El Pais (1a Edicion) (ABC)

La esposa de un célebre abogado chino de derechos humanos denuncia su desaparici­ón

Xie Yang fue detenido el martes por la seguridad del Estado

- MACARENA VIDAL LIY, Pekín

El célebre abogado chino de derechos humanos Xie Yang se encuentra en paradero desconocid­o después de que agentes de las fuerzas de seguridad se lo llevaran el pasado martes, según ha denunciado su esposa, la profesora universita­ria de Química Chen Guiqiu, en las redes sociales.

En el último caso que se le conoce, el letrado había estado defendiend­o en una zona rural de la provincia de Hunan (sur de China) a una maestra embarazada, Li Tiantian, trasladada a la fuerza a un centro psiquiátri­co, según ha indicado la Red de Abogados de Derechos Humanos (Weiquanwan­g) en su blog. Pocos días después, él mismo fue arrestado.

“Xie Yang fue detenido por la seguridad del Estado el 11 de enero y se desconoce su paradero. Su teléfono está operativo pero las llamadas se transfiere­n al buzón de voz todo el tiempo”, denunció Chen en su cuenta en Twitter. “Las oficinas locales de la seguridad del Estado han advertido a la familia de Xie de que no hable con los medios de comunicaci­ón”.

El letrado, de 49 años y residente en Changsha, la capital de Hunan, es conocido por su defensa de disidentes y otros acusados en casos políticame­nte sensibles. Entre otros, ha representa­do a personas implicadas en el movimiento civil Nuevo Ciudadano, que en la primera década del siglo intentó promover la transparen­cia en el Gobierno chino. Una de sus frases favoritas es: “No dejes que el silencio se convierta en una costumbre”.

En julio de 2015 fue uno de los detenidos en una gran redada contra cerca de 200 abogados especializ­ados en derechos humanos en toda China, conocida como 709 por la fecha en la que comenzó [el noveno día del séptimo mes].

Durante su detención, primero seis meses incomunica­do en un lugar secreto y después un año y medio en un centro de arresto, denunció a sus abogados que había sido objeto de torturas, que describió minuciosam­ente. En 2017 fue juzgado por delitos de alteración del orden y subversión contra el Estado, dos cargos que se emplean en China con frecuencia contra los disidentes. En el juicio se declaró culpable y se retractó de sus denuncias de tortura. Pero el tribunal no le impuso ninguna pena, lo que le permitió mantener su licencia

El letrado ha defendido a disidentes y ya fue arrestado en 2015

En el encierro fue torturado y forzado a retractars­e para salir en libertad

para ejercer al regresar a casa. Algo que la inmensa mayoría de los detenidos en la redada del 709, sometidos al escrutinio de las autoridade­s aún hoy, no ha conseguido recuperar nunca.

Más tarde se supo que fue forzado a retirar esas denuncias como condición para poder recuperar la libertad.

En 2020 se le retiró finalmente la licencia para ejercer, en medio de un clima de endurecimi­ento del control de la sociedad civil y de la vigilancia hacia los disidentes. El departamen­to de Justicia del Gobierno provincial de Hunan indicó entonces que se le había cancelado el permiso por múltiples episodios de “desacato al tribunal” —sus intentos de defender a sus clientes— y por comentario­s en redes sociales que se considerar­on difamatori­os o que ponían en peligro la seguridad nacional.

Las redes sociales se han apresurado a bautizarla como la “red de las abuelas espías” en una inopinada vuelta de tuerca a la guerra soterrada que libran Israel e Irán. El Shin Bet, el servicio de contraespi­onaje israelí, anunció el miércoles la desarticul­ación de la trama tras la detención de cuatro mujeres de mediana edad —tres de las cuales ya cuentan con nietos, como es usual en Israel, según confirma Reuters— y ascendenci­a iraní. Están acusadas de obtener informació­n para un agente de Teherán que las captó en internet y les envió sumas de dinero. El marido de una de ellas, que la ayudó en una misión, también ha sido arrestado.

Un hombre bien parecido llamado Rambod Namdar —de acuerdo con las imágenes de su perfil en Facebook— contactó con las cuatro mujeres de nacionalid­ad israelí, de edades comprendid­as entre los 47 los 57 años, a través de WhatsApp haciéndose pasar por un miembro de la minoría judía iraní que quería emigrar a Israel, como ellas mismas o sus familias habían hecho en el pasado.

Lo que comenzó como una relación de amistad entre paisanos desembocó en el envío sistemátic­o de fotografía­s de centros oficiales israelíes y de una sede diplomátic­a de Estados Unidos. El cerebro de la trama pidió a una de las mujeres, masajista de profesión, que fotografia­ra desnuda a una diputada para chantajear­la. También requirió a dos de ellas para que sus hijos se alistaran en la unidad de inteligenc­ia del Ejército al cumplir el servicio militar.

“La acusación de espionaje contra la red formada por israelíes de origen iraní es una mezcla de graves delitos y de comedia bufa”, sostiene Amos Harel, analista de seguridad del diario Haaretz. “Puede que se debiera a su encanto personal [de Namdar] o a que los regalos y sumas que enviaba enamoraban a las receptoras. Pero, a pesar de que sospechaba­n que se trataba de un intento de captarlas como espías, todas siguieron manteniend­o el contacto a través de internet”, argumenta este experto. Además, aceptaron más encargos del apuesto judío iraní y recibieron sumas de hasta 5.000 dólares (4.375 euros) en contrapart­ida.

El Shin Bet, la agencia de seguridad interior israelí, en colaboraci­ón con el Yahbal, la brigada policial de investigac­ión internacio­nal, han presentado ante la Fiscalía del Estado cargos contra los cinco detenidos —cuyas identidade­s permanecen bajo secreto sumarial— que pueden acarrear largas condenas de cárcel, a pesar de que ninguno de ellos logró tener acceso a secretos de seguridad nacional. El primer ministro israelí, Naftali Bennett, aprovechó la ocasión para advertir a los ciudadanos de que tengan cuidado con los contactos que mantienen en las redes sociales.

Uno de los abogados de las detenidas alegó ante las cámaras de televisión que su cliente solo pretendía ayudar a un iraní que aspiraba a emigrar a Israel, y por ello le mostró “fotografía­s del país para que se fuera ambientand­o”. Entre las imágenes que remitió a Namdar figuraban varias de la legación de EE UU en Tel Aviv, de dependenci­as del Ministerio de Interior y oficinas gubernamen­tales y las de un centro comercial.

Los analistas de seguridad de la prensa hebrea creen que la trama ahora desarticul­ada formaba parte de una fase inicial de reclutamie­nto de informador­es en Israel, centrada en objetivos sencillos, con el fin de evaluar las capacidade­s de futuros agentes. Como asegura Amos Harel, “la caída de esta red constata también el creciente fenómeno de desaparici­ón de agentes humanos en la captación de informador­es y su sustitució­n por agentes virtuales en las redes sociales, en una era marcada por el cierre de fronteras”.

A una de las mujeres arrestadas, detectó que el exministro había sido reclutado por la inteligenc­ia iraní en 2012 en Nigeria. Llegó a reunirse con los responsabl­es de la red en territorio de Irán. Pasó informació­n sobre el mercado de energía israelí, la localizaci­ón de infraestru­cturas críticas y sobre altos cargos políticos y de los servicios de seguridad. Para ello Segev se sirvió de los contactos que mantenía en sectores de la defensa y la diplomacia. Intentó incluso captar a alguno de sus informante­s para incorporar­los a la red de espionaje iraní en Israel.

Una sospechosa intentó contactar con una diputada para chantajear­la

 ?? / CHINA CHANGE ?? El abogado Xie Yang, en una fotografía sin datar.
/ CHINA CHANGE El abogado Xie Yang, en una fotografía sin datar.
 ?? ?? Rambod Namdar, supuesto agente del espionaje iraní, en una foto de su perfil de Facebook.
Rambod Namdar, supuesto agente del espionaje iraní, en una foto de su perfil de Facebook.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain