La amenaza cumplida del asesino de Elena: «Si un día te vas, te mato»
La mujer muerta en Escalona, a punto de dar a luz, convivía con su ex pareja y sus dos hijos
El antecedente se remonta a 2009. Entonces, residiendo en Móstoles, Elena interpuso una denuncia por una supuesta agresión contra su pareja, la misma persona que la noche de este miércoles, 13 años después, la asesinó a cuchilladas en Escalona con doble dosis de sangre fría y crueldad: ella, de 34 años de edad, se encontraba embarazada y estaba a pocos días de dar a luz. La sombra de aquella denuncia sobrevoló ayer por la concentración de repulsa convocada en la localidad toledana, donde sus más cercanos mostraron su dolor.
«Aquella denuncia la tuvo que retirar. Yo creo que fue por miedo, aunque ella nunca quería preocupar a nadie, se lo comía todo y sabíamos que nos mentía al ocultarnos todo lo que él le hacía. Ella no quería estar con él desde hace tiempo, se quería ir de casa, pero él no la dejaba, la amenazaba delante de mí: ‘Si algún día intentas irte, te mato’. Y así lo ha hecho. Ayer [por el miércoles] estaba haciendo las maletas para irse tras dar a luz. Ese fue el detonante», explicaba ayer a EL MUNDO Jesús, amigo de la infancia de Elena en Móstoles. «Se crio conmigo en casa desde los 5 años. Estoy destrozado».
El crimen se produjo la noche del miércoles, en torno a las 21 horas, en presencia de los dos hijos de la pareja, Juan y Rocío, de 13 y 14 años de edad. «Fue ella, la mayor, la que llamó aterrada al 112: ‘Por favor, vengan a mi casa, mi padre está apuñalando a mi madre’», explicaba ayer el alcalde de Escalona y presidente de la Diputación de Toledo, Álvaro Gutiérrez. «Desgraciadamente, cuando llegaron los sanitarios la mujer ya estaba muerta. Inmediatamente intentaron salvar al bebe con una cesárea in extremis». Pero el bebé murió tras varios intentos de reanimación camino al Centro de Salud de Torrijos.
El agresor, de 52 años, nacionalidad española y detenido la misma noche del crimen, pasó ayer a mediodía a disposición judicial. La unidad orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia Provincial de Toledo se hizo cargo de los aspectos más importantes de la investigación.
Gutiérrez, que afirmó que el crimen tiene a todo el pueblo de 4.000 habitantes «con el estómago revuelto», lamentó que los dos menores testigos de la barbarie «vayan a crecer con la más terrible de las pesadillas». Y es que este último asesinato, confirmado por la tarde como crimen machista por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, supone también un aumento de los menores huérfanos por violencia de género, que ascienden a 38.
Elena y su agresor, a los que «apenas se veía por el pueblo y no socializaban casi con nadie», vivían en un sector alejado del centro, en una zona llamada la Playa de Escalona. Allí, en la calle Playa Cala Salions se ubicaba el bloque de viviendas donde ayer, tras los precintos de la Guardia Civil, se apreciaban aún los restos del terror: ropa de la víctima ensangrentada, un coche de juguete y un carricoche con ropa ya embolsada preparada para salir. «Todos estos bloques –incluida la vivienda del crimen– están llenos de okupas. Él [por el supuesto asesino], se dedicaba a recoger chatarra por la zona», afirmaba ayer un vecino de la urbanización. Fuente municipales confirmaron también que la pareja, que llevaba en Escalona seis años después de vivir en Móstoles, se había dado de baja del padrón municipal en 2021.
Tras el crimen, el hijo de ambos, Juan, prefirió paliar su dolor junto a un amigo. «Después de que pasara lo que pasó, llamaron a mi hijo, que había estado jugando horas antes con él en el pueblo, para que fuera a buscarlo y se lo trajo a casa a dormir. Imagínate como estaba: destrozado, desorientado, en shock», confesaba ayer una vecina conocedora también de que Elena vivía bajo amenaza. «El ‘si te vas, te mato’ se lo decía muy a menudo». La hija, Rocío, se quedó con una amiga y con la actual pareja de la víctima, Lolo, de quien esperaba el hijo que estaba a punto de nacer.
Y es que aunque siguiera conviviendo con su agresor, Elena había intentado organizar una nueva vida con otra persona, el mencionado Lolo, con el que se iba a trasladar a una casa tras dar a luz y al que el asesino también tenía amenazado. «Se llevaban fatal. A raíz del embarazo, tuvieron una disputa muy grande hasta tal punto de que consiguió echarle del pueblo por lo que ella vivía con alguien a quien no quería, que la tenía amenazada y a distancia del que iba a ser el padre de su hijo. La vida de Elena era muy complicada», recuerda su amigo Jesús.
A la concentración de repulsa en la plaza del Infante don Juan Manuel de Escalona se sumaron, además del alcalde de la localidad, la consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández; el delegado del Gobierno de Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca; así como el secretario de Organización del PSOE, Sergio Gutiérrez. Fernández lamentó que este 2023 haya sido «el peor año de la historia de la región con siete mujeres y un bebe víctimas de la cruel violencia machista». Y confirmó que el Ejecutivo regional se personará como acusación popular en el caso, «para que caiga todo el peso de la ley contra el presunto asesino».
El Ayuntamiento de Escalona (Toledo) decretó ayer un día de luto oficial y suspendió los actos navideños.
Ella retiró en 2009 una denuncia contra él por agresión: «Lo hizo por miedo»