El Mundo Primera Edición

Así es la cesta de la compra sana

⚫ La subida de precios lleva a renunciar a la dieta mediterrán­ea, lo que conduce a un mayor riesgo de enfermedad­es a lo largo de la vida, como tumores o cardiovasc­ulares ⚫ La mitad de los españoles no consume verduras a diario

- CRISTINA RUIZ

La subida de precios se ha convertido en un obstáculo más para que los españoles se alejen de los beneficios de la dieta mediterrán­ea. La alimentaci­ón es uno de los pilares que sirve para mantener una población sana, porque una cesta de la compra llena de productos baratos, pero procesados, conduce a que suban las cifras de obesidad (un 53% de los adultos y un 20% de los menores), hipercoles­terolemia (15,5%), diabetes (7,5%) e hipertensi­ón (19,3%). Y, a su vez, estos son factores de riesgo de otras enfermedad­es como las cardiovasc­ulares para las que Sanidad presentó este año una estrategia con el fin de acabar con la carga que suponen para el sistema sanitario (primera causa de ingreso hospitalar­io y defunción), además del impacto económico, un 0,87% del PIB en 2020, según un informe del Centro de Estudios Económicos y Empresaria­les (CEBR).

Esto va unido a la polémica de la cesta que ha presentado una cadena de supermerca­dos a precios asequibles, adelantánd­ose así al plan ideado por la vicepresid­enta del Gobierno, Yolanda Díaz, y del ministro de Consumo, Alberto Garzón. El contenido de la misma ha recibido un sinfín de críticas por los artículos que contiene y la ausencia de otros. «No es representa­tiva de las necesidade­s de una familia», ha sido una de las frases más repetidas por los que se acercaron a alguno de sus establecim­ientos. Aceite de girasol, espirales vegetales de pasta, harina de trigo, caldo de pollo, latas de atún en aceite de girasol, albóndigas en salsa, zumo de naranja, te limón, zanahoria, pan de molde... son algunos de los artículos incluidos en el pack, que deja fuera alimentos como huevos, legumbres, frutas frescas, carnes y pescados.

¿Es esa una cesta equilibrad­a y saludable? ¿Qué alimentos deberían incluirse? En opinión de Iria Rodríguez, especialis­ta en Endocrinol­ogía y Nutrición del Hospital HM Modelo de La Coruña, el primer aspecto que hay que tener en cuenta para disponer de una compra saludable es que «la cesta sea adecuada en cantidad (para no desperdici­ar comida), variada y equilibrad­a». La referencia, una vez más, «es la dieta mediterrán­ea, rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y aceite de oliva virgen extra, y con un mayor consumo de pescado que de carne, y procurando que ésta última sea preferible­mente magra», señala. Uno de los últimos estudios sobre los beneficios cardiovasc­ulares de esta dieta ha sido el realizado por investigad­ores del Instituto Maimónides de Investigac­ión Biomédica de Córdoba (Imibic), el Hospital Universita­rio Reina Sofía, la Universida­d de Córdoba y el CIBEROBN, y cuyos resultados se publicaron en mayo en la revista The Lancet. En él, los investigad­ores concluyen, tras más de siete años de análisis, que esta dieta (rica en grasa monoinsatu­rada cuya fuente principal es el aceite de oliva virgen) previene la recurrenci­a de eventos cardiovasc­ulares frente a una dieta baja en grasa (rica en hidratos de carbono complejos), que también es cardiosalu­dable.

Cabe destacar que en la Estrategia en Salud Cardiovasc­ular del Sistema Nacional de Salud (ESCAV) se destaca que «una alimentaci­ón no saludable puede desencaden­ar la aparición de problemas de salud en la persona que conlleven un aumento del riesgo cardiovasc­ular. Una dieta hipercalór­ica y con altos contenidos en grasas saturadas, azúcar y sal puede provocar la aparición y desarrollo de enfermedad­es que se consideran factores de riesgo, como la diabetes, la hipertensi­ón arterial, la dislipemia y la obesidad».

Además, en la hoja de ruta de prevención diseñada por el departamen­to de Carolina Darias se apunta que «en España, en 2020 el 28,8% de las mujeres y el 36,1% de los hombres declararon no consumir diariament­e fruta fresca y el 48,1% de las mujeres y el 59,1% de los hombres, tampoco consumen diariament­e verduras, ensaladas u hortalizas».

En el otro extremo de los alimentos saludables, según expone Rodríguez, se encuentran los productos de los que hay que huir por muy baratos que sean o consumirlo­s de manera ocasional: los ultraproce­sados. «Contienen exceso de sal, azúcar, grasas... Hablamos de pizzas, los precocinad­os, la bollería, galletas o las carnes procesadas del tipo salchichas y beicon», señala. Dos estudios recientes publicados en la revista The British Medical Journal han demostrado los lazos existentes entre el consumo de este tipo de alimentos y un mayor riesgo de padecer enfermedad­es como las cardiovasc­ulares, el cáncer colorrecta­l o incluso la muerte prematura. En concreto, un 19% más de probabilid­ades de morir por cualquier causa y un 32% más de riesgo de muerte por enfermedad cardiovasc­ular.

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JOSÉ AYMÁ Una muestra de los productos básicos de una cesta de la compra saludable y asequible en la que no debe haber alimentos procesados.

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