«Debo encender mi escaparate para vender»
Zonas comerciales de Madrid mantienen las luces sin saber quién debe imponer el ahorro
Más de un mes después de que el decreto del ahorro energético del Gobierno entrara en vigor, muchos establecimientos de las zonas más comerciales de Madrid siguen sin cumplirlo. En calles como Serrano, Velázquez, Ortega y Gasset o Lagasca, donde se ubican algunas de las tiendas más caras de la capital, gran parte de los escaparates siguen encendidos más tarde de las 22.00 horas, a pesar de que la ley obliga a apagarlos a esa hora. El Gobierno central, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento no aclaran quién lo está vigilando y se pasan unos a otros la responsabilidad.
En su momento, el Gobierno dejó en manos de las autonomías la aplicación de sanciones por el incumplimiento de la regulación energética. Y la Comunidad de Madrid explicó que los funcionarios que realizan habitualmente las inspecciones comerciales serían los encargados de controlarlo. Pero ahora, fuentes regionales afirman que, si bien están vigilando la temperatura de los comercios (para que nunca esté por debajo de los 27 grados), no tienen competencias para supervisar los escaparates: «El control, en todo caso, ya que no queda claro en el real decreto, sería de competencia municipal. Pero, ante el desconcierto y debido a la inseguridad jurídica que suscitaron las declaraciones de la ministra Teresa Ribera cuando dijo que «dichas medidas no eran obligatorias sino de cumplimiento voluntario», el Ministerio de Transición Ecológica está realizando en este momento una guía de aplicación general que estamos esperando que nos envíe».
Por su parte, desde el Ayuntamiento explican que tampoco son el organismo competente de supervisar los escaparates. Además, aseguran que al no existir un régimen sancionador, que debe fijarse por la administración responsable, no pueden tramitarse propuestas de multas. Así que, a la espera de que el ministerio haga pública esa guía en la que están trabajando, y en la que presumiblemente detallarán qué organismo debe encargarse, nadie lo está vigilando. Algunos de los dueños de los establecimientos reconocen que no están cumpliendo con las medidas. «Comercialmente, necesitamos tener los escaparates encendidos», comenta el responsable de una tienda ubicada en la calle Serrano. Y añade: «Nosotros lo dejamos encendido hasta las 12 de la noche. Tenemos muchos restaurantes de moda alrededor, y pasa mucha gente que puede suponer las ventas para el día siguiente. Y te puedo decir que la mayoría de tiendas hacen lo mismo. Al precio que está la energía, somos los primeros que no queremos tirar ni un euro. Pero mientras el Gobierno no haga un esfuerzo de austeridad no se le puede pedir a la sociedad civil. Tiene que dar ejemplo».
Otros locales, en cambio, parecen no estar informados de las regulaciones y los plazos que contempla el plan de ahorro energético. «¿Pero el decreto no está vigente aún, no?», pregunta uno de los empleados de una tienda de Gran Vía, que se limita a decir que el motivo de dejar su escaparate encendido todas las noches es que son «órdenes de arriba». Otra trabajadora de un local de Lagasca explica que «acaban de abrir », y la encargada «tiene que preguntar aún» cómo tienen que actuar exactamente. Asegura que sí tienen la temperatura del aire acondicionado regulada como se establece por ley, pero que, según tienen entendido, el decreto entra en vigor el 30 de septiembre. Así que consideran que no lo pueden estar incumpliendo.
En realidad, lo que contempla la regulación es que los establecimientos tenían de plazo para cumplir con el apagado de los escaparates siete
Un escaparate iluminado de Serrano.
días desde la publicación de la norma, que se hizo oficial a principios de agosto. Y por el momento tienen prohibido dejarlos encendidos hasta el 1 de noviembre de 2023. Según informó el Ministerio de Transición Ecológica, lo que las tiendas deben hacer antes del próximo día 30 de septiembre de este año es «disponer de cierres automáticos en las puertas de acceso para impedir que se queden abiertas permanentemente, con el consiguiente despilfarro por pérdidas de energía al exterior».
La mayoría de los casi 30 establecimientos consultados por este periódico aseguran que el motivo de no apagarlos es debido a fallos técnicos y humanos de todo tipo. En muchos casos, además, afirman que no eran conscientes de que su escaparate no se apagaba por las noches, garantizan que lo solucionaran lo antes posible e incluso agradecen el aviso. «Lo apagamos siempre, porque nos montan una de la leche si nos pillan. Quizás se lo dejara encendido el chico de limpieza», comenta el responsable de una tienda. «Hemos tenido problemas con el cuadro eléctrico. Ha sido un fallo de la centralita, porque en nuestro caso todo se regulariza desde Italia, donde está la sede de la empresa», agrega otro encargado.
Otros muchos locales explican que el apagado de las luces de los escaparates está programado de manera automática. Aseguran que ellos no lo tocan, y que tiene que ser un técnico el responsable de programarlo. Cuando los empleados terminan su turno y se marchan a casa, los escaparates de las tiendas se quedan encendidos, así que ni ellos mismos saben cuándo se apagan. «En nuestro caso no nos han debido de poner bien el reloj. Pero apagar los escaparates es una tontería como un piano. Es una chorrada más de las que se inventan los políticos», afirma el responsable de un establecimiento de Serrano.