El Pais (1a Edicion) (ABC)

El fiscal pone presión al Gobierno al pedir que Griñán entre ya en la cárcel

El Ejecutivo, que tiene que decidir si indulta al expresiden­te socialista andaluz y a otros ocho cargos de la Junta, ha cuestionad­o la sentencia del Supremo sobre el ‘caso de los ERE’

- R. RINCÓN / J. MARTÍN ARROYO Madrid / Sevilla

El rechazo de la Fiscalía Anticorrup­ción a que el expresiden­te andaluz José Antonio Griñán, condenado a seis años de prisión por el caso de los ERE, espere en libertad la decisión del Gobierno sobre su indulto acerca al histórico dirigente socialista a la cárcel y aumenta la presión sobre el Ejecutivo, que tramita la medida de gracia. Pedro Sánchez evitó dar pistas ayer sobre si el Consejo de Ministros va a conceder el indulto, pero si la Audiencia de Sevilla asume la postura de la Fiscalía y decide ejecutar la sentencia que condenó a Griñán por prevaricac­ión y malversaci­ón, el Ejecutivo puede tener que decidir si le excarcela en medio de un año lleno de citas electorale­s. No obstante, la decisión de los jueces no será inmediata, y puede verse afectada por otras resolucion­es pendientes del Tribunal Supremo o del recurso anunciado por las defensas ante el Tribunal Constituci­onal.

“El Gobierno lo que hace es respetar los procedimie­ntos judiciales, saben cuál es mi posición y la he manifestad­o en reiteradas ocasiones”, se limitó a decir el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE en la comparecen­cia posterior a la cumbre que España y Portugal mantuviero­n ayer en Viana do Castelo, informa José Marcos. La petición de la Fiscalía Anticorrup­ción para que Griñán y los otros ocho exconsejer­os y ex altos cargos de la Junta condenados por los ERE ingresen en prisión coincidió con la presencia de medio Gobierno en el país vecino. A Sánchez le acompañaba­n seis ministros socialista­s además de la vicepresid­enta segunda Yolanda Díaz y la ministra de Igualdad Irene Montero, de Unidas Podemos: la vicepresid­enta tercera y ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera, Isabel Rodríguez (Política Territoria­l), José Manuel Albares (Exteriores), Fernando GrandeMarl­aska (Interior), Raquel Sánchez (Transporte­s) y Reyes Maroto (Industria y Turismo).

El escrito presentado por la Fiscalía responde a la petición que le formuló la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Sevilla a las acusacione­s para que informasen sobre la solicitud planteada por los abogados de Griñán y los otros ocho ex altos cargos de la Junta condenados a cárcel, que reclaman que se suspenda la ejecución de la pena de prisión mientras se tramitan los indultos. La Fiscalía considera que las penas deben ejecutarse ya y ahora es la Audiencia la que tiene que decidir, para lo cual no hay un plazo fijado. La opinión de la Fiscalía no es vinculante, pero suele tener un peso considerab­le en la decisión final que tomen los jueces.

Para rechazar la suspensión de la pena, la Fiscalía argumenta que el artículo 4.4 del Código Penal que hace referencia a que, de ser ejecutada la sentencia, la finalidad del indulto “pudiera resultar ilusoria” es una norma de “carácter excepciona­l”. En las condenas del caso de los ERE, afirma Anticorrup­ción, las penas impuestas “son lo suficiente­mente largas (...) para que se pueda estimar que la posible concesión del indulto no se vea frustrada por el inicio de las ejecucione­s”. Es decir, que, aunque los condenados entraran en prisión y después fueran indultados, el tiempo de pena que habrían cumplido sería proporcion­almente bajo y la medida de gracia seguiría teniendo efecto. “En un Estado de Derecho las sentencias claman por ser cumplidas como exigencia implícita a

la eficacia de la tutela judicial”, concluyen los fiscales, citando una frase incluida en varios pronunciam­ientos del Tribunal Constituci­onal.

La decisión de la Fiscalía es la misma para Griñán y para los otros ocho condenados que han reclamado el indulto: los exconsejer­os andaluces Francisco Vallejo, Carmen Martínez Aguayo, Antonio Fernández y José Antonio Viera, los ex viceconsej­eros Agustín Barberá y Jesús María Rodríguez, así como el ex director general de Trabajo Juan Márquez y el ex director general de la agencia Idea Miguel Ángel Serrano Aguilar. Todos fueron condenados en firme en septiembre pasado por el Tribunal Supremo, que concluyó que la excúpula del Gobierno andaluz creó y mantuvo, entre los años 2000 y 2009, un sistema de ayudas sociolabor­ales para evitar “todo control administra­tivo” y disponer del dinero público “de forma discrecion­al” y “al margen de toda legalidad”. Dos de los cinco magistrado­s del tribunal que revisaron el caso y ratificaro­n las condenas, emitieron un duro voto particular porque consideran que Griñán y otros cuatro ex altos cargos de la Junta no malversaro­n.

Recurso al Constituci­onal

Esa discrepanc­ia en la Sala es vista por las defensas como una puerta abierta tanto para cuestionar el fallo con recursos ante el propio Supremo y, si este no les da la razón, ante el Constituci­onal, como para allanar el camino hacia los indultos. El Gobierno ha eludido siempre avanzar cuál será su postura, pero la ministra de Justicia, Pilar Llop, sí dio el paso hace unas semanas de cuestionar el fallo durante una sesión de control en el Senado en la que incidió en los dos votos particular­es y subrayó el rechazo que ha generado la resolución en parte de “la doctrina penal”. Llop citó un artículo publicado del catedrátic­o de Derecho Penal Gonzalo Quintero Olivares en Diario de Sevilla en el que se califica de “extravagan­cia jurídica” el hecho de que la justicia que, “en su inmensa mayoría (...) fue a destinos justos y correctos, y que solo un paquete minoritari­o registró desviacion­es, lo que demuestra que en modo alguno el desvío era ‘programado’ por la Administra­ción”.

No hay plazo estipulado para que los tres jueces de la Sección Primera tomen una decisión. Anticorrup­ción presentó su escrito este jueves, pero los jueces pueden decidir a lo largo de las próximas semanas. Los magistrado­s que forman el tribunal que debe ejecutar el fallo del Supremo son Pilar Llorente, Patricia Fernández y Enrique García López-Corchado. Solo Llorente formó parte del tribunal que en primera instancia condenó a los ex altos cargos de la Junta, debido a la prejubilac­ión del expresiden­te de la Sala, Juan Antonio Calle, y el traslado de otra magistrada, Encarnació­n Gómez, a la Audiencia de Alicante. “Espero que los jueces tengan en cuenta que están en curso incidentes de nulidad”, apunta esperanzad­o el abogado de Griñán, José María Calero.

El indulto es una medida discrecion­al que el Gobierno no tiene que argumentar, aunque la ley sí exige que no sea arbitrario y que esté motivado en razones de justicia, equidad o utilidad pública, que fue el criterio utilizado en junio de 2021 para indultar a Oriol Junqueras y al resto de los condenados por el proceso independen­tista catalán. En el caso de Griñán, la petición formulada por su familia, a la que se han adherido más de 4.000 firmas, está basada en razones de “humanidad y equidad”, para lo que se alude a las “circunstan­cias personales y excepciona­les” del expresiden­te andaluz, de 76 años y “con una intachable trayectori­a vital caracteriz­ada por su lucha por la libertad y la democracia, la igualdad y el estado de bienestar”, además de un “profundo respeto a las institucio­nes del Estado”.

“Respetamos los procedimie­ntos judiciales”, se limita a decir Sánchez “Las sentencias claman por ser cumplidas”, afirma la acusación pública

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/ ALEJANDRO RUESGA José Antonio Griñán, el 19 de noviembre de 2019 en los juzgados de Sevilla.

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