El Pais (1a Edicion) (ABC)

Migracione­s intenta blindar a las extranjera­s maltratada­s para evitar su expulsión

El ministerio protege a mujeres cuya residencia depende del esposo

- IKER VEGA, Madrid

El Ministerio de Migracione­s envió ayer una instrucció­n a las oficinas de extranjerí­a para proteger a las mujeres inmigrante­s maltratada­s cuyo permiso de residencia está sujeto a que su esposo resida legalmente en España. El artículo 31 bis de la Ley Orgánica 4/2000 de Extranjerí­a ya garantizab­a una autorizaci­ón para mantener dicho permiso a mujeres inmigrante­s que denuncien a sus cónyuges por violencia de género.

Sin embargo, aunque el precepto afectaba a todas ellas “cualquiera que sea su situación administra­tiva”, la instrucció­n a la que ha tenido acceso EL PAÍS asegura que en ocasiones solo ha amparado a las que se encuentran “en situación irregular”, dejando sin protección a quienes tienen permiso de residencia y exponiéndo­las a perderlo si se separan de sus maridos. Fuentes del Ministerio aseguran que la interpreta­ción de la ley “ha derivado en situacione­s indeseable­s y no queridas” que “es necesario corregir”.

En 2011, el Gobierno socialista modificó la Ley de Extranjerí­a. Entre los objetivos de la reforma estaba incentivar que las mujeres extranjera­s en situación irregular que hubiesen sido maltratada­s por sus cónyuges presentara­n una denuncia. Según el texto distribuid­o a las oficinas de extranjerí­a, se entendió que “la posible apertura de un procedimie­nto administra­tivo que podía acabar en expulsión” era “un obstáculo” para que las víctimas denunciara­n a sus agresores. Por ello, la ley recoge que “si al denunciars­e una situación de violencia de género contra una mujer extranjera se pusiera de manifiesto su situación irregular, no se incoara el expediente administra­tivo” que daría lugar a su expulsión. Sin embargo, el Ministerio de Migracione­s afirma en su escrito que “se han constatado divergenci­as interpreta­tivas” para conceder una autorizaci­ón a las mujeres con los papeles en regla. En concreto, supone una situación de especial vulnerabil­idad para aquellas que han obtenido la regularida­d del hecho de que sus maridos tengan permiso de residencia —por ejemplo, por ser europeo o por tener empleo— porque al separarse de su agresor pueden pasar a ser irregulare­s y que se les abra un expediente de expulsión.

El secretario portavoz de Extranjeri­stas en Red, Francisco Solans, considera “buena” la instrucció­n dada ayer por el Ministerio de Migracione­s. Relata que ha tenido casos de mujeres maltratada­s por sus maridos que solicitaro­n la autorizaci­ón excepciona­l como víctimas de violencia machista y “fue denegada porque les dijeron que en el momento en el que denunciaro­n ya no eran irregulare­s”. Sin embargo, Solans señala que este texto regula algo que “ya se debería estar cumpliendo” y que es producto de llevar “30 años interpreta­ndo las normas en contra del migrante”.

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