El Mundo Primera Edición

POR QUÉ GUSTA TANTO ‘SOLO ASESINATOS EN EL EDIFICIO’

- POR JORGE BENÍTEZ

Boda de Magda y Joseph Goebbels, en 1931; junto a ellos, Harald Quandt, hijo de un matrimonio anterior de ella.

también explotó vilmente en sus fábricas a numerosos condenados a trabajos forzados. Pero al menos él fue condenado por crímenes de guerra y de lesa humanidad en Núremberg a siete años de cárcel, aunque sólo cumplió dos. Tras quedar libre reconstruy­ó su imperio, se convirtió en el mayor accionista de Daimler-Benz, entonces el mayor fabricante de automóvile­s en Alemania y a finales de la década de 1950 ya era el hombre más rico del país. En 1985, Deutsche Bank adquirió el conglomera­do de Flick, y sus descendien­tes se convirtier­on en multimillo­narios.

«Todas esas familias han hecho denodados esfuerzos para que sus historias de complicida­d con los nazis sean desconocid­as para el gran público», explica de Jong, cuyo abuelo por parte de padre era judío y sufrió la persecució­n nazi. «Creo que si los consumidor­es gastan su dinero en productos de las empresas de esas seis dinastías deben de ser consciente­s de que ese dinero puede convertirs­e en dividendos para esas familias y que puede destinarse al mantenimie­nto de fundacione­s, premios, cátedras académicas y sedes que llevan el nombre de criminales de guerra nazis», subraya. De hecho, considera que sólo la presión de los ciudadanos obligará a esas seis dinastías a reconocer públicamen­te su oscuro pasado nazi.

Porque, hasta el momento, esas poderosas familias han conseguido cubrir con un tupido velo su complicida­d con el Tercer Reich. «En primer lugar, porque han trabajado duro para blanquear su historia. Y además, el que estas familias sean económica y políticame­nte poderosas hace que sea difícil para los periodista­s, especialme­nte para los periodista­s alemanes, sacar a la luz sus trapos sucios», explica David de Jong, quien sólo obtuvo respuesta de uno de los miembros de las seis familias de las que se ocupa su libro, aunque contactó con todas ellas.

Es verdad que, técnicamen­te hablando, esas seis fortunas pagaron un pequeño precio económico por sus devaneos con los nazis. En 1999, Estados Unidos y Alemania llegaron a un acuerdo para crear un fondo de compensaci­ón para las personas que fueron obligadas por el régimen de Hitler a llevar a cabo trabajos forzados, y las empresas y el Gobierno alemán tuvieron que remangarse y pagar 5.000 millones de euros a una fundación que, a su vez, resarcía con ese dinero a las víctimas. «Pero lo máximo que un trabajador forzado en el sector de la construcci­ón podía llevarse como indemnizac­ión eran unos 7.500 euros, una cifra bastante baja. Y lo más importante es que ese acuerdo no exigía a las empresas que reconocier­an que habían hecho algo mal o que entonaran el mea culpa. Y de lo que se trata es justo de eso, de ser moralmente responsabl­es con la historia».

Pero, en realidad, no son sólo seis las fortunas alemanas que se beneficiar­on de su asociación con el nazismo. «En la próxima edición que haga del libro incluiré sin duda a los Kühne Nagel, otra de las grandes dinastías empresaria­les alemanas», subraya el autor de Dinero y poder en el Tercer Reich. Kuehne + Nagel es hoy una de las más importante­s compañías logísticas del mundo, con cerca de 83.000 empleados, pero esconde un pasado siniestro: varios miembros de la familia Kühne militaron en el partido nazi, se encargaron de transporta­r los bienes confiscado­s a los judíos y no dudaron en echar de la empresa a Adolf Maass, un socio judío que controlaba el 45% de la firma y que posteriorm­ente fue asesinado en el campo de concentrac­ión de Auschwitz.

«En realidad, hay centenares de empresas y de negocios en Alemania muchos más pequeños que se beneficiar­on de su relación con los nazis. Yo sólo me he concentrad­o en las grandes fortunas, pero hay muchísimas más», explica De Jong.

Pero también en España hay trapos sucios. También aquí, considera este periodista e investigad­or, habría que saldar cuentas por la relación con el franquismo que mantuviero­n algunas de las grandes fortunas del país. «Si no me equivoco, el nieto de Franco tiene un imperio valorado en 400 millones de euros que incluye un increíble portfolio inmobiliar­io. Y hay familias, como por ejemplo los Oriol, que también se aprovechar­on del trabajo forzado de los republican­os y de las propiedade­s que le fueron confiscada­s a los republican­os».

OS VIEJAS GLORIAS

de la comedia americana y una cantante/actriz precoz con una legión de fans adolescent­es en redes sociales pueden ser los grandes triunfador­es de los Emmy de la noche del domingo.

Nadie hubiera imaginado hace un par de años que semejante trío alcanzaría tal éxito interpreta­ndo a unos fans del género del podcast

criminal que se convierten por accidente en investigad­ores de un asesinato real en su comunidad de vecinos. Solo asesinatos en el edificio (en España distribuid­a por Disney+) ha demostrado en su segunda temporada que no es una sorpresa y que puede repetir fórmula las veces que quiera.

«Probableme­nte es el mayor éxito de mi carrera», reconoció recienteme­nte Martin Short, figura recurrente del humor de los 80 que, a sus 72 años, parecía criogeniza­do desde hace tiempo, como tantos otros buenos cómicos nacidos en la época de esplendor del Saturday Night Life.

A pesar de algunos interesant­es cameos como en The Morning Show

(Apple TV), Short, al igual que le sucedía a Steve Martin (77 años), parecía gozar de más interés por parte de la sección de obituarios del New York Times que de los directores de casting de la industria. Por su parte, Martin, cocreador de la serie, estaba desapareci­do desde sus años como presentado­r de los Oscar. Y para muchos anticuado tras el huracán Ricky Gervais que había convertido las ceremonias

DESTAS PODEROSAS FAMILIAS “HAN TRABAJADO DURO PARA BLANQUEAR SU HISTORIA”

“CENTENARES DE EMPRESAS PEQUEÑAS SE BENEFICIAR­ON DE SU RELACIÓN CON LOS NAZIS”

La serie que emite Disney+ es un éxito de audiencia y la gran rival de ‘Ted Lasso’ para ganar el domingo el Emmy a la mejor comedia con una fórmula clásica que combina humor blanco y ‘thriller’de pistas de premios en una autopsia en vivo de Hollywood.

La tercera pieza es Selena Gomez, la apuesta más arriesgada y la gran olvidada de las nominacion­es, lo que ha molestado a muchos seguidores de la serie. Gomez, con su voz de ultratumba, demuestra mantener su olfato para el éxito. Para ello no ha recurrido a la nostalgia ochentera que proyectan Short y Martin, le basta interpreta­rse a sí misma en un guion que tiene mucho de autobiográ­fico.

¿Cuál es entonces el secreto de esta serie simpática que arrasa en audiencias? El clasicismo.

Cuando todas las series parecen clones que sólo miran al true crime

( Solo asesinatos... se cachondea de ello), a dramas sobre ricos desequilib­rados y superhéroe­s con licra y efectos especiales, la trama ideada por Martin y John Hoffman sigue con respeto religioso el esquema de cualquier novela de Agatha Christie. Un mecanismo de relojería con un crimen y un grupo identifica­do de sospechoso­s habituales en una carrera de pistas. Copia una fórmula que ha funcionado durante más de un siglo y que también funcionará el próximo. Pero que muchos habían olvidado. El espectador millennial, ya cansado de la PlayStatio­n, quiere volver a jugar al Cluedo.

Además, el triunvirat­o protagonis­ta, que figuran también como productore­s ejecutivos, acierta al recurrir al Nueva York de Woody Allen (la serie le debe casi todo a Misterioso asesinato en Manhattan)

y del Hitchcock americano. Para ello enfoca toda el misterio en un único escenario: el edificio Arconia. Por cierto, trasunto de un inmueble real llamado Arsonia, situado en Broadway con la 74.

Estos Emmy son la enésima consagraci­ón de la fórmula del crimen con pistas. Sólo asesinatos en el edificio peleará por el triunfo final con la favorita Ted Lasso

(Apple TV). Segurament­e Steve Martin se lleve el galardón al mejor actor, aunque Martin Short lo merezca más. Claro, siempre que nadie lo asesine antes de subir al escenario.

 ?? DISNEY ?? De izquierda a derecha, Steve Martin, Martin Short y Selena Gomez, en la serie.
DISNEY De izquierda a derecha, Steve Martin, Martin Short y Selena Gomez, en la serie.
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain