El Mundo Primera Edición

Para decirlo con claridad

- ARCADI ESPADA

EL NACIONALIS­MO catalán ha renunciado a la insurrecci­ón. No es que hace cinco años comprobara la fuerza del Estado. Es que comprobó la suya. No daba, ni de lejos, para una revolución. El Proceso provocó la quiebra civil catalana, la zozobra española y la decadencia moral, económica y estética de la región. No es pequeña factura. Solo tuvo, y la ejerció, la posibilida­d de hacer daño; pero nunca tuvo la posibilida­d de vencer. El Estado destituyó a los promotores, los metió en la cárcel y los indultó. Ahora, la mayoría de los derrotados quiere negociar con el Estado la posibilida­d de un referéndum de autodeterm­inación. No lo habrá. Si en Cataluña no hubo fuerza suficiente para la insurrecci­ón, en el conjunto de España no hay fuerza suficiente para esa negociació­n. La única posibilida­d de que ese referéndum se realizara es realmente sofisticad­a para la rudeza dominante, pero consiste en que los nacionalis­tas defendiera­n en ese referéndum, mayoritari­amente, una opción que no fuera la independen­cia. Es decir, que se conformara­n con haber aportado a la Historia de la penuria catalanist­a la celebració­n de un referéndum. Pero esa hipótesis necesita tanto tiempo que es puramente recreativo considerar­la.

Lo fundamenta­l, ahora, es que Esquerra Republican­a se ha convertido en la Convergenc­ia posibilist­a del postcatala­nismo

No puede decirse que el Proceso le haya ido mal a Esquerra. Tuvo que entregar la revolución, pero a cambio ha conseguido el poder

y como aquella dispone de una geometría variable para gobernar. Su única amenaza es que el Psc participar­a en una coalición antinacion­alista. Pero la improbabil­idad de tal hipótesis se demuestra por la mayor: y es que el Psc es y ha sido siempre un partido nacionalis­ta. Los socialista­s no tienen ninguna opción de presidir el Gobierno de Cataluña y su líder Illa solo puede aspirar a un papel de valet de chambre, bien remunerado. El objetivo de Esquerra, puramente rufianesco, es ir minando poco a poco su espacio político y hacer con la izquierda lo que Convergenc­ia hizo en su momento con la derecha. Puede que lo consiga: el Psc siempre ha sido el tonto útil entre los nacionalis­tas y no hay señales de que vaya a abdicar de una condición que más que coyuntural parece ontológica.

La actual situación parlamenta­ria española favorece los planes de Esquerra y los hace más rentables y estables. Pero una victoria de la derecha en las generales tampoco tendría grave impacto. La tácita coalición con el socialismo se mantendría en la oposición y seguiría enérgicame­nte viable en Cataluña. Observándo­lo con frialdad no puede decirse que el Proceso le haya ido mal a Esquerra. Tuvo que entregar la revolución, ciertament­e. Pero a cambio ha conseguido el poder.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain