«La seguridad es una línea roja»
El presidente iraní acusa a EEUU de instigar al «caos» tras las protestas por la muerte de Amini
El presidente de Irán compareció ayer por la noche en televisión para insistir en la visión que su Gobierno tiene de los graves sucesos de las últimas semanas. Pocos días después de ordenar a las fuerzas de seguridad confrontar las protestas con «determinación», en formato de entrevista Ibrahim Raisi repitió varios de los puntos presentados estos días por su Administración sobre las protestas habidas en más de 30 localidades del país, en las que se ha arrestado a más de un millar de personas.
A lo largo de toda la comparecencia, Raisi trazó una línea que separa la disensión del «caos». «La seguridad pública» es una línea roja, enfatizó varias veces, al mismo tiempo que apoyó y elogió la acción de las fuerzas de seguridad estos días. Según numerosas denuncias y vídeos compartidos, no verificados independientemente, algunos agentes emplearon munición letal para aplacar las protestas. Según datos oficiales hay 41 muertos. Organizaciones basadas en el exterior elevan la cifra a 76.
Se cree que la mayoría de víctimas mortales son manifestantes, aunque también hay antidisturbios presuntamente atacados por individuos que el Gobierno describe como «alborotadores». «A nadie le está permitido violar la ley y causar el caos», subrayó el dirigente de línea dura, que culpó a EEUU de instigar las acciones más virulentas. «Un país donde mil personas mueren al año por violencia policial», recriminó. «Estos complots tienen por objetivo obstaculizar nuestro progreso», asintió.
Aunque no hizo una mención explícita a la razón que provocó el arresto de Mahsa Amini, la chica de 22 años cuya muerte desató una ola de descontento de la generación más joven de iraníes sin precedentes, Ibrahim Raisi hizo una llamativa referencia a la posibilidad de escuchar sus demandas. «Creo que está bien que diferentes sectores de la sociedad tengan diferentes opiniones sobre la forma en que se implementa la ley, y si hay opiniones correctivas, es bueno prestarles atención», apostilló.
«Debe haber una distinción entre la protesta y el caos», dijo. Con estas declaraciones conciliadoras, aunque sin hacer comentarios sobre las acciones de la Policía de la moral, el presidente pareció abrir la puerta a un debate público sobre la obligatoriedad del velo islámico. Durante la entrevista, Raisi abundó también en su pesar por la muerte de Amini. Según dijo, el informe forense que determine las causas de la muerte de la muchacha se publicará «en los próximos días».
Una de las dificultades a las que se enfrenta su Administración, y el sistema en general, es el de la falta de credibilidad frente a una parte notable de la población. Si bien el Gobierno pudo congregar en contramanifestaciones estos días a una gran cantidad de seguidores, los más críticos dudan de que pueda ser posible saber qué le ocurrió realmente a la joven. Las dudas, como los cortes de internet que sufre el país y la detención de numerosos periodistas, contribuyen a la inquietud de la población.