El ritmo musical de las ideas y las edades del escritor
Janés recordó su niñez, en una casa por la que pasaban escritores, como parte de una familia de editores, y cómo empezó a escribir novelas “porque las escuchaba en la radio”. Muñoz Molina contó que la primera vez que tuvo noción “de que había escritores fue viendo las portadas de los libros de Verne”. El autor reveló que cuando le preguntan su profesión no dice “escritor con mucha convicción” por pudor, que se transforma en rechazo “ante la exhibición del escritor convertido en personaje”. Enrigue censuró la “sobreexposición de los escritores y su conversión en talismanes”. Y Flores se mostró más optimista: “Enmi país hace 20 años la literatura estaba solo en la élite”.
Otro asunto en otramesa, aparentemente más ligero, fue la relación de los escritores con sus objetos. Rosa Montero se reconoció fetichista a unos metros de la exposición quemuestra piezas de autores españoles y peruanos. “He elegido una pequeña salamandra de bronce entre las 200 que poseo”. A esta se suma un objeto con significado especial, un pequeño cubo de metacrilato con una imagen del que fue su marido, Pablo Lizcano. “Sé que es algo fantasmagórico, pero lo tengo siempre al lado cuando escribo”. Gabriela Wiener habló de un cómic suyo. Y Marcos Giralt Torrente reconoció que fue una pesadilla decidir qué meter en su vitrina de la exposición y tiró demercadillos: una llave que compró en el rastromadrileño o un maletín en el de Camden Town en Londres.