«Las portadas de vinilos son puro arte del siglo XX»
Pregunta.– ¿Qué le diría a un chaval para el que las portadas de los álbumes son un cuadradito enano en el reproductor de streaming?
Respuesta.– Pues lo dijo en la presentación Miguel Ríos, que lo tuve de padrino: esto va contra la música basura. Por lo menos, que nos demos cuenta que esto existió y aún todavía existe. Mi esperanza es que Harry Styles, que es el niño bonito de la música ahora, lleva 1.300.000 álbumes de vinilo vendidos. Pero me temo que tampoco es una resurrección del vinilo. Es más un objeto de culto. Eso es muy bueno, francamente.
P.– ¿Y qué más?
R.– Las portadas de los vinilos son el puro arte, maravilloso, del siglo XX. En todos sus aspectos desde lo clásico hasta lo pop: Mira todos los Warhol que hay en la exposición y que son obras maestras. O Joan Miró para Raimon y María del Mar Bonet. O la manzana de Magritte para Jeff Beck.
P.– También hay un apartado de bandas sonoras, con un lugar destacado para El último emperador.
R.– A Bertolucci le gustaba mucho la Yellow Magic Orchestra y le pidió a Sakamoto que hiciera la música de El último emperador. Sakamoto me lo comentó: «Yo no sé escribir música, Julián». Y yo: «Eso te lo arreglo yo». Porque yo trabajaba con Hans Zimmer, que tenía el famoso Fairlight. Me iba a Londres y me programaba. Ha sido siempre un músico infame, no sé cómo ha llegado hasta ahí. Y eso que lo metí en la gira de Mecano.
P.– Es verdad, hay un vídeo muy loco con Ana Torroja.
R.– En la cúspide de la fama le digo: «Hans, coño, dame algo, alguna banda sonora que no quieras, que te ofrecen 800.000». Porque me gusta mucho el cine y me encantaría hacer alguna. Y me respondió: «Vamos a ver, Yulian. ¿Tú eres judío?». Y yo: «No». «¿Eres maricón?». Tampoco. «Pues no tienes nada que hacer».
P.– Usted tiene 600.000 vinilos.
R.– En buen estado.
P.– ¿...?
R.– Luego tengo otros 600.000 jodidos.
P.– ¿Qué hace un ser humano con más de 1 millón de vinilos?
R.– No sé. El sentido de la posesión de la propiedad. Es un extraño sentido que he tenido desde pequeño.
P.– Usted también ha sido músico y se ha llevado con músicos.
R.– Yo salía con Cecilia. Yo ni conducía y ella tenía un mini en el que íbamos a restaurantes chinos. Y una vez fuimos a su casa y me dijo: «Julián, quiero ponerte algo que, francamente, creo que es lo mejor que he hecho». Y me puso una maqueta con la guitarra. Y cuando termina la canción digo: «Esto va a ser el número uno. Seguro». Era el Ramito de violetas. No sé por qué. ellos me veían afines a ellos. Tal vez porque sabían que sabía.
P.– ¿Se ha llevado bien con alguien del extranjero?
R.– Yo ponía Coldplay cuando nadie lo hacía. Incluso Chris me escribió el prólogo de un libro. Y ahora llenan cuatro días seguidos el Estadio Olímpico de Barcelona. ¿Cómo crees que me siento? Chris Martin me dice: «Sin ti no habríamos sido nada». En la primera entrevista me dijo: «No vamos a hacer ni el segundo álbum. Esto no va bien». Pero qué dices, si tú tienes una voz mágica que se mete en el alma.
P.– ¿Y con Michael Jackson, que se cumplen 40 años de su Thriller?
R.– Nunca he sido un fan fan de Michael Jackson, pero tenía un carisma que sobrepasaba eso. Era como un santo. Una estrella que siempre va a mirar a las estrellas porque tiene relación con ellas.
P.– Ya, pero…
R.– Sí, vale, lo hizo. ¿Y qué? ¿Cuantas perversiones hay, incluso en el seno de la política? ¿Y jorobar al pueblo y matarlo de hambre? ¿Eso qué?