El FMI pide a Europa prudencia fiscal y subir más los tipos
Kristalina Georgieva aboga por limitar el gasto público y dar ayudas sólo a los más vulnerables
La directora general del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, pidió ayer prudencia fiscal a la UE en medio de un «movimiento tectónico geopolítico», una crisis energética descontrolada, una ola inflacionista y una enorme fragmentación. Georgieva, que fue comisaria europea, dijo ser consciente de lo delicado de la situación en un continente que todavía se recupera de la pandemia, pero instó a los países de la UE a contener el gasto público evitando medidas generalizadas que disparen todavía más las deudas públicas. El Fondo cree más apropiado apostar por ayudas sólo para los más vulnerables, y pidió coordinación y coherencia entre las políticas públicas y las decisiones monetarias.
La directora gerente participó a distancia en unas jornadas organizadas por el Bruegel Institute, el think tank más importante e influyente en Bruselas en temas económicos. Su receta es muy clara: contener el gasto todo lo posible, subir más los tipos de interés para combatir la inflación. Cree que Europa va con demasiado retraso, no sólo con respecto a EEUU, sino también frente a algunos países emergentes, como Brasil, que vieron las señales antes y gracias a su reacción «están ahora por delante de la curva» de precios.
«La política fiscal puede proporcionar un colchón, pero no es la panacea», apuntó durante su intervención. «En estas situaciones hay mucha presión para hacer más, para gastar más, pero hay que resistirla. ¿Por qué? Porque si optamos por un apoyo masivo, la ciudadanía presionará a los políticos. Y en ese momento la política fiscal se convierte enemiga de monetaria y hace que la lucha contra la inflación sea más difícil», afirmó.
El Fondo, acostumbrado a lidiar con economías en las peores situaciones, tiene casi siempre visiones muy diferentes a las de la UE. En la crisis griega es donde se vio con más claridad, pues donde unos priorizaban la sostenibilidad de la deuda otros abogaban por quitas, y mientras unos apostaban por ajustes más prolongados otros insistían en superávits primarios inmediatos.
En estos momentos, la directora gerente añadió que no es momento de ayudas indiscriminadas, que ha sido la receta de la Unión desde el estallido de la pandemia, y que se ha mantenido tras la invasión rusa. Era comprensible recalentar la economía entonces, creen en Washington, pero eso ha descontrolado los precios y hay que corregir, y para eso limitar el gasto público es esencial.
La UE tiene congeladas las reglas fiscales, por lo que no se aplican los umbrales del 3% para el déficit público. En teoría debería volverse a la normalidad a finales del año que viene, tras varias prórrogas motivadas por la guerra y la subida de los precios de la energía. Pero hay un debate intenso, en segundo plano, sobre cómo reformarlas para hacerlas más sólidas, creíbles y efectivas. «Los países que tienen espacio fiscal tienen fácil lanzar medidas muy concretas de apoyo. Pero si no tienen ese margen es increíblemente difícil, porque entonces la política fiscal se convierte únicamente en repriorizar el gasto», apuntó la directora gerente.
Su equipo cree que las reglas europeas han tenido «cierto éxito» en el pasado, pero no han impedido que la deuda pública esté en niveles muy altos, y eso genera muchos riesgos para la unión monetaria en un escenario de fragmentación y nerviosismo. En un informe publicado el lunes, el Fondo se mostró muy preocupado por la «devastadora inflación», anticipando un final de año compli
Kristalina Georgieva.
«La política fiscal hace que la lucha contra la inflación sea más difícil»
cado y un «2023 aún más duro». Su directora pide una política más severa y subir los tipos para contener los precios. «La política monetaria no puede seguir siendo complaciente. Si los tipos en Europa no se ponen en positivo puede tener afecto aceleración en la inflación. Si los bancos centrales no aciertan, estaremos en una situación dura en 2023», zanjó.