Los jóvenes con más problemas por la vivienda
España está a la cabeza de Europa donde los menores de 35 soportan mayor sobrecarga
El acceso a la vivienda es una de las principales preocupaciones para los jóvenes en España y no es una percepción: el país se sitúa a la cabeza de Europa donde los menores de 35 años se enfrentan a más problemas económicos relacionados con tener un techo bajo el que vivir, ya sea de alquiler o en propiedad. En los últimos años, además, la inseguridad residencial de este grupo se ha incrementado, a diferencia de otros países del sur de Europa cuyos mercados han sido tradicionalmente comparables.
La estampa es como una pescadilla que se muerde la cola: la precariedad de las condiciones laborales y socioeconómicas de los más jóvenes retrasa el momento de la emancipación y cuando lo hacen, sus opciones en el mercado son más limitadas, bien porque los alquileres son demasiado altos o bien porque no reúnen los requisitos para obtener una hipoteca que les dé acceso a la propiedad. El resultado es un panorama de inseguridad residencial que se arrastra de manera generacional y que retrasa la salida del hogar familiar.
Esta dinámica, además, está provocando un alejamiento del modelo español respecto al sur de Europa, que se sigue caracterizando por una alta estabilidad residencial. «En otros países del sur, los jóvenes pueden acceder a viviendas que son facilitadas por la red familiar o que se pueden adquirir con ayuda de sus recursos.
Esto era algo habitual en nuestro sistema, pero se ha ido perdiendo progresivamente. En España está fallando el recurso a la ayuda familiar como sustituto de las ausentes políticas de vivienda social», apunta el informe Inestabilidad y problemas de acceso a la vivienda, una realidad cada vez más extendida, incluido en el libro Desigualdad y pacto social publicado por el Observatorio Social de la Fundación La Caixa.
El trabajo hace un recorrido por la desigualdad en España y, dentro de esa radiografía, la vivienda ocupa un capítulo fundamental. Entre otros asuntos, los autores destacan que la precariedad laboral, la falta de apoyo familiar y la ausencia de políticas públicas específicas conforman un cóctel que eleva la inseguridad de los jóvenes a la hora de comprar o alquilar una vivienda y, además, aumenta el sobreesfuerzo económico que éstos deben soportar.
En el caso de los menores de 35 años, casi el 50% de los que viven en alquiler experimentan una situación de sobreesfuerzo económico para pagar su vivienda, mientras que el porcentaje se reduce al entorno del 20% cuando se trata de la propiedad.
El primer escollo para la incursión residencial sigue siendo la emancipación tardía. «Menos del 70% de los jóvenes de 30-34 años se ha emancipado, lo que constituye el primero, y quizás el más importante, de los problemas residenciales de España», recoge el estudio. Es una característica del mercado español desde hace dé
cadas y según los responsables del informe, encabezados por Juan A. Módenes, miembro del Centro de Estudios Demográficos y Departamento de Geografía de la Universi