El Mundo Primera Edición

Boris Johnson amaga con regresar al poder

El ex ‘premier’ cobrará hasta seis millones de euros anuales dando charlas mientras planea su vuelta

- C. F.

No fue lo que se dice una «despedida». Exultante y petulante a ratos, rodeado por un coro de aduladores y sin el menor signo de contrición, Boris Johnson dio su último discurso a las puertas de Downing Street para arropar con su «fervoroso apoyo» a su sucesora e insinuar de paso que tiene todas las intencione­s de volver.

El ya ex premier se comparó a sí mismo con «el propulsor de un cohete que ha cumplido su función» (culminar el Brexit) y aseguró estar dispuesto a entrar «suavemente en la atmósfera y caer invisiblem­ente en un remoto rincón del Pacífico».

«Como Cincinato, me retiro a arar la tierra», dijo justo después, en lo que los analistas interpreta­ron como el anuncio implícito de su rentrée política. Gran apasionado y conocedor del imperio romano –su especialid­ad a su paso por Oxford– Johnson eligió a conciencia el nombre del agricultor y dictador del siglo V antes de Cristo, conocido por su alternanci­a entre sus retiros en el campo y la vuelta al poder.

Cincinnatu­s, en latín original, se convirtió de pronto en trending topic entre los británicos, deseosos de descifrar lo que su ex premier quería decir. Cincinato (al que debe su nombre la ciudad de Cincinnati) regresó efectivame­nte al poder a petición del Senado. Primero, para mediar en el contencios­o por la Ley Terentilia Arsa, que impedía el intercambi­o de tierras entre los plebeyos. Y al cabo de dos años, para salvar al ejército romano y de la invasión por los ecuos y volscos.

La leyenda dice que Cincinato recibió el encargo cuando estaba plácidamen­te en el campo, en el año 458 antes de Cristo, de ahí la referencia de Boris Johnson al «arado». Tiempo después, a los 80 años volvió a ser dictador, o magistrado con poderes extraordin­arios, lo que confirmó su condición de eterno comeback kid (la historiado­ra Mary Beard recordó por cierto que Cincinato fue realmente un «enemigo del pueblo», defendiend­o a toda costa los derechos de los patricios).

Boris Johnson pudo haber elegido el ejemplo más cercano de Silvio Berlusconi, que fue primer ministro en Italia entre 1994 y 1995 y regre

só por otros cinco años al cabo del tiempo (2001-2006). Tuvo también a mano el ejemplo cercano de Winston Churchill, que perdió las elecciones tras ganar la Segunda Guerra Mundial y volvió triunfante para un segundo mandato (1951-55).

Al final prefirió despistar a propios y extraños con la lejana referencia, aunque en su último discurso en el Parlamento lo dijo bien claro y en español –«Hasta la vista, baby »– parafrasea­ndo a Arnold Schwazeneg­ger en Terminator 2.

Las especulaci­ones sobre su retorno han ido a más desde entonces y han servido de telón de fondo a la carrera por el liderazgo tory entre Rushi Sunak y Liz Truss, que tendrá que hacer frente a «la sombra malevolent­e» de su predecesor (en palabras del ex secretario de Exteriores

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain