Matar con preaviso y en días festivos
ENTRO en una ciudad amurallada en la que un cartel anuncia que es un «municipio comprometido contra la violencia de género». La adscripción a esta red implica al ayuntamiento en la concienciación activa de su población en el rechazo a esta lacra social. La pregunta es: ¿no hay demasiadas administraciones dedicadas al asunto? Hechos. Ocho mujeres asesinadas en lo que va de mes –y una más el mismo día en que se celebraba la reunión– provocaron la convocatoria el miércoles por primera vez del comité de crisis por violencia machista, un grupo interinstitucional que se activa cuando hay un repunte de casos. Nueve en diciembre –47 en este año– motivaron la reunión y esta reflexión de la secretaria de Estado de Igualdad: «El objetivo fundamental es hacer autocrítica. Si hay asesinatos hay un fracaso de las instituciones, no hemos llegado a tiempo». Y un par de datos urgentes: en la mitad de los casos había denuncia previa y la gran mayoría se cometieron en jornadas festivas. Conclusión, se mata con preaviso y en los días de ocio hay más tiempo para hacerlo.
Desde Igualdad insisten en que tanto las instituciones como los ciudadanos han de estar alerta para actuar a tiempo. Volvemos a lo de la concienciación y leo alguno de los más de cien comentarios a esta noticia en la web de este periódico. Puede que me equivoque pero, aunque están firmados con seudónimo, se intuye escritura masculina:
– «Si acorralas a un animal y no le dejas salida ya sabes lo que pasa».
– «Cada vez hay más hombres cabreados que no tienen nada que perder».
– «¿Cuántos hombres se han suicidado sin haber tocado a sus parejas?».
– «De hombres asesinados, que son la mayoría, no hablamos, ¿verdad?».
– «¿Machista? Nadie mata a nadie por el mero hecho de ser mujer, si no por otro otros motivos muy concretos».
– «Está claro que la política de Irene Montero y sus leyes promueven la violencia y van contra la mujer».
– «Al Ministerio les viene bien que las maten… Si no de qué iban a vivir estas ineptas».
– «Por desgracia la violencia de género se ha convertido en un negocio que mueve mucho dinero. Por esa razón se magnifican las noticias, se sobreactúa».
– «Empiecen a pensar en la nacionalidad y costumbres de los asesinos para bajar las cifras y dejen de invitarles a venir».
Este último engancha muy bien con la primera reacción de un lector a la información sobre el último crimen, el de una mujer embarazada y su bebé nonato apuñalada por su ex: – «Nacionalidad, por favor».
Dejo la respuesta a otro lector, quizás con sorna, a la pregunta inicial de esta columna:
– «Leyendo los comentarios se observa que es muy necesario destinar más recursos públicos en concienciar a la población».