propósito de una comparecencia del presidente que había logrado mayoría absoluta para informar de una cumbre europea. A veces el Diario de Sesiones te da sorpresas. Verdaderas sorpresas. En aquella comparecencia de Aznar, un Zapatero recién llegado centró su intervención en reprochar al presidente su pasividad frente a la subida del precio de los carburantes y el aumento del IPC. Zapatero exigió al Gobierno un plan de medidas urgentes. Aznar la replicó que la subida de la inflación no era «un problema local de España», sino de Europa y acusó al entonces líder socialista de añade otro cargo nacional en conversación con este diario.
En efecto, en Génova creen que, en un formato tan comprimido, Feijóo no podrá desgranar muchas « propuestas » y, en general, las que se hagan se podrían diluir. En todo caso, el equipo del presidente del PP cree que hay una «carecer de opinión» y de proyecto. Zapatero le recordó a Aznar que sus ministros habían anunciado un «duro invierno» y que por eso los españoles tenían que «consumir menos».
Como líder de la oposición, Rajoy, sucesor de Aznar, mantuvo muchos cara a cara con el presidente Zapatero después de la victoria electoral socialista de 2004. En el primero de ellos, el debate de investidura del líder socialista, Rajoy dejó claro que él era la alternativa de Gobierno y ejerció pacientemente como tal durante ocho años. Hasta que la Gran Recesión llevó a los españoles a otorgar a Rajoy la mayoría absoluta. Rubalcaba le dio la réplica hasta que se fue al traste el bipartidismo y la estabilidad.
Repasando los cara a cara RajoyRubalcaba, nadie diría que el ex presidente del PP es uno de los mayores valedores del desaparecido y oportunidad de confrontar modelos y, sobre todo, tonos.
Pero si hay algo en lo que coincidían ayer todas las fuentes del PP consultadas es en que quien tiene que hacer las propuestas es el Gobierno, no el principal partido de la oposición. « Es una trampa decir que Feijóo tiene que lanzar medidas como si él gobernase; el Gobierno es el que está obligado a dar una respuesta» a la crisis, apunta otro dirigente autonómico.
Para Feijóo, «la moderación está vetada», pero su obligación como «alternativa» es presentar planes económicos que puedan mejorar a los del Gobierno. Así, ayer, en un desayuno informativo de Europa Press, anunció que esta misma semana presentará a La Moncloa su plan contra la crisis energética. Del «amplio abanico de medidas» que contendrá el documento, Feijóo esbozó cuatro. La primera, «extender la rebaja del IVA del gas y electricidad a todo el invierno». O sea, al menos hasta el 20 de marzo. «No parece razonable que expiren en la estación con mayores problemas», apuntó. Actualmente, la medida está planteada de octubre a diciembre.
La segunda, «que, durante la crisis energética se exploten todas las fuentes de energía del país. No podemos permitirnos apriorismos ideológicos que nos lleven a dar la espalda» a la nuclear o a la térmica. En tercer lugar, quiere «realizar una apuesta masiva por la instalación de energías renovables». ¿Cómo? «Desburocratizándola, con marcos normativos que faciliten la inversión en repotenciación o cogeneración», entre otras medidas. Y con «apoyo al autoconsumo y un mejor aprovechamiento de fondos europeos», dijo.
La cuarta gran medida será «un plan de ayudas e indemnizaciones para atemperar el precio de la energía en las empresas electrointensivas e hiperelectrointensivas, donde el coste luz es determinante para la supervivencia, como hizo el domingo Alemania». ¿Cómo? Dándoles un estatus diferenciado, con «rebajas, sistemas de ininterrumpibilidad, tarifas específicas» y acuerdos que «allanen los precios».
«En 15 minutos sólo se pueden hacer propuestas telegráficas», afean
llorado Rubalcaba como gran hombre de Estado.
Los duelos parlamentarios RajoySánchez están en la memoria reciente. El «no es no», el discurso mordaz y cáustico de Rajoy –ganador de las elecciones sin mayoría– en el fallido debate de investidura del pacto Sánchez-Rivera, y finalmente la moción de censura que le expulsó de La Moncloa.
Pablo Casado, el sucesor de Rajoy en la Presidencia del PP, dejó ya claros sus mensajes y nítidas sus intenciones en el primer cara a cara con Pedro Sánchez en el otoño de 2018. Acusó al presidente del Gobierno de ser «partícipe y cómplice» del «golpe de Estado independentista» en Cataluña, le pidió la aplicación del artículo 155 y le acusó de mandar emisarios a la cárcel para negociar los Presupuestos.