La Iglesia española asegura ahora que investigará los casos de abusos
La Conferencia Episcopal afirma, tras reunirse con el Papa, que tratará de esclarecer los 251 casos entregados por EL PAÍS, aunque no precisa cómo lo hará
La Conferencia Episcopal Española (CEE) asegura que está investigando los 251 casos de abusos que EL PAÍS entregó en diciembre a su presidente, el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, quien compareció ayer ante los medios en Roma para dar cuenta de las reuniones ad limina mantenidas con el papa Francisco (la visita que los obispos de cada país hacen cada cinco años al Pontífice para rendir cuentas). Le acompañaban el cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia; y Joan Planellas, arzobispo de Tarragona.
Omella no precisó cómo se hará la investigación ni cuándo se presentarán sus resultados. Tampoco explicó por qué un mes después de haber sido entregado el informe solo seis de las 31 diócesis afectadas (Bilbao, Barcelona, Zamora, Cartagena, Orihuela y Santiago de Compostela) han intentado ponerse en contacto con las víctimas. “Hemos mandado a todas las diócesis y a los religiosos el informe que EL PAÍS nos entregó”, señaló.
El cardenal aseguró también que “todas las diócesis van respondiendo poquito a poco”. “Creo que hay más. Nos piden los datos porque en algunos no los hay. Si había una acusación a un sacerdote, pues diga de quién se trata y nosotros investigamos. Eso hemos contestado a EL PAÍS. Siempre con el deseo de esclarecer y llevarlo todo a término como está mandado por los protocolos de la Santa Sede
y los tribunales civiles. Está el deseo de hacerlo. Y punto”, indicó el presidente de la CEE.
Los obispos se reunieron durante dos horas y media con el Papa. Una audiencia en la que se tocó el asunto de los abusos. La Conferencia Episcopal Española, después de un mes diciendo que es la Congregación para la Doctrina de la Fe la que debe investigar los casos, señala ahora que comenzará a revisarlos. “A nivel de Conferencia Episcopal hay un servicio de ayuda a las diócesis pequeñas que no tienen personas que puedan ayudar en esto. Nos parece más humano y cercano que cada diócesis tenga su organismo y le ha parecido bien a la Santa Sede”, apuntó Omella, antes de añadir que espera que el supuesto esfuerzo de la Iglesia se vea en otros lugares. “Ojalá tantas otras instituciones hagan ese camino que en la Iglesia hemos ido avanzando”.
El presidente de la CEE rechaza que se vaya a crear en España una comisión independiente que investigue los abusos cometidos en la Iglesia católica. Según Omella, las herramientas de las que dispone la Iglesia española son suficientes. “No hace falta multiplicar entes. En cada diócesis
Solo seis de las 31 diócesis han intentado contactar con las víctimas
hay la parte de los tribunales y el servicio de atención a las víctimas. Y eso es independiente. Portugal, Alemania y Francia [que han creado grupos de investigación] hacen lo que creen conveniente. Y nosotros también, siempre de acuerdo con los protocolos de la Santa Sede. Y les ha parecido bien. Si hay alguna dificultad lo veremos sobre la marcha”, declaró.
Reunión con el prefecto
Los obispos se reunieron también estos días con el prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, el jesuita español Luis Ladaria, quien insistió en que son las diócesis las competentes para investigar los casos reportados por este periódico, ya que también recibieron la información. Hasta el momento, la Iglesia española aseguraba que debía ser dicho órgano vaticano el encargado. Preguntado acerca de por qué las víctimas tienen más confianza en la prensa que en la propia Iglesia, Omella respondió que “a veces no se ha comunicado bien la oficina que teníamos”. “El periódico ha puesto su correo y la gente lo ha aprovechado. Dicho esto, abrimos el camino para que las víctimas se acerquen a las oficinas de cada diócesis”, añadió.
EL PAÍS publicó el pasado 19 de diciembre la información con los 251 casos inéditos de abusos por parte del clero de la Iglesia católica española en los últimos 70 años. Las denuncias afectaban a 31 diócesis y 31 órdenes religiosas. Una documentación que había sido previamente entregada al Papa y al arzobispo de Barcelona y presidente de la CEE, Juan José Omella. El documento de 385 páginas entregado al Vaticano hace referencia a abusos que, sumados a los casos conocidos previamente, afectan ya al menos a más de 1.200 víctimas. El caso más antiguo del informe data de 1943, y el más reciente, de 2018. La Santa Sede, a través de un breve comunicado, mostró la “cercanía” y “atención” del Pontífice con las víctimas ese mismo día.
La respuesta de la CEE en su momento fue de un largo silencio, primero, y de un ataque a este periódico, después, achacando falta de rigor a la investigación y escudándose en el fallecimiento de muchos de los abusadores para no proceder a la investigación, como es su obligación de acuerdo con el Derecho Canónico. Ha pasado ya un mes desde la entrega del informe al presidente de la CEE, y solo 6 de las 31 diócesis afectadas por estos casos se han dirigido a EL PAÍS para pedir ponerse en contacto con los denunciantes. La mayoría de las órdenes religiosas, por el contrario, han abierto ya investigaciones.
Una vez conocido el documento de EL PAÍS, el papa Francisco y el arzobispo de Barcelona y presidente de la CEE mantuvieron una conversación. El Vaticano, como acostumbra a hacer cuando las denuncias son tan numerosas y no pertenecen a una sola orden, diócesis o abusador concreto, supervisará a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe todo el proceso que lleve a cabo la Conferencia Episcopal. Roma esperará resultados, que, según su propio código, deberían llegar en no más de tres meses.
Las denuncias recogidas por este periódico abarcan 70 años