SANTIAGO DÍAZ, DEL THRILLER A LA NOVELA HISTÓRICA GUANCHE
Uno de los puntales de la novela en España rescata un capítulo olvidado de nuestra historia: el fin de la civilización prehispánica en Tenerife. Lo acompañamos a los principales escenarios de su ficción
Existe un lugar en Tenerife recogido por los acantilados, al abrigo de las olas que rompen a sus pies. Lo rodea un aire místico y se erige como el refugio de una historia parecida a un secreto afuerino y difícil de descifrar. Ese lugar es la Cueva de Achbinico, también conocida como la ermita de San Blas. Allí se veneraba la imagen de la Virgen de Candelaria, aunque los tinerfeños la conocían como Chaxiraxi. En su nueva novela, Los nueve reinos (Alfaguara), Santiago Díaz rescata la cultura guanche, la civilización que pobló Tenerife en el siglo I a. C. hasta la conquista castellana en 1496 y que, sorprendentemente, roza el olvido en el imaginario colectivo.
Santiago Díaz (Madrid, 1971) es guionista y escritor. En 2018 publicó su primera novela, Tailón, con la que ganó el Premio Morella Negra y el Premio Benjamín de Tudela. Su trilogía protagonizada por la inspectora Indira Ramos reforzó el peso de su nombre sobre el anaquel atribuido a la novela negra.
Sin embargo, para su nueva entrega Díaz optó por virar su rumbo cuando tropezó por primera vez con una momia guanche. «En 2018 cayó en mis manos un artículo sobre la momia guanche en Madrid y me llamó la atención. Busqué guanches en Google y descubrí los nueve reinos en los que estaba dividida Tenerife, los menceyes –así se llamaban sus reyes–, la momificación...», explica el autor, que encabeza el recorrido por las localizaciones clave de la novela en la isla canaria. Desde el momento en que descubrió la cultura guanche, Díaz supo que tenía entre sus manos un universo real para explorar a través de la literatura.
A pocos pasos de la Cueva de Abichico se erigen nueve estatuas que representan a los menceyes guanches. Además de las numerosas reyertas que tuvieron lugar entre los diferentes reinos, cuenta el autor, todos ellos se dividieron en dos bandos cuando los castellanos atracaron en sus orillas para someter a los guanches en nombre del Reino de Castilla. El mencey más importante fue Bencomo, que lideró la facción que se enfrentó a los conquistadores, el héroe de «una historia que está muy poco contada», opina Díaz.
La trama se enmarca entre los años 1490 y 1500: «Fue una década importante para la humanidad. El descubrimiento de América, la Inquisición y la toma de Granada. Es el principio de la Edad Moderna y ahí encontré un montón de mimbres para poder construir», expresa el autor. Además, Díaz se consagró a la lectura de documentos históricos y fuentes de la Biblioteca Nacional para no dejar ningún cabo suelto: «Quise meter un catalejo en una escena, pero ¡no los inventaron hasta 50 años más tarde!», dice. «He estado muy cómodo en este género, pero he tenido inseguridades respecto al interés que suscitaría el tema o a la precisión de los datos».
Los hechos históricos sobre los que Santiago Díaz desarrolla Los nueve reinos son tan reales como algunos de los personajes que intervienen en la trama. Entre las páginas se deslizan los reyes Isabel y Fernando, que protagonizan una especie de ménage a trois en el que destaca el personaje de Beatriz de Bobadilla, una sociópata feroz condenada al distanciamiento más remoto por la mujer más poderosa del momento, Isabel de Castilla. Su fijación por rebasar a la monarca marcó el devenir de los guanches y es clave en esta historia. «Escribir de malos es lo más divertido», asegura Santiago Díaz.
El relato de Los nueve reinos «está enterrado para los propios canarios»», indica el escritor, que para rescatarlo y reivindicarlo hilvanó dos líneas temporales distintas en las que se suceden y entrelazan tramas bélicas, románticas y dramáticas. Para él, la historia absorbe el sabor de Braveheart y tiene tintes de Juego de Tronos.