CON LA REINA EN BALMORAL
mente fluida, con fricciones comparables a las que tuvo con David Cameron. La máxima tensión se produjo en el verano de 2019, cuando Johnson logró la firma de la reina para la suspensión temporal del Parlamento, una decisión considerada como «ilegal» por el Tribunal Supremo. El ex premier llegó a pedir formalmente perdón a la monarca.
La reina ha despachado regularmente con sus primeros ministros una vez a la semana, tradicionalmente los miércoles. Durante la pandemia, las audiencias reales se celebraron por teleconferencia. Se espera que Liz Truss pueda volver a despachar personalmente con Isabel II cuando regrese a su residencia oficial del castillo de Windsor y que logre entablar tal vez un mayor conexión personal.
Truss llega al poder bajo los nubarrones económicos y con el viento en contra de las encuestas. Durante la carrera por la sucesión de Johnson, el Partido Laborista de Keir Starmer ha aumentado su ventaja hasta llegar a los 15 puntos ( 43% a 28%), según se desprende del último sondeo sobre intención de voto de YouGov realizado la semana pasada.
Nada más poner pie en Downing Street, Truss se puso manos a la obra para completar su gabinete, cuajado de ministros leales a Boris Johnson. Thérèse Coffey, hasta ahora secretaria de Trabajo y Pensiones, superviviente del Gobierno de Theresa May,
Phil Hammond). En su última intervención parlamentaria, de hecho, Johnson se desmarcó con un consejo poco usual a su sucesora: «Pon la atención en la carretera que tienes por delante, pero acuérdate siempre de comprobar el espejo retrovisor».
En la recta final de la sucesión, y cuando ya parecía clara la victoria de Liz Truss, al menos una docena de tories leales a Johnson anunciaron su intención de escribir cartas pidiendo una moción de censura contra la nueva líder para forzar otro concurso por el liderazgo antes de Navidades. La noticia, revelada por el tabloide prolaborista The Sunday Mirror, encontró eco en los medios conservadores y
El último discurso de Johnson en Downing Street. será la viceprimera ministra y secretaria de Salud.
Kwasi Kwarteng pasa de secretario de Comercio a secretario del Tesoro, apoyado en un nuevo consejo de asesores económicos. La ex fiscal general Suella Braverman sustuirá como secretaria de Interior a Priti Patel, que presentó su dimisión el lunes. James Cleverly, hasta ahora titular de Educación, será ascendido a secretario de Exteriores. El ultraconservador Jacob Ress-Mogg, conocido
disparó las alarmas.
«Los británicos no tardarán en darse cuenta de que hemos perdido a un líder de primera categoría», confesaba uno de los tories rebeldes, que prefirió no revelar su nombre. «Cualquier intento de hacer que Johnson vuelva al poder destruiría el partido», advirtió por su parte el diputado Jake Berry, aspirante a la presidencia del Partido Conservador con Liz Truss.
Pese a la inmejorable visión de su propio mandato en su despedida, lo cierto es que Boris Johnson encabeza la lista de los primeros ministros que hicieron un «peor trabajo» en un reciente sondeo de Ipsos, con una puntuación del 49%, por delante incluso de Theresa May (41%) o de David Cameron (36%). El ránking de los primeros ministros que
Tercera mujer a la cabeza del ejecutivo británico, tras Margaret Thatcher y Theresa May, Truss fue recibida por la reina Isabel II en el Castillo de Balmoral, la residencia real de verano en Escocia. En un acto conocido como el «besamanos» –aunque se limita a una reverencia o un apretón de manos– la monarca encargó a Truss formar gobierno. El traspaso de poder suele hacerse en Buckingham, en Londres, a menos de 10 minutos en coche de Downing Street. Pero este año, debido a los problemas de movilidad de la reina, de 96 años (fotografiada ayer con bastón), Truss y su predecesor viajaron más de 800 km hasta Escocia. / AFP
por sus diatribas contra el «alarmismo climático», ocupará posiblemente la cartera de Energía.
Aunque no se descarta nombramientos de última hora fuera del círculo de Boris Johnson, el gabinete de Liz Truss dista mucho de ser el Gobierno de unidad que reclamaban los parlamentarios tories que contribuyeron a forzar el relevo en Downing Street y que esperaban una señal de reconciliación por parte de la nueva primera ministra.
hicieron un «buen trabajo» está encabezado por sus admirados Winston Churchill (62%) y Margaret Thatcher (43%).
Todo parece indicar sin embargo que Johnson se tomará un tiempo antes de pensar en la rentrée política, entre otras cosas para reponerse económicamente de su segundo divorcio y de la austeridad forzada durante sus tres años en Downing Street (su sueldo anual era de 190.000 euros). Según los analistas, Johnson puede llegar a facturar hasta seis millones de euros al año en su nuevo papel de conferenciante estrella, autor de libros y columnista de prensa, mientras sigue calentando su escaño en calidad de outsider y aspirando algún día a completar su sueño roto de una década en el poder.