Francia y Alemania lideran un núcleo duro para rebajar la tensión migratoria en la UE
Italia logró acaparar la atención de una reunión ideada en principio para aliviar la compleja situación política. Hasta el punto de que la principal inquietud de Merkel al promover este encuentro —frenar los movimientos de refugiados entre las fronteras internas, que confluyen en buena medida en Alemania y que han llevado a su ministro del Interior a amenazar con un cierre de fronteras— apenas se mencionó, asegura una fuente europea.
El primer ministro, Giuseppe Conte, en cambio, logró imponerse. Fue el primero en tomar la palabra para desbrozar lo que denominó estrategia europea multilateral para la migración. Consiste en crear las plataformas externas que han defendido las dos grandes instituciones comunitarias para desembarcar a los migrantes que se aproximen a Europa. Los que, pese a todo, lleguen a las costas de la UEdeben ser atendidos conjuntamente por varios países. “Italia y España no pueden llevarlo todo”, recoge el argumentario de este plan. Frente a la situación actual, que atribuye toda la responsabilidad al primer país de entrada en Europa (al menos el primer año), el Gobierno de Roma defiende que la gestión de los expedientes se reparta.
La convergencia de posturas aún queda lejos, pero la radicalidad del discurso italiano ha convencido a los socios europeos de que el statu quo no es una opción.