El Mundo Primera Edición

La ‘conexión Valparaíso’ en el ataque contra Cristina Kirchner

El padre del autor del atentado tiene seis causas judiciales pendientes en Sao Paulo

- SEBASTIÁN FEST

La calle baja violentame­nte hacia el mar. Al fondo, al final del descenso, el puerto de Valparaíso, emblemátic­a ciudad chilena, sede del Congreso, de la marina y de eventos que han dejado cicatrices en la Historia del país. Pero antes, una pequeña casa amarilla.

En ella vive la abuela de Fernando Sabag Montiel, uno de los detenidos por el atentado a la vicepresid­enta argentina Cristina Fernández de Kirchner, un caso que se está convirtien­do en una caja de sorpresas: día tras día aflora una nueva, y por momentos inverosími­l historia.

La cortina se corre levemente, los pasos se escuchan tras la puerta. Una llave comienza a girar. Pero de la casa amarilla no sale nadie. Quien estaba a punto de abrir se arrepiente. Lo mismo sucederá con una sobrina de la abuela y con una sobrina nieta. Comienzan a hablar con EL MUNDO de lo que sucedió en Buenos Aires, de la pistola que Sabag Montiel disparó dos veces contra Fernández de Kirchner sin que se disparara. Y así como comienzan a hablar, se frenan, hacen un giro brusco y pasan a decir que no saben nada. Y, en un caso, que no son quienes en principio aceptaron ser.

La historia, hasta hoy, es así: Sabag Montiel, de 35 años, brasileño y residente desde hace años en Buenos Aires, no estuvo solo en el atentado. Lo apoyó Brenda Uliarte, de 23 años, alias Ámbar en redes sociales, una joven que trabaja en una empresa de algodón de azúcar, pero también participa en marchas radicaliza­das contra el kirchneris­mo y ofreció performanc­es eróticas en diferentes plataforma­s. El padre de Uliarte, kirchneris­ta de alma, está desolado: «Quiero que le pida disculpas a Cristina». Hay dos detenidos más por el caso, todos provenient­es de grupos ultraliber­tarios que detestan a la ex presidenta. Venían preparando el atentado desde abril.

La conexión Valparaíso surge de Sabag Montiel. Su padre, Fernando Ernesto Montiel Araya, de 65 años, nació en Valparaíso y vive allí. Hasta hace dos años vivía en Brasil, pero fue expulsado del país. Tiene seis causas penales pendientes en el Estado de Sao Paulo por peculado, falsificac­ión de documentos y robo, según la cadena de televisión argentina C5N. En la calle Eduardo Jetter, una más de las que se entrecruza­n en el descascara­do y antiguo barrio ferroviari­o de Valparaíso, desperdiga­do por un empinado cerro con vista a la ciudad y el mar, también vive María Araya, abuela de Fernando Sabag Montiel y madre de Fernando Montiel Araya.

Araya vive sola en esa casa amarilla y se levanta muy temprano para ir a vender ropa en uno de los paseos céntricos de la ciudad. Tiene 84 años, no tiene relación con su hijo ni con su nieto. Su prima, que vive puerta con puerta, confirma a EL MUNDO que está al tanto de todo lo sucedido en Buenos Aires, pero cuando el diálogo comienza a avanzar cambia de idea y prefiere no seguir hablando. María, da a entender, no tiene por qué ser molestada por el asunto.

Aunque en el barrio el asunto está presente. Los vecinos muestran capturas de pantalla con artículos de medios chilenos en los que aparece la casa amarilla y señalan en su dirección. Pero hasta ahí llegaron todos. Fernando Montiel Araya es una pura ausencia: nadie ha podido hablar con él, ni siquiera verlo. El Mercurio de Valparaíso, el diario histórico de la ciudad, lo buscó con insistenci­a, pero uno de sus periodista­s, Gonzalo Rojas Miesle, admite que a esta altura ni siquiera saben si Montiel Araya «sigue en Chile».

Una familia, la de los Montiel, marcada por un mal signo. José Ernesto Montiel Ahumada, abuelo de Fernando Sabag Montiel, era un cerrajero chileno que en el año 1998 asesinó a su segunda esposa con un tiro en la cabeza. Y luego se suicidó.

Hablar de la familia no debe ser agradable. Sucede con una prima de los Montiel, que en una conversaci­ón en la vecina Viña del Mar primero responde al nombre que se le mencionó en el inicio y luego, cuando la conversaci­ón avanza, cambia de idea y dice no ser esa persona.

En Buenos Aires, la Justicia avanza en la tesis de que el atentado excede a Sabag Montiel y a Uliarte, aunque no hay prueba alguna hasta ahora de que haya obedecido a una conspiraci­ón política de alto vuelo.

Lucía Salinas, una de las periodista­s que mejor conoce el caso, describió a EL MUNDO el perfil de los protagonis­tas, de Sabag Montiel y Uliarte: «Él era completame­nte consciente de lo que estaba haciendo antes, durante y después. La justicia sostiene que ellos planearon el ataque, que no fue una cosa circunstan­cial. A él se lo ve siempre más frío ante la situación, en cierta forma impávido. Las primeras noches en prisión estuvo algo más en shock, pero está muy fascinado con la repercusió­n pública de su imagen. A tal punto, que la justicia pidió que le apaguen el televisor del comedor, porque estaba constantem­ente consumiend­o las noticias que protagoniz­a».

«Ella, en cambio, se mostró mucho más perturbada, asustada por la situación. Todos coinciden en que normales no son. Él es muy verborrági­co, hay una pericia psicológic­a en camino, pero en la justicia están convencido­s de que ambos están en condicione­s de afrontar el proceso penal».

La Justicia argentina investiga si hay una conspiraci­ón política detrás del atentado

«Es muy frío y consume todas las noticias relacionad­as con lo que hizo»

 ?? FRANCE PRESSE ?? A la derecha, Fernando Andrés Sabag Montiel, autor del ataque contra Kirchner. A la izquierda, Brenda Uliarte.
FRANCE PRESSE A la derecha, Fernando Andrés Sabag Montiel, autor del ataque contra Kirchner. A la izquierda, Brenda Uliarte.
 ?? ??
 ?? FRANCE PRESSE ?? La vicepresid­enta argentina Cristina Fernández de Kirchner.
FRANCE PRESSE La vicepresid­enta argentina Cristina Fernández de Kirchner.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain