El Pais (1a Edicion) (ABC)

El Gobierno quiere personarse en procesos por violencia sexual

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El Gobierno ha acogido con gran malestar la decisión de la Audiencia de Navarra de poner en libertad a los cinco miembros de La Manada condenados a nueve años de prisión por un delito de abuso sexual. El Ejecutivo manifestó ayer su disconform­idad con la decisión judicial desde el respeto a la justicia pero enfatizand­o su “sorpresa” por su puesta en libertad toda vez que “los hechos condenados son gravísimos”, incidió la ministra portavoz, Isabel Celaá. El Gobierno quiere reforzar la protección de las mujeres ante la violencia sexual y por eso estudia personarse en los procesos por este tipo de delitos en defensa de las víctimas.

“El Gobierno ha tomado el compromiso de estudiar que el Servicio Jurídico del Estado se persone como parte en defensa de las víctimas”, anunció ayer la portavoz del Ejecutivo en comparecen­cia de prensa tras el Consejo de Ministros. Fuentes gubernamen­tales precisaron después que esa personació­n no será ya posible en el caso de La Manada porque está en fase de recurso, pero que se intentará para casos futuros. El Gobierno de Navarra ya está personado en el caso de La Manada.

La protección de las mujeres se quiere completar con dos actuacione­s más: la formación de los jueces y magistrado­s en violencia de género y violencia sexual (el PSOE ya ha registrado en el Congreso una proposició­n de ley con ese objetivo) y una reforma del Código Penal para clarificar el tipo penal de violación, que el Ejecutivo está analizando.

“El Gobierno se hace eco de la alarma social, de la preocupaci­ón de España y de las mujeres en particular a las que vamos a proteger”, comprometi­ó Celaá. “Ella dijo no”, subrayó. consultado­s, de que el Gobierno se replantee un cambio legal para endurecer la tipificaci­ón de estos delitos, una posibilida­d que está valorando el Ejecutivo. La presidenta de los abogados españoles lo cree necesario. “El concepto de violencia que se recoge en el Código Penal para los delitos de naturaleza sexual es absolutame­nte arcaico y estereotip­ado”, considera Ortega, que cree que también hay que “reforzar y mejorar la formación de jueces y fiscales en materia de perspectiv­a de género”.

Mercedes García Arán, catedrátic­a de la Universida­d Autónomade Barcelona, advierte sin embargo contra el peligro de alentar estos cambios de leyes en caliente. “No me gusta el auto, pero me gustan mucho menos las interpreta­ciones que se están haciendo en las que se dice que hay impuni- dad para los violadores”, afirma García Arán, que añade: “Están condenados a nueve años y los cumplirán cuando la sentencia sea firme. Hay que distinguir entre una medida cautelar y el cumplimien­to de una condena”.

Esta catedrátic­a cree que “posiblemen­te” había razones para poder prolongar la prisión provisiona­l, pero insiste en que las discrepanc­ias a la decisión no pueden plantearse con argumentos que se alejan de los criterios legales. “Hay que parar este discurso de que los delitos quedan impunes y que aquí no pasa nada cuando se viola a una mujer. Es peligroso. Si se quieren discutir las razones de la puesta en libertad hay que hacerlo con los argumentos de la ley, no inventándo­se otros”, advierte.

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