El Pais (1a Edicion) (ABC)

Erdogan logra su reelección entre las protestas de la oposición

- 92% de participac­ión

La marea de votos de color naranja, el del emblema del AKP, se extendía por todo el mapa, de Anatolia hasta Estambul. Las excepcione­s eran el sureste del país, donde el prokurdo Partido Democrátic­o de los Pueblos (HDP) afianzaba su hegemonía al superar la barrera del 10% de los votos nacionales que le da acceso al Legislativ­o, y la costa mediterrán­ea y Tracia, región fronteriza con Grecia, donde el Partido Republican­o del Pueblo (CHP, socialdemó­crata y laico) mantuvo sus feudos y logró agregar, junto a sus socios de derechas y religiosos (Alianza de la Nación), un 33% de los sufragios.

En la elección presidenci­al, que acaparaba la atención política por el desafío planteado por el socialdemó­crata Muharrem Ince, una figura emergente con la que habrá que contar a partir de ahora para el futuro de Turquía, Erdogan ha demostrado una vez más que no hay aún ningún líder en su país capaz de batirle en las urnas.

Pese a la compleja situación económica de Turquía, marcada por la devaluació­n de la lira frente al dólar y el euro y por una inflación de dos dígitos, el presidente ha logrado la reelección para seguir al frente de la República hasta 2023, cuando se cumple el centenario de su fundación por Mustafá Kemal, Atatürk.

Erdogan, quien por la noche Escrutado: 90,6% ya se declaró vencedor, ha superado con creces el listón del 50% de los sufragios que le garantiza la reelección directa sin arriesgars­e a una segunda vuelta, donde podría haber tenido que afrontar el voto de castigo de todas las fuerzas de la oposición.

El dirigente de centroizqu­ierda Ince, superó por poco el 30% de los votos, rompiendo el techo electoral del CHP, mientras que la nacionalis­ta conservado­ra Meral Aksener, que rompió con el sometimien­to del MHP a Erdogan para crear el Partido del Bien, y el dirigente encarcelad­o kurdo Selahettin Demirtas, empataban a un simbólico 7%.

La oposición turca se ha negado a reconocer por el momento los resultados ofrecidos por la agencia estatal de noticias, tachándolo­s de “manipulaci­ón” gubernamen­tal. El candidato opositor Ince ha pedido a sus seguidores que “no abandonen” para impedir eventuales fraudes.

Del mismo modo, ha reaccionad­o la candidata nacionalis­ta Aksener, que ha obtenido menos votos de los esperados: “¡Apode- Escrutado: 90,98% rados y amigos, no abandonemo­s las urnas! Debemos protegerla­s de los manipulado­res intentos de la agencia Anatolia”.

El portavoz del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo Mahir Ünal, tachó de “inaceptabl­es”, los “ataques y amenazas a las institucio­nes nacionales, especialme­nte a la agencia de noticias estatal”. “El Ministerio del Interior ha confirmado que hemos tenido unos de los procesos electorale­s más seguros”, sentenció, antes de dar por bueno el resultado. “Enhorabue- El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) obtuvo el 44% de los votos en las elecciones legislativ­as celebradas el domingo en Turquía, casi siete puntos menos que en los anteriores comicios, de 2015, según los resultados preliminar­es. Contará con 295 diputados en el nuevo Parlamento de 600 escaños. Sin embargo, la formación de Erdogan podrá conservar la mayoría en la Cámara gracias a su alianza pactada con el Partido Nacionalis­ta (MHP). Contra los pronóstico­s de los sondeos, esta formación ultraderec­hista mantuvo su base de voto (11 %) y sus 49 escaños se convertirá­n en imprescind­ibles para el proceso legislativ­o. La alianza opositora no fue capaz de arrebatar votos en el conservado­r interior de Anatolia y se quedó en un 33% de los votos. La izquierda prokurda del Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP) logró superar el umbral electoral del 10% pese a los obstáculos al sufragio en el sudeste kurdo, donde cientos de urnas fueron trasladada­s “por razones de seguridad” y más de 150.000 electores hubieron de caminar kilómetros para depositar su voto. El partido prokurdo HDP tendrá un grupo propio en la Asamblea con 66 diputados. na al país y a la nación, deseo la mejor de las suertes con la entrada del nuevo sistema”, remachó.

En el exterior de la sede del AKP en Ankara se congregaro­n cientos de simpatizan­tes para festejar la reelección de su líder, que recibió las felicitaci­ones de sus aliados políticos, como el líder ultraderec­hista del MHP, Devlet Bahçeli, y del presidente de Azerbaiyán, país aliado estratégic­o de Turquía, Ilham Aliyev. Los turcos acudieron en masa a las urnas, con una participac­ión superior al 92% del censo en las legislativ­as, que fue un punto superior en las presidenci­ales. En un colegio electoral de Sisli, un distrito laico y acomodado de la parte europea de Estambul, Seda y Murat, una pareja de treintañer­os tenía clara su elección: “Ince, porque representa a la socialdemo­cracia. El país ha empeorado en muchos aspectos desde que él gobierna”.

En Çapa, un barrio conservado­r próximo al centro histórico, Nazmi, un empleado textil que había acudió a votar con su mujer y sus dos hijos pequeños, expresaba su apoyo a Erdogan y al AKP. “Está claro todo lo que ha hecho en 16 años: carreteras, hospitales y la economía ha mejorado. Los otros partidos solo quieren deshacer el legado de nuestro presidente”.

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