Tecnología y moda: las renuncias por la inflación
Los hogares ya han dejado de comprar móviles, ordenadores, ropa y calzado, y un 18% ha reducido incluso el consumo de alimentos
La subida de los precios – del 10,4% interanual en agosto y del 8,98% en promedio en lo que va de año– ha obligado a las familias españolas a abrocharse el cinturón y reducir su nivel de consumo para intentar mantener a raya el nivel de gasto.
Tanto es así que el nivel de ahorro guardado en cuentas corrientes y depósitos subió en julio hasta rozar el récord del billón de euros, un incremento que llamó especialmente la atención al producirse en un mes de vacaciones en el que históricamente aumenta el consumo en detrimento del ahorro.
Los hogares están preocupados por la incertidumbre que viene y sufren además una importante merma de poder adquisitivo derivada del aumento de los precios, de ahí que ya estén empezando a renunciar a parte de sus compras. Según un estudio del comparador de precios Idalo, divulgado ayer, un 45% ha dejado ya de comprar productos de tecnología, que constituyen la primera renuncia de los consumidores al no tratarse de un bien de primera necesidad.
«Los productos de electrónica son los primeros de los que se prescinde al tener posibilidad de seguir utilizando los que ya se tienen: móviles, televisores, ordenadores, etc. » , explican desde el comparador.
La moda es la siguiente renuncia. Un 37% de los españoles prescinde ya de renovar el armario, mientras que un 35% ha optado por no comprar calzado nuevo esta temporada, incluso a pesar de que las compañías textiles cada vez más optan por producir ropa en masa a bajo precio.
Los artículos de belleza son el cuarto grupo de bienes a los que rehúsan las familias (un 27% de ellas ya no los compran), seguidos de las bebidas alcohólicas (prescindibles para el 24%).
Además de dejar de consumir ciertos productos considerados de lujo o accesorios, los hogares también han disminuido las compras de bienes de primera necesidad, como los alimentos, debido a su elevado precio. Algunos siguen llenando igual la cesta de la compra pero pagan mucho más por ella, mientras que otros tienen el mismo presupuesto que antes y con él compran hasta donde pueden. De hecho, según la encuesta, un 18% ya compra menos productos de alimentación cuando va al supermercado.
«Al escenario socioeconómico actual, que todavía muestra secuelas de la pandemia, también hay que sumarle nuevos factores como la guerra. Estas situaciones provocan que el comportamiento del consumidor cambie continuamente, lo cual afecta directamente al comercio. Los españoles buscan la forma de suplir sus necesidades, intentando ahorrar lo máximo posible. Por ello, ante la escalada de precios que estamos viendo, se hace más necesario que nunca comparar precios antes de tomar una decisión final de compra», apunta Kike Aganzo, responsable de comunicación de la firma.
La caída del consumo, que aporta en las economías desarrolladas en torno a dos terceras partes del Producto Interior Bruto (PIB), es un factor clave que podría determinar la desaceleración económica en el tercer trimestre. Instituciones como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) pronostican, por medio de su modelo macroeconómico automático, que la economía española caerá un 0,5% en tasa intertrimestral en el verano (julio, agosto y septiembre) y eso sin tener en cuenta todavía todos los datos de agosto ni tampoco los de septiembre.
A finales de agosto, cuando sólo se habían computado los datos de julio, la caída prevista era del -0,2%, pero en sólo dos semanas este descenso se ha agravado en tres décimas más. En términos interanuales, prevén que el PIB crezca un 3,1% en el tercer trimestre, con lo que seguirá un 2,9% por debajo del nivel previo a la pandemia a cierre de septiembre, según su pronóstico.