Por qué se ha encarecido un huevo
Los piensos para gallinas, la energía y los envases cuestan un 40% más este año
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha propuesto poner un tope al precio final de algunos alimentos básicos, como el pan, la leche o los huevos, para aliviar la escalada inflacionista en los hogares. Tomamos como referencia el huevo, uno de los productos de esa cesta básica que se quiere regular, para explicar por qué se ha incrementado su precio.
En lo que va de año se han encarecido un 19,2%, según el IPC del mes de julio. El precio medio de una docena de huevos tamaño M (medio) se sitúa en 1,94 euros, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). La docena ha pasado así de costar 1,6 euros a 1,94. En el caso de los de tamaño L (grandes) el precio asciende a los 2,15 euros. Son los tamaños estándar de huevos obtenidos de gallinas en jaula, en principio más baratos.
Tras estos incrementos de precio se esconde un aumento importante de los principales costes de producción, que se van trasladando a lo largo de toda la cadena. En concreto, los costes de alimentación (los piensos para las gallinas), la energía y los envases se han disparado alrededor de un 40% en lo que llevamos de año. En el caso de los piensos, por ejemplo, han aumentado un 37%, sobre todo a raíz de la invasión rusa de Ucrania, según datos de la Organización Interprofesional del Huevo, Inprovo.
Eestos incrementos vienen de lejos y desde 2019 casi se han duplicado. Entre 2018 y 2020 la cotización del pienso estaba en 250 euros por tonelada. En diciembre de 2021 ya estaba en 350 euros y en lo que va de año alcanza una media de 421 euros/tonelada, es decir, unos 70 euros más.
El coste de la alimentación de las gallinas supone el 70% del coste total de producir un huevo, lo que da
Granja de gallinas en Cestona, San Sebastián.
una idea del impacto, aunque hay otras variables que también han aumentado de manera considerable, como la energía, que ha aumentado un 40%, según Inprovo.
Los costes de gasóleo han crecido un 19% y los de envasar los huevos, un 50%. La asociación no tiene el dato del incremento medio en sus costes totales, dado que, según argumentan, el sector está muy atomizado y hay diferentes tipos de explotaciones y, por ello, el impacto de los costes es diferente en función del tamaño.
En 2021 el precio medio del kilo de huevo en origen (lo que se le paga al productor) era de 0,93 euros, pero en lo que va de año se ha incrementado un 25%, por lo que ya está en alrededor de 1,15 euros, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. En cuanto al precio final, OCU hace una estimación aunque cada cadena fija sus precios.
Otra de las razones que alega el sector para justificar el incremento es el cambio que ha habido en los últimos años en el sistema de producción, con cada vez más explotaciones sin jaulas, lo que «obliga a hacer inversiones». En los últimos años calculan haber invertido 1.000 millones de euros. Los huevos ecológicos, camperos y en suelo cuesta producirlos un 20% más, de ahí que también sean más caros.
Con los piensos, envases y energía más caros, esta escalada inflacionista se refleja a lo largo de toda la cadena alimentaria. El 60% de las compras de huevos que hacen los consumidores se realizan en las cadenas de supermercados e hipermercados. Estos últimos venden el 12% y los supermercados y tiendas descuentos, casi la mitad, según datos de Agricultura. Además, el 78% de las ventas de huevos de las cadenas se hacen bajo marca de la distribución, la llamada marca blanca, y sólo un 22% de los que se venden son de marca del fabricante.
Ante la inflación, la ministra Díaz volvió a defender ayer su propuesta para llegar a un acuerdo con el sector de la distribución y fijar precios en alimentos básicos. Asegura que son «medidas legales» que «se han desplegado y han tenido buenos efectos en Francia, con distribuidoras como las que tenemos aquí».
La ministra hacía referencia a la iniciativa de la cadena Carrefour, que ha bloqueado el precio de un centenar de productos básicos hasta finales de noviembre. Esta iniciativa, sin embargo, ha partido de la cadena y no ha mediado el Gobierno francés.
El sector productivo de los alimentos rechaza de forma unánime la iniciativa. Todas las organizaciones agrarias sin excepción, y los propios agricultores y ganaderos, acosados por la escalada de la materias primas, rechazan lo que consideran «una ocurrencia» porque sus repercusiones, en caso de aprobarse, tendrían unas consecuencias «todavía peores, nos castigará y hasta pueden producirse desabastecimiento total de determinados alimentos», informa David Vigario.
El coste energético se ha disparado un 39% y el de los envases, un 50%
El precio medio en origen se ha incrementado un 25% este año