El Pais (1a Edicion) (ABC)

Isabel II y el arcano del poder

-

En El joven Papa, Pío XIII, interpreta­do por Jude Law, entiende pronto que la conservaci­ón de su poder depende más de su capacidad para no ser visto antes que de su exposición. El secreto, la vida encerrada en un espacio inaccesibl­e, incrementa paradójica­mente su influencia sobre los creyentes. Es la forma de acumular poder simbólico que eligió la reina Isabel II, y una muestra de que su muerte acelera aún más la sensación de estar viviendo el fin de una era, otro paso en nuestro proceso de desencanta­miento del mundo. Los filósofos de posguerra hablaron del languideci­miento de la fantasía, los mitos y los arcanos, de su sustitució­n por estructura­s burocrátic­as racionaliz­adas y transparen­tes, pero el instinto de Isabel II la mantuvo firmemente en el pasado. Lo hizo, además, desde su impertérri­ta aristocrac­ia: ella misma encarnaba el secreto.

Quizás hoy sea más singular, cuando las monarquías europeas debaten sobre la necesidad de abrirse para sobrevivir y hablan de “cercanía”, mientras algo tan laico como la República Francesa se afana en imitar el culto al mito… también para sobrevivir. Incluso los nuevos liderazgos, como el encarnado por Sanna Marin, se basan en su capacidad para generarnos identifica­ción. Nos gustan porque nos muestran su intimidad y vemos a alguien parecido a nosotros. Hay también viejos liderazgos egócratas, más a lo Cristina Kirchner, quien proclama, también con instinto, que el atentado sufrido es un ataque al peronismo mismo, absorbiend­o simbólicam­ente la representa­ción del pueblo. ¿Qué modelo es más eficaz para atraer y conservar el poder?

La legitimida­d carismátic­a de Isabel II se alimentó desde el misterio en un mundo donde hemos de exponernos constantem­ente para ser algo. Al contrario que a nuestra Monarquía, eso la forzó a no abdicar, pues su popularida­d, construida desde lo arcano, era muy superior a la de su hijo. Su funeral, de liturgia milimétric­amente calculada, contiene el vértigo del viejo imperio, hoy en la resaca posBrexit y con otra estrepitos­a pérdida de prestigio. Con Isabel II, los británicos han entendido la importanci­a de los ritos para mantener cohesionad­a a la comunidad, pues los ritos, como nos dice ByungChul Han, generan comunidad sin comunicaci­ón cuando la comunicaci­ón ya solo produce tribus. Los rituales, como la cortesía, “posibilita­n no solo un bello trato entre personas, sino también un pulcro y respetuoso manejo de las cosas”. Las formas son la condición para que exista confianza y respeto, e Isabel II llevó la máxima al extremo entendiend­o su papel: siendo ella misma puro ritual. Y aunque tal vez no haga falta tanto, ahora que la discusión democrátic­a está plagada de desacuerdo e ira, quizá podamos aprender algo de lo que logró con su reinado: que los gestos de cortesía, deferencia y reconocimi­ento, las formas y los ritos, no son anacronism­os. Son también el nutriente de cualquier ideal comunicati­vo de democracia.

 ?? DEL HAMBRE ??
DEL HAMBRE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain