La sucesión en el PP arranca con críticas de candidatos al sistema de elección
Los defensores del sistema argumentan que garantiza la unidad alrededor de un líder. Y recuerdan que los afiliados pueden decantar totalmente el proceso sin que participen los compromisarios: si el 5 de julio un precandidato logra más del 50% de los votos, una diferencia de 15 puntos sobre el segundo, o es el más votado en la mitad de las circunscripciones, será candidato único.
Sin embargo, lo previsible es que 3.134 compromisarios decidan quién lidera el PP. De ellos, 522 son natos —todos los miembros de la junta directiva y 10 de la comisión organizadora— y 2.612 se elegirán el 5 de julio —repartidos por cada comunidad según el peso de su afiliación—.
“Yo estoy a favor de cumplir las reglas y los estatutos que hemos aprobado todos y no hacer trampas a mitad del juego”, advirtió María Dolores de Cospedal, que como secretaria general conoce mejor que ningún otro candidato la estructura del partido.
“Nosotros somos respetuosos con el procedimiento, pero es evidente que el voto del afiliado tiene que pesar muchísimo en la decisión de los compromisarios”, opinan miembros del equipo de Soraya Sáenz de Santamaría.
“No vamos a protestar en absoluto, aunque el sistema nos perjudica”, reconocieron fuentes de la candidatura de Pablo Casado, que goza de gran predicamento entre las bases pero no concita el apoyo en bloque de ninguna organización territorial. “Lo respetamos, pero va contra nosotros”.