La delincuencia se ceba con Barcelona y aumenta un 19%
En la recta final del mandato de Ada Colau en Barcelona, los partidos la han criticado por su supuesta permisividad con la delincuencia. Los datos aportados ayer por los Mossos y la Guardia Urbana constatan que, entre enero y agosto de 2017, se cometieron 123.013 delitos en la ciudad mientras que en el mismo periodo de 2018 han sido 146.447. Una tendencia al alza que reflejan también las cifras recogidas por el Ministerio del Interior, que aúnan los datos de todas las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Según el último balance de criminalidad, que recoge las cifras de los dos primeros trimestres del año, solo en la ciudad de Barcelona, los hurtos aumentaron un 22,7 % en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Los Mossos, con plenas competencias en seguridad ciudadana, han denunciado una falta de más de un millar de agentes (17.000 frente a una necesidad de 18.000). Y también desde los sindicatos de policía y las asociaciones de la Guardia Civil vienen quejándose de un déficit “histórico” de efectivos en Cataluña (unos 1.500 entre policías y guardias). Además, desde los tres cuerpos, se ha señalado en los últimos tiempos un “descuido de la delincuencia” por la concentración de agentes —incluidos los refuerzos enviados recientemente— en la seguridad del procés y la amenaza terrorista.
En paralelo, la encuesta de victimización del Ayuntamiento de Barcelona, también presentada ayer, presenta uno de los peores datos. El 25,6% de los vecinos asegura haber sido víctima de uno o más delitos el último año. Una cifra que solo se había superado en 1986 (26,2%), en plena lucha contra la epidemia social de la heroína. Los hechos más relatados son el robo del bolso, las amenazas, la estafa y el robo del móvil. El distrito de Ciutat Vella —el casco antiguo— es el que sale peor parado, con un 36,6% de sus vecinos que dicen haber sufrido un delito allí.
Los datos de los Mossos revelan que, solo en la ciudad de Barcelona, se cometen el 39% de delitos del conjunto de Cataluña. Sobre todo, hurtos —que han crecido un 1,9%, hasta los 86.834 casos— y robos con violencia e intimidación que también han subido un 19% y han pasado de 3.694 a 4.396. Los hurtos que se cometen en Barcelona suponen casi el 55% de los que se denuncian en toda Cataluña y han crecido especialmente en el interior de establecimientos comerciales, restaurantes y en el metro. También han aumentado (22,8%) los robos con fuerza en el interior de domicilio y de vehículo y los deli- tos contra la seguridad vial (32%).
Con estas cifras sobre la mesa, se celebró ayer una Junta de Seguridad Local en la que Colau criticó la pasividad de la Generalitat ante una situación excepcional. En julio, Colau y el consejero de Interior, Miquel Buch, debatieron sobre la proliferación de los narcopisos, la impunidad de los hurtos y la venta ambulante. La alcaldesa pidió ya entonces más agentes de la Policía de la Generalitat. Buch respondió que no iba a aumentar el número de efectivos patrullando en Barcelona, pero garantizó que la seguridad quedaría cubierta. No fue así. Durante los meses de verano se cronificaron las protestas vecinales que pedían seguridad en las calles. La oposición a Colau atacó con ese asunto, y la alcaldesa forzó, a mediados de septiembre, un nuevo encuentro con Buch en el que exigió más agentes y lanzó un SOS sobre el día a día en Ciutat Vella. La alcaldesa recriminó que la investigación del narcotráfico y de las organizaciones criminales que campaban a sus anchas por la ciudad dedicándose a hurtar eran competencia de los Mossos. Buch volvió a negar: “La solución de los narcopisos no pasa por tener más Mossos en la calle”.
En la junta de ayer, Colau sacó pecho y destacó que el Ayuntamiento ha invertido 12 millones de euros en horas extra de agentes de la policía local. Y, aunque no puede incrementar los efectivos de los Mossos si no se convocan oposiciones, anunció que se reorganizará la plantilla a partir del 1 de noviembre para incrementar la presencia uniformada en puntos sensibles como Ciutat Vella.
En Barcelona hay unos 2.400 agentes de la policía catalana. Y desde la Consejería de Interior se insistió en la necesidad de avanzar en la coordinación de la Guardia Urbana y los Mossos con el horizonte de crear una “policía de Cataluña”.