El proyectil que resolvió un enigma
En 1960, los arqueólogos Antonio Blanco y Gaspar de Lachica hallaron otra lápida enMengíbar dedicada por el “pueblo iliturgitano a su fundador”, Tiberio Sempronio Graco, lo que daba a la historia otra vuelta: la ciudad íbera volvía al campo de Mengíbar. No obstante, la inscripción desenterrada (Lachica era de Mengíbar) provocaba dudas. En ella se grabó: “A Tiberio Sempronio Graco, su fundador [deductor] el pueblo
La investigación del asedio romano a un asentamiento íbero en Mengíbar comenzó en 2012, pero nadie sabía de qué ciudad se trataba. La que excavaron fue arrasada durante la Segunda Guerra Púnica y contra ella se había empleado artillería pesada con grandes proyectiles.
Al comparar los restos de las armas halladas en el asedio de Mengíbar con los encontrados en Baecula (en Santo Tomé, también en Jaén), los arqueólogos descubrieron que eran del mismo tipo, precisamente las que usaba Escipión, el único que las utilizaba en 206 a. C. Luego si la munición coincidía, estaba claro que se hallaban ante el mismo ejército en las dos grandes batallas disputadas en Jaén: Mengíbar era Iliturgi.
El informe de 2009 de la Uni-