La indignación saca a miles de personas a la calle
A las avenidas y plazas acudieron mujeres de todas las edades pero también hombres indignados con la actuación judicial. Todos los partidos han criticado el auto y los principales sindicatos llamaban a la movilización de la tarde. Poco antes de las siete, cuando estaba convocada la concentración en Madrid, miles de mujeres ya gritaban en apoyo a la víctima de La Manada ante el Ministerio de Justicia. La marcha avanzó hacia el Congreso. Victoria García, de 75 años, alzó las manos y acompañó el aullido secundado por casi todos los manifestantes. “Necesitamos más igualdad y protección. No podemos estar siendo asesinadas y violadas”, defiende. “Si no es sí, también es violación”, señaló.
En Pamplona, el chupinazo inaugurará un año más las fies- tas de san Fermín en apenas dos semanas. Será en la misma plaza del Ayuntamiento que, por segundo día consecutivo, se vio ayer desbordada por varios miles de personas que no dejaron de gritar durante más de media hora. El comunicado de protesta, leído por una de las participantes, subrayó la “provocación” de que el auto llegue a pocos días del arranque de una fiesta que, en su edición de 2016, saltó a la crónica más negra con la violación de La Manada. Aplausos, pitidos y una enorme indignación: “Esta justicia es una mierda”, fue el grito más repetido en la capital navarra. “Venimos a expresar con claridad el disgusto con estas decisiones judiciales”, señaló Concha Fernández de Pineda, la primera concejala de la Mujer en Pamplona entre 1995 y 1999.
“Sola, borracha, quiero llegar a casa", se desgañitaban en una esquina de la pancarta Dana, Adriana, Ángela y Lana, de entre 12 y 17 años. Ayer acudieron a la segunda manifestación de sus vidas tras el 8 de marzo. Dana, la más pequeña de todas, vivirá muy pronto su primer San el penalista Mapelli, que califica el auto de la Audiencia de Pamplona de “inteligente aparte de legal”. Mapelli coincide con el tribunal en que no hay un riesgo de reincidencia delictiva que justifique mantenerles en la cárcel. “No son depredadores sexuales”, sostiene este catedrático. “Con independencia de lo repugnante que me resulta el delito que han cometido, no responden al perfil criminológico de un depredador sexual, en el que el riego de reincidencia es extremo. Son cinco imbéciles que se autoestimularon y cometieron un delito por el que pagarán, pero yo no creo que vayan a volver a hacer lo mismo”, sostiene, y recuerda que al valorar la peligrosidad de un condenado para decidir si se le deja en libertad provisional “siempre hay que Fermín. Y pide para sí misma una fiesta segura.
Cientos de personas protestaron también ante la sede de la delegación del Gobierno en Valencia. “Si tocan a una, nos tocan a todas”, se escuchaba en pleno centro de la capital. En Granada estaba convocada una concentración a la puerta del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Al igual que el día que se conoció la sentencia, la concentración se convirtió en una manifestación al grito de “ni un paso atrás contra la violencia judicial”. Entre 2.000 y 2.500 personas, según estimaciones propias. "Si los violadores salen a la calle, nosotras también, porque somos más y estamos cabreadas", gritaban en Málaga, donde los manifestantes, al menos 2.000, llenaron la calle Larios.
La protesta llegó más allá de España, con concentraciones en los consulados de Londres, Berlín Buenos Aires o Bruselas. aventurar un futuro incierto”.
Partiendo de esa premisa, Mapelli coincide en parte con los dos magistrados que han optado por excarcelar a La Manada en que su pérdida de anonimato disipa el riesgo de fuga. “Visto el fuerte estigma social que tienen, creo que no van a volver a hacer nada parecido”, afirma el penalista.
Por el contrario, la abogada Berta Barcia, del colectivo Activat, cree que la decisión adoptada por la Audiencia Provincial de Navarra es “injusta” y constata que se deben recortar la distancia “entre los jueces y el sentir de las mujeres y la sociedad en general”. “No pido un endurecimiento de las penas, sino que se aplique una visión de género a las decisiones judiciales para impedir sentencias y autos como los de La Manada”, añade.