Ni toreros ni ‘boys’
Felipe Orviz volvió de Bruselas con un pensamiento: ni siquiera en la capital comunitaria está exento de ser señalado. El asesor jurídico de la Fundación ALPE, la principal organización española de afectados de acondroplasia, viajó a la ciudad a finales de septiembre acompañado de otras seis personas con enanismo para pedir ante instituciones y eurodiputados la prohibición de espectáculos que les utilizan en un rol denigrante, como el bombero torero o los bufones eróticos en despedidas de soltero. También para denunciar los problemas de accesibilidad que vuelven una odisea actos tan cotidianos como sacar dinero de un cajero.
Una vez terminadas las reuniones, salieron a un bar acompañados de otros siete miembros de una asociación búlgara. 14 personas de talla baja caminando juntas. Hubo de todo: risas, grabaciones... En el local en el que entraron, un grupo se agacha imitando su altura. Hay un conato de enfrentamiento. Han recorrido 500 metros y la noche de fiesta ya se ha echado a perder. Es la vida de alguien que con 38 años mide 1,32 metros, como Felipe.
El incidente ilustra la realidad de las personas que tienen acondroplasia, una mutación que padece aproximadamente 1 de cada 20.000 nacidos vivos. Unos 2.000 en España.
“Somos la única discapacidad que causa risa”, lamenta Orviz. De las quejas han pasado al activismo. La visita a Bruselas sirvió para arrancar al grupo socialista en el Parlamento Europeo el compromiso de dar visibilidad al problema y revisar las leyes que dan soporte legal a las humillaciones.
“Pensar que en 2015 se aprobó un real decreto sobre la fiesta de los toros y los enanos como un espectáculo da idea de las dificultades a las que se enfrenta este colectivo”, explica Soledad Cabezón, eurodiputada. La socialista se refiere al convenio nacional taurino, que recoge en su artículo 9 la obligación de que los espectáculos de torero cómico cuenten con “un mínimo de cinco toreros pequeños”. Y definen pequeños como aquellos que no tienen “capacidad física autosuficiente para la lidia”.
Este tipo de cuadrillas vive un importante declive. La única que sobrevive es Diversiones en el Ruedo, que se ofrece como “un espectáculo renovado para todos los públicos con los mejores enanitos”. Pero ellos también han notado la crisis: de más de 100 espectáculos anuales han pasa-