Muchos mensajes y pocas ideas
La campaña de los tres favoritos a suceder a Mariano Rajoy al frente del PP —María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado— está siendo rica en mensajes internos y pobre en propuestas programáticas.
“Destacaría la improvisación”, resumió Gustavo Entrala, experto en comunicación. “Se les nota desentrenados en la articulación de ideas ilusionantes para el electorado. Tras la victoria de 2011, el PP de Rajoy se desideologizó para ser una agrupación política tecnocrática”, argumentó. “Casado representa una mayor promesa de renovación, pero la credibilidad de su discurso está lastrada por la controversia de su pasado académico. Soraya se está proponiendo como alguien capaz de ganar a Pedro Sánchez. Y Cospedal está apoyándose en la actualidad política”, remató el experto en comunicación sobre la secretaria general, que ha confrontado con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, tras decir que habría aplicado un 155 más duro.
Huérfanos de un debate entre los candidatos, los afiliados del PP apenas han escuchado propuestas. Los líderes del partido sí han visto mucha escenografía para tocar la fibra sensible de las bases —como la visita de Casado a Ermua, la tierra de Miguel Ángel Blanco—. También, gestos para delimitar el terreno de juego: Cospedal presentó su candidatura en una junta directiva del PP de Castilla-La Mancha para mostrar su peso orgánico; Sáenz de Santamaría en el Congreso para defender su capacidad de hacer oposición al PSOE, y Casado en una acera de la sede nacional para unir su condición de dirigente nacional a la de outsider de las elecciones.
“Casado mezcla tradición y juventud”, dijo un barón autonómico. “Soraya es la fiabilidad institucional, la capacidad de ganar elecciones y competir con Ciudadanos”, siguió. “Y Cospedal es el partirse la cara por las siglas”.
“Hay tres ideas fuerza”, enumeró otro líder regional. “Renovación, Pablo. Partido, Cospedal. Ganar elecciones, Soraya”.