México abre las puertas a la caravana migrante en un gesto sin precedentes
Entre el estupor, la sorpresa, las dudas y la emoción, uno a uno los migrantes fueron recibidos de forma amable en el puente del río Suchiate, que separa México de Guatemala, por funcionarios, que aguardaban su llegada. Donde se esperaban policías con gases lacrimógenos para frenarlos, los hondureños encontraron botellas de agua y jóvenes que ofrecían apoyo, asesoramiento y un folleto donde les recordaban que están en su casa y que tienen la oportunidad de “comenzar una nueva vida en México”.
Los migrantes se habían hecho a la idea de que iban a ser mandados a centros de detención, pero se encontraron un importante despliegue logístico: cada uno de ellos recibió un brazalete con el sello de la Secretaría de Gobernación (Ministerio del Interior) y un código QR que les permitirá obtener rápidamente los papeles de residencia. México considera que Centroamérica vi- ve una crisis humanitaria y el Instituto Nacional de Migración se comprometió a entregar “antes de cinco días” un certificado con el que podrán quedarse en el país durante un año. Este permiso será renovable y permite tanto trabajar como tener acceso a la sanidad y educación públicas.
“¿Pero paso por aquí y ya?”, se preguntaba escéptico Samuel Almendárez, un electricista de 50 años que llegó con los pies destrozados. Después de dos lar- El novedoso operativo tendrá una duración de unos pocos días y solo se ha implementado para contener a esta caravana, según fuentes oficiales. Pero significa un cambio sin precedentes en la gestión mexicana de la migración. Hace menos de tres meses, una caravana de características similares —aunque 10 veces más numerosa— fue recibida con gases lacrimógenos y una débil valla que la multitud no tardó en tumbar antes de seguir rumbo hacia el norte. La llegada al poder de López Obrador ha cambiado la situación y ha ofrecido posibilidades a todos para seguir hacia EE UU o quedarse en México.
La acogida dejó estupefactos a los migrantes, acostumbrados a desconfiar de cualquier cosa que venga de México, y hasta los funcionarios aduaneros de Guatemala seguían atónitos ante lo que ocurría al otro lado del puente.
Las autoridades han habilitado un albergue con capacidad para 3.000 personas, donde se ofrecerán alimentos y asistencia médica. La embajadora de México en EE UU, Martha Bárcena, anunció que a finales de enero el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se reunirá con el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, para avanzar en el plan de financiación previsto para el sur de México y Centroamérica.