Casado se sube al carro del malestar dispuesto a la agitación en la calle
El presidente del PP irá a todas las protestas contra el Ejecutivo aunque coincida con Vox
Con la crisis con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, lejos de resolverse y Vox pisando fuerte en las encuestas, Pablo Casado se prepara con intención de volver a agitar las calles contra el Gobierno. El presidente del PP ha participado ya en las manifestaciones de policías y guardias civiles contra la derogación de la ley mordaza y prevé sumarse a cuantas protestas se levanten contra el Ejecutivo si no son incoherentes con las políticas populares, anticipan fuentes de su entorno.
El PP asegura que “la temperatura de la calle está subiendo por los errores del Gobierno”, y su plan es sumarse a esa agitación social. Casado saldrá tras la pancarta incluso aunque coincida con Vox, como anteayer en la protesta policial en la que saludó al líder ultra, Santiago Abascal. Mañana, el presidente popular “hará lo posible” por asistir también a la manifestación policial, pero su presencia está en el aire pues a primera hora estará en León en un acto con los líderes provinciales del PP. Si llega a tiempo, se reencontrará con Ayuso después de dos meses evitándose.
La experiencia de los populares animando la movilización social contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha sido hasta ahora desigual. El PP opina que le salieron bien las protestas contra la ley Celáa junto a la escuela concertada y privada (aunque la norma no se tocó), pero es consciente del pinchazo en la recogida de firmas contra los indultos a los condenados del procés. Casado ordenó retirar aquella iniciativa antes de
Algunos dirigentes vinculan la subida de tono a querer tapar la crisis con Ayuso
La presencia del líder en la marcha policial de mañana sigue en el aire
tiempo visto el escaso respaldo que cosechó: se reunieron cerca de 500.000 firmas, frente a los cuatro millones que había logrado Mariano Rajoy contra el Estatut de Cataluña en 2006.
Fuentes de la dirección del PP creen que la situación ahora es diferente, porque hay un malestar social “creciente” por la situación económica, y el partido lo único que hace es subirse a la ola de ese movimiento de contestación. “No es el PP; es la reacción a las políticas del Gobierno”, defiende un miembro de la dirección, que asegura que el partido “no ha calentado” la manifestación de los agentes y “hace lo que tiene que hacer”, ya que la ley que se quiere derogar fue promovida por el PP en 2015.
En la cúpula no existen problemas en coincidir en esa manifestación con Vox, aunque en junio, en la protesta contra los indultos que reunió a la derecha de nuevo en la plaza de Colón, Casado esquivó la foto con Abascal. “No nos produce ningún tipo de inquietud”, aseguran fuentes próximas al líder popular sobre la coincidencia con el dirigente de Vox, con quien Casado dice que no tiene ningún problema personal y también coincidió en la fiesta del 12 de octubre y suele saludarse en la cafetería del Congreso. Lo que no ha hecho ha sido reunirse con él desde la moción de censura en la que rompió con Vox el 22 de octubre de 2020. En el comité de dirección, los más moderados también están girando y perdiendo las reticencias a compartir actos con la extrema derecha. “Nos importa muy poco coincidir con uno u otro; no tenemos ningún complejo”, asegura un dirigente del ala moderada.
Ayuso ha marcado el paso en el apoyo a la reivindicación policial. La presidenta madrileña fue la primera en respaldar a los sindicatos policiales, con los que se reunió el día 12, y la primera que anunció que iría a la manifestación de mañana. Tras ella se sumaron Abascal y Casado. La protesta puede ser escenario del primer encuentro entre el líder y la mandataria regional en plena guerra interna desde la convención del 3 y el 4 de octubre en Valencia, que Ayuso eclipsó con unas explosivas declaraciones en las que prometió a Casado que no tratará de moverle la silla. Hasta ahora, ambos se han evitado, sin coincidir ni en el congreso del PP de Castilla-La Mancha ni en el de Andalucía, a pesar de haber ido ambos a los dos. Mañana, puede que Casado se ahorre coincidir con Ayuso ya que tiene que volver a Madrid desde León tras intervenir en el acto con los presidentes provinciales y, como mucho, solo podrá estar al final de la marcha.
Algunas voces en el PP interpretan que esta crisis interna influye en que Casado haya elevado el tono de su oposición al Gobierno, como una manera de salir al paso de la pugna y sacar la cabeza, después de casi tres meses de trabajo eclipsado por ese conflicto. Además, las encuestas están reflejando un desgaste del PP a consecuencia de la pugna y que Vox es el principal beneficiado y está creciendo. En ese contexto, Casado se ha sumado a las protestas policiales con la formación ultraderechista y pedido la aplicación de un 155 educativo para hacer cumplir el 25% de clases en castellano, enterrando la apuesta moderada en Cataluña de las últimas elecciones catalanas. Fuentes de la cúpula niegan que estén subiendo el diapasón por esos condicionantes mientras se preparan por acompañar cuantas movilizaciones sociales se levanten en los próximos meses contra Sánchez.