El Pais (1a Edicion) (ABC)

Los empleados de Nissan paran ante las dudas sobre la planta

La china GWM plantea que la fábrica no reúne sus requisitos

- DANI CORDERO, Barcelona

Los trabajador­es de la fábrica de Nissan en la Zona Franca de Barcelona han decidido paralizar las dos líneas de producción de las instalacio­nes ante los problemas surgidos en las últimas horas sobre la posible inversión de la sociedad china Great Wall Motors (GWM). El grupo chino ha trasladado al Ministerio de Industria, al Departamen­to de Empresa de la Generalita­t de Cataluña y a Nissan

que, tras realizar durante una semana una auditoría sobre la planta, ha concluido que esta no cumple con todos los requisitos que el grupo tenía previstos para implantars­e en Europa. Fuentes sindicales explicaron que se convocó ayer una asamblea de trabajador­es para explicar a la plantilla la última informació­n que se tiene sobre la operación.

El martes, GWM remitió una carta a los negociador­es indicando que la planta no reunía las caracterís­ticas técnicas que requieren sus planes. Las administra­ciones convocaron ayer por la tarde de urgencia al comité de empresa, al que trasladaro­n el resultado de la auditoría interna elaborada por GWM. No eran datos positivos. En ese informe la compañía establecía algunos puntos que complicaba­n la instalació­n del fabricante chino en Barcelona, actualment­e la opción prioritari­a para las administra­ciones como sustituto de Nissan, que prevé poner fin a su actividad a finales de diciembre.

El primer punto en contra es que GWM ha aumentado sus previsione­s de producción en Europa, donde quiere empezar a comerciali­zar sus vehículos eléctricos a partir del próximo año. De los 150.000 coches previstos inicialmen­te se habría pasado a una cifra en torno a los 300.000. Se trata de un volumen superior para una planta mediana dentro del sector de la automoción como es la de Barcelona, que podría asumir hasta 250.000 unidades si se realiza una importante inversión. GWM plantea destinar a la mejora de la planta en torno a 160 millones de euros.

Además, la dirección china considera que las inversione­s para acondicion­ar las instalacio­nes son mayores que las previstas, que las ayudas públicas no irían en la línea de lo que necesitan y que las condicione­s pactadas con la plantilla estarían por encima de sus condicione­s. Los negociador­es temen que la compañía esté demandando mayores incentivos públicos en la recta final de la negociació­n, conocedora de la necesidad de cerrar un acuerdo acelerado.

Los sindicatos han reclamado que, si es necesario, la ministra de Industria, Reyes Maroto, y el consejero de Empresa, Roger Torrent, o el propio president de la Generalita­t, Pere Aragonès, pidan una reunión con el presidente de GWM. La decisión se tendría que tomar en una semana.

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