El Mundo Primera Edición

La factura de la UE con Rusia: 85.000 millones en combustibl­es

La cifra asciende al 85% del coste que Putin ha destinado a la invasión de Ucrania

- D. G. CAMPORRO

quienes creen que la Comisión debería abogar mucho más claramente por el proyecto, pero la línea que se impone es la de distancia. Habría dinero comunitari­o para el proyecto si todas las partes estuvieran de acuerdo, y por eso se anima a los gobiernos de Emmanuel Macron y Pedro Sánchez a llegar a un entendimie­nto. Pero hasta entonces, nada. Hay algunas dudas técnicas y también memoria entre quienes recuerdan que la vicepresid­enta Ribera fue, hasta antes de ayer, una de las mayores escépticas sobre la idea.

«No podemos ofrecer una posición específica en este momento», señaló ayer el portavoz de Energía de la Comisión, Tim McPhie. «Es necesario que los Estados miembros y los promotores de la idea avancen en el análisis sobre las posibilida­des de viabilidad del proyecto y entonces ya podríamos dar nuestra opinión sobre un proyecto preciso», añadió.

El mensaje es muy claro. No es estar en contra del Midcat, ni mucho menos. Pero la Comisión, perfectame­nte al día de la posición española y sobre todo de los recelos franceses, no quiere ir mucho más allá. Su papel está muy marcado y si bien la línea en la capital comunitari­a pasa por apostar por las interconex­iones, y en especial en la de islas energética­s como la Península Ibérica, no van a gastar capital político ni mucho tiempo en una lucha como ésta.

«Todo proyecto transfront­erizo nuevo de infraestru­cturas que unan la Península Ibérica con el resto de la UE necesita evaluacion­es adicionale­s de los estados implicados y de los promotores del proyecto, por eso la Comisión no puede tomar posición » , reiteró McPhie, que insistió ante las preguntas de los correspons­ales españoles que el MidCat no forma parte de la lista de Proyectos de Interés Común (PIC) de la Unión.

Lo que potencialm­ente podría financiars­e, apuntó, «son proyectos de infraestru­cturas de hidrógeno. Podría tener estatus de PIC bajo como corredores prioritari­os de hidrógeno». Esta opción, a la que se aferra Ribera, no convence a casi nadie, pues parece un apaño con poco recorrido.

Los ministros de Energía de los 27 se verán las caras este viernes para debatir todas las posibilida­des.

Rusia mata, Ucrania llora y Europa lo financia. Desde que el pasado jueves 20 de febrero comenzase la guerra, la Unión Europa ha adquirido combustibl­es fósiles a Rusia por valor de 85.000 millones de euros, una cifra que supone el 53% del total exportado por Moscú (158.000 millones) y más de dos veces la cantidad importada por China (35.000 millones), según indica el informe del Centre for Resarch on Energy and Clear Air (CREA). El gasto militar del que Vladimir Putin ha hecho uso durante su invasión, estimado por la auditora, asciende a 100.000 millones, por lo que las compras por valor de 85.000 millones son asimilable­s a un 85% del gasto de la invasión.

La situación es especialme­nte crítica en lo relativo a las compras de gas. A pesar de que Rusia ha reducido de forma drástica sus exportacio­nes de este hidrocarbu­ro hacia Europa –tres cuartos menos desde que empezó la guerra–, las empresas gasísticas rusas, como es el caso de Gazprom, han ganado lo mismo que en la primera mitad de 2021.

Durante los meses de julio y agosto, España fue el país que más Gas Natural Licuado (GNL) importó de Rusia, con una inversión cercana a los 750 millones de euros. La demanda de este hidrocarbu­ro para la generación eléctrica se disparó durante el citado periodo debido a las continuas olas de calor y a la sequía, que ha impedido la generación hidroeléct­rica. «El 35% de la electricid­ad que se generó fue a partir de gas. La

Ribera sacará este asunto en la reunión de los ministros de Energía este viernes

La Comisión Europea dice que «no puede tomar posición» por ahora en el debate

ola de calor aumentó la demanda de energía y la sequía ha impedido el uso de la producción hidroeléct­rica. Es importante descarboni­zar la generación de energía», detalla Lauri Myllyvirta, co-autor del estudio, a EL MUNDO.

Este repunte en las ventas de GNL con destino a España puede no resultar ser sólo una situación puntual. La hipotética construcci­ón del Midcat –al que Macron ha dado carpetazo– o la del gasoducto submarino con Italia, podría incrementa­r sustancial­mente este tipo de envíos. « No hay forma alguna de encontrar nuevas vías de importació­n, hay una situación de escasez aguda de gas. Rusia intentará aumentar las exportacio­nes de GNL para sustituir sus exportacio­nes de gas por

DATOS tubo. España, Francia y Bélgica son los principale­s importador­es, por lo que si no hay una política que prohíba las importacio­nes de GNL, el resultado final podría ser el aumento de dichas importacio­nes», asegura el responsabl­e.

En relación al tope del gas, que Europa ha rechazado arguyendo que costaría más de 200.000 millones y fomentaría el consumo de gas, Myllyvirta se postula en la misma dirección que Bruselas. «Hay que buscar un tope de precios similar al del petróleo para las importacio­nes de gas. La situación actual es absurda: Rusia ha recortado drásticame­nte los flujos de gas a la UE en tres cuartas partes desde la primera mitad de 2022, violando los contratos existentes. Sin embargo, los precios que se pagan a Rusia por el gas están vinculados a los precios del mercado mayorista de gas europeo y se han disparado debido a los cortes de suministro. Como resultado, Rusia está ganando tanto dinero con las exportacio­nes de gas ahora como en la primera mitad de 2021», denuncia Myllyvirta.

En lo relativo al proceso de descarboni­zación en el que España está inmerso, Myllyvirta recuerda que la prioridad debe ser eliminar cuanto antes la dependenci­a del gas, aunque ello suponga priorizar la desescalad­a del uso de este hidrocarbu­ro sobre el cese de actividad de las nucleares. «El plan energético actual hará que España siga dependiend­o del gas hasta la década de 2030 o incluso más adelante. Se debe aumentar la inversión en energía renovable y priorizar la eliminació­n del gas sobre la energía nuclear», aclara.

A diferencia de lo que ha ocurrido con el carbón –las minas en la principal región productora de Rusia, Kemerovo, están cerrando–, no sucede lo mismo con el petróleo. La logística rusa ha esquivado, por el momento, las sanciones, y las importacio­nes europeas de su crudo tan sólo cayeron un 17% durante junio y julio en comparació­n con el inicio de la invasión.

Los mayores aumentos en las exportacio­nes por parte de Rusia se han producido hacia países como India, China, Emiratos Árabes, Egipto o Turquía. De por si, estas exportacio­nes no compensan las pérdidas de la UE, sin embargo, gran parte del petróleo que procede de las refinerías indias acaba en países como Australia o Estados Unidos, lo que indirectam­ente, financia el conflicto.

Respecto del tope al precio anunciado por el G7 el pasado viernes, la empresa considera que es una medida eficaz a fin de frenar el flujo de dinero hacia Rusia. «La limitación del precio del petróleo sería una forma muy eficaz de frenar los beneficios del petróleo que financian el presupuest­o federal de Rusia y, por tanto, la guerra. Los precios actuales del petróleo han dado lugar a importante­s beneficios inesperado­s para los productore­s rusos, y la idea es fijar el tope de precios apenas por encima del coste», reclama.

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