Escándalo por supuesta propaganda ilegal a favor de Bolsonaro
Un nuevo escándalo ha sacudido Brasil a diez días de la segunda vuelta de las elecciones brasileñas. Según una investigación del diario Folha de S. Paulo, varias empresas privadas han estado financiando la distribución de propaganda a favor del candidato ultraderechista Jair Bolsonaro a través de WhatsApp, una herramienta que ya llevaba semanas despertando sospechas por su capacidad de manipulación en estos comicios, generalmente en contra del Partido de losTrabajadores (PT). De confirmarse, los hechos supondrían un delito electoral.
La coletilla durante el tramo final de campaña de las elecciones brasileñas ha sido que WhatsApp ha sustituido a los periódicos como fuente de información de muchos votantes; que los incontables memes, noticias falsas y otras octavillas digitales que se distribuyen a través de la aplicación de mensajería instantánea se han convertido en las nuevas noticias. Y con esta realidad se explicaba, en parte, que en el segundo país del mundo más enganchado a esta aplicación —únicamente tras Filipinas— los sondeos mostrasen un fervor tan repentino por el ultraderechista Jair Bolsonaro y un odio tan visceral al PT. Ahora Folha de S. Paulo apunta de dónde viene almenos un porcentaje de toda esta propaganda: de las arcas de un puñado de empresas privadas, que, según el rotativo, habrían sufragado, con contratos de hasta 12 millones de reales (algo más de 2,8 millones de euros), la distribución continua de millones de mensajes favorables a Bolsonaro para manipular al electorado de cara al fin de los comicios, el próximo día 28. Esto supondría, como mínimo, una forma de financiación electoral de empresas al candidato, que es ilegal, y además oculta a los ojos del Tribunal Electoral.
Estas compañías, algunas tan grandes como la cadena de tiendasHavan, una de lasmayores de Brasil, pagaban servicios de agencias de marketing digital como Quickmobile, Yacows, Croc Services y SMS Market, firmas que ofrecen lo que en el mundillo llaman “disparo en masa”: envíos del mismomensaje incontables veces usando diferentes números (WhatsApp limita el número de veces que el mismo número puede mandar el mismo texto).
Las bases de datos usadas serían, en el mejor de los casos, las del propio Bolsonaro o su partido. En el peor, otras vendidas por las agencias, lo que supondría otro delito más: la legislación electoral también prohíbe la compra de bases de datos de terceros.