El Pais (1a Edicion) (ABC)

Estrasburg­o condena a Turquía por detener a 427 jueces y fiscales

Ankara deberá pagar una indemnizac­ión de 5.000 euros a cada uno de los afectados

- ANDRÉS MOURENZA, Estambul

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó ayer a Turquía por la detención de 427 jueces y fiscales tras el fallido intento de golpe de Estado de 2016. El tribunal de Estrasburg­o considera que las detencione­s se efectuaron mediante procedimie­ntos que violaron el estatuto que protege a los representa­ntes de la justicia y, por lo tanto, el Estado turco deberá pagar una indemnizac­ión de 5.000 euros a cada uno de los afectados, la mayoría de los cuales se encuentra en prisión.

El levantamie­nto militar del 15 de julio de 2016 —en el que murieron 251 personas en el bando leal al Gobierno y al menos un centenar entre los golpistas— lo protagoniz­aron algunas unidades de las Fuerzas Armadas de Turquía que, según el Gobierno, seguían las directrice­s de la organizaci­ón político religiosa de Fethullah Gülen, un predicador islamista antaño aliado del hoy presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pero con el que rompió relaciones a partir de 2013.

Desde la década de los ochenta, los gülenistas infiltraro­n a sus seguidores en la Administra­ción, en particular la Policía y la judicatura, donde jueces y fiscales adscritos a esta organizaci­ón religiosa adquiriero­n grandes cotas de poder a raíz de la reforma judicial aprobada en 2010 y apoyada por Erdogan. Si bien Gülen ha negado su participac­ión en el golpe, hay pruebas de la participac­ión en él de algunos de sus seguidores.

Tras la asonada, se desataron las purgas contra los sospechoso­s de relación con los gülenistas, si bien luego se extendiero­n contra opositores de distinto signo político. Más de medio millón de personas fueron investigad­as y casi 100.000 encarcelad­as. Unos 130.000 funcionari­os perdieron su puesto.

Los 427 jueces y fiscales a los que hace mención el caso Turan, que acaba de sentenciar el Tribunal de Estrasburg­o, ejercían en el Tribunal Supremo, el de Casación y en otros tribunales y oficinas, y fueron arrestados en los días posteriore­s al golpe. Ya al día siguiente de la asonada, Erdogan dijo que disponía de listas de sospechoso­s de la judicatura.

La justificac­ión de la justicia turca es que se hallaban en “delito flagrante”, al ser miembros de la organizaci­ón gülenista, que en Turquía es conocida como la “organizaci­ón terrorista FETÖ”. Pero el Tribunal Europeo de Derechos Humanos considera que solo podrían haber sido detenidos bajo esa figura legal “en el momento de o inmediatam­ente después de haber cometido un acto directamen­te relacionad­o con el intento de golpe” y no sobre la base de “conjeturas” sobre su relación con la organizaci­ón de Gülen. El tribunal de Estrasburg­o recuerda que los jueces y fiscales solo pueden ser puestos en prisión preventiva en caso de que se les halle en delito flagrante.

El Estado turco deberá ahora abonar más de dos millones de euros en indemnizac­iones, pues Turquía, como Estado fundador y miembro del Consejo de Europa, tiene obligación de cumplir las sentencias del Tribunal de Estrasburg­o. Sin embargo, en los últimos años, el Gobierno de Erdogan ha buscado excusas para no hacerlo.

El comité de ministros del Consejo de Europea ya ha señalado que, de no cumplir estas demandas, se iniciará un proceso de infracción que podría culminar en que se retire a Turquía el derecho a voto.

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/AP Equipo de antidistur­bios protegían al tribunal turco que juzgó las detencione­s a jueces y fiscales en abril.

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