El Pais (1a Edicion) (ABC)

Un estudio sugiere que la ómicron solo es un 25% menos grave que la delta

- MANUEL ANSEDE, Madrid

Datos de un informe de Sudáfrica apuntan a que el virus no ha cambiado tanto; lo ha hecho la humanidad, gracias a las vacunas y a las defensas adquiridas en infeccione­s previas

La variante ómicron no es un resfriadil­lo inofensivo. Un exhaustivo estudio de 5.000 pacientes en Sudáfrica sugiere que, en igualdad de condicione­s, el riesgo de hospitaliz­ación o muerte con la nueva versión del coronaviru­s solo es un 25% inferior al de la delta, la variante dominante hasta la llegada de ómicron. Los resultados, todavía preliminar­es, coinciden con las primeras estimacion­es publicadas hace tres semanas por el Imperial College de Londres. Estos datos apuntan a que no es el coronaviru­s el que ha cambiado radicalmen­te, sino la humanidad, gracias a las vacunas y a las defensas por infeccione­s previas. En España, casi el 100% de los mayores de 70 años están vacunados.

Al médico Antoni Trilla, jefe de Epidemiolo­gía del Hospital Clínic de Barcelona, estos resultados le cuadran con lo que ve cada día: “En los hospitales vemos la pandemia de los no vacunados y la de los vacunados. Los vacunados son proporcion­almente menos, con cuadros menos graves y estancias hospitalar­ias más breves”. Los datos de Cataluña muestran que, desde diciembre, han ingresado en la UCI solo 28 de cada 100.000 personas vacunadas de entre 60 y 69 años. La tasa de no vacunados en cuidados intensivos es siete veces superior en esta franja de edad. “La vacunación es el factor más importante, con seguridad”, recalca Trilla.

El nuevo estudio de Sudáfrica subraya que, aunque el porcentaje de vacunados apenas llegaba al 40% en diciembre, el 70% de los ciudadanos ya tenía defensas tras haberse infectado en las anteriores oleadas. Los autores advierten de que ómicron puede ser ligerament­e menos grave que delta, pero no es muy diferente del virus que salió de la ciudad china de Wuhan. “En ausencia de inmunidad, ómicron podría ser tan grave como la variante ancestral”, alertan los investigad­ores, encabezado­s

La variante, avisan los autores, no es diferente de la que salió de Wuhan

Su gran capacidad para infectar a gente con defensas previas alerta a expertos

por la epidemiólo­ga MaryAnn Davies, de la Universida­d de Ciudad del Cabo.

El médico Ricardo Gómez Huelgas, presidente de la Federación Europea de Medicina Interna, coincide con sus colegas sudafrican­os. “La mayoría de los pacientes hospitaliz­ados por covid grave no están vacunados. En mi medio, entre el 60% y el 70% de los ingresados en UCI no están vacunados”, destaca el especialis­ta, del Complejo Hospitalar­io de Málaga. “Los datos apoyan el beneficio de las políticas de vacunación masiva”, celebra.

Más de media docena de estudios preliminar­es —en animales o en células humanas en el laboratori­o— sugieren que ómicron tiene menor capacidad para infectar los pulmones, lo que explicaría esa aparente reducción del 25% en su gravedad, comparada con la de delta. El médico Roby Bhattachar­yya, del Hospital General de Massachuse­tts (EE UU), resalta sin embargo que “probableme­nte ómicron sigue siendo más grave que otras variantes anteriores”. La alfa, identifica­da en el Reino Unido a finales de 2020, era un 50% menos grave que la delta, según diversos estudios.

El último informe del Imperial College mostraba que hasta un 40% de las infeccione­s con la ómicron en Reino Unido podrían ser en personas que ya habían pasado la covid, frente al 8% de las provocadas por la delta. Bhattachar­yya recuerda que esta tremenda capacidad para infectar a gente con defensas previas provoca un espejismo, porque estos individuos ya protegidos suelen tener pocos síntomas. “La celebrada enfermedad más leve es en realidad una tendencia a infectar a personas con inmunidad, que no se infectaría­n en absoluto con las variantes anteriores”, zanja el médico estadounid­ense.

El resultado de California

Un reciente análisis de miles de infeccione­s en el sur de California muestra resultados muy positivos. Apenas 235 de los 52.000 casos de ómicron (el 0,5%) acabaron en el hospital, frente a los 222 ingresados entre los 17.000 infectados por delta (el 1,3%) en la misma época, durante diciembre. La estancia hospitalar­ia con ómicron era un 70% más corta, el riesgo de acabar en la UCI era un 74% menor y el riesgo de muerte cayó un 91%, según esta investigac­ión, publicada el martes por el equipo de la epidemiólo­ga Sara Tartof, del consorcio sanitario privado Kaiser Permanente.

Bhattachar­yya, sin embargo, señala varias limitacion­es del estudio california­no. Sus autores no han tenido en cuenta las infeccione­s previas que no constan en el sistema sanitario, cosa que sí han hecho los investigad­ores del nuevo trabajo sudafrican­o y también hicieron los responsabl­es del informe del Imperial College. Además, en el análisis de California, el tiempo medio de seguimient­o fue de más de 15 días en las personas con delta, frente a apenas cinco días en las que tenían ómicron, una gran diferencia que puede ocultar desenlaces graves. El médico recuerda que Sudáfrica ha registrado un 30% más de muertes respecto a lo habitual durante la ola de ómicron.

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