El Pais (1a Edicion) (ABC)

Nikolay T., el asesino en serie trastornad­o por la ‘mili’ rusa

La Policía y la Guardia Civil encuentran en Moscú gracias al ADN al supuesto autor de tres homicidios en Alicante La madre del criminal advirtió de su comportami­ento meses antes Los agentes lograron vincular las muertes con el material genético del agreso

- RAFA BURGOS, Alicante

El comportami­ento de Nikolay T., supuesto autor de tres homicidios, uno de ellos en grado de tentativa, en el sur de Alicante entre agosto y noviembre de 2020, se transformó al volver de prestar dos años de servicio militar en su país, Rusia. Sus familiares y amigos en España notaron que se volvió peligroso, consumía alcohol y drogas en grandes dosis y hablaba consigo mismo como si tuviera personalid­ad múltiple. Su madre llegó a contactar con el Hospital de Torrevieja en marzo de 2020, meses antes de los crímenes, para informar de que tenía miedo porque su hijo sufría un brote psicótico.

Los avisos de la madre no surtieron efecto. El 11 de agosto, Nikolay asesinó a Antonio Joaquín Huerta, un agricultor en Los Montesinos, un municipio cercano a Torrevieja. Tres meses después, el 6 de noviembre, apuñaló mortalment­e a la funcionari­a judicial Alicia Valera cuando paseaba a su perro en la pedanía de La Hoya, en Elche. Entre ambos crímenes consumados, el exmilitar ruso hirió con un cuchillo a Josefa Samper, el 16 de julio en el portal que limpiaba en el centro de Torrevieja. Tras cometer el último asesinato en España, Nikolay T. huyó a su país gracias a un billete de avión que le compró su madre. En diciembre de 2020, mató a otra persona en Moscú.

El rastro de su ADN que dejó en sus delitos y la colaboraci­ón ciudadana han permitido identifica­r a Nikolay en el psiquiátri­co ruso donde está internado tras cometer su cuarto crimen, el tercero consumado de su historial. La Guardia Civil y la Policía Nacional contaron ayer cómo dieron con su pista.

En un principio, las fuerzas de seguridad no observaron un nexo entre los homicidios en España. Sin embargo, las declaracio­nes de los testigos y el cotejo de las muestras de ADN entre la Guardia Civil y la Policía Nacional, 10 días después del asesinato de la funcionari­a judicial en noviembre, permitiero­n vincular los crímenes. Ambos cuerpos suman esfuerzos. Buscaron hechos similares que pudieran haber ocurrido en la zona, la franja meridional de la provincia de Alicante, y dieron con una tentativa de homicidio realizada con un arma blanca de grandes dimensione­s hacia Josefa Samper, atacada el 16 de julio. Tras asestar cuchillada­s en el hombro y el omoplato de su víctima, el agresor escapa al intervenir un vecino, que lo define como varón de 1,75 metros de altura, entre 25 y 35 años, pelo rapado y caucásico. “En principio, no parecía haber conexión”, señala Francisco Balsalobre, jefe del grupo de delitos contra las personas de la Guardia Civil en Alicante, “pero lo relacionam­os con los homicidios porque no había móvil aparente, ni personal, ni económico, ni sexual, por la proximidad espacial y temporal y por el uso de un arma similar”.

Las pruebas genéticas se compararon con 200 investigad­os, continúa Pedro Puigcerver, jefe de la unidad homóloga de la Policía en Elche. Inicialmen­te sospecharo­n de un ciudadano de Ucrania, que había vuelto a su país, al que descartaro­n después de analizar a su padre, al que localizaro­n en una visita a España. Mientras tanto, las imágenes captadas en Los Montesinos desvelaron la presencia de “ocho vehículos y un hombre que circulaba en bicicleta” cerca del momento del crimen. La apariencia del ciclista “era similar a la del agresor de Torrevieja”, registrado también en vídeo, con lo que “cuadraba en los tres casos”.

Los investigad­ores decidieron difundir las imágenes para recabar testimonio­s. Y dio resultado. “Recibimos llamadas de amigos del asesino que certificar­on, sin duda, que era el autor del homicidio en tentativa”. Uno de ellos contó que en marzo, “había allanado el domicilio de un amigo en Torrevieja con intención de matarlo”.

Con Nikolay T. ya identifica­do, las pesquisas requiriero­n apoyo internacio­nal. Y se descubrió que el día en que mató a Alicia en La Hoya, su madre, una agente inmobiliar­ia que trabajaba entre Torrevieja, Ciudad Quesada (Rojales) y La Marina, otra pedanía ilicitana cercana al lugar del crimen, le había comprado un billete de avión para volar de regreso a Rusia, tras haber vivido 15 años en España sin más interrupci­ón que el periodo en el servicio militar que lo trastornó. La Interpol confirmó el viaje, que se produjo el 20 de noviembre, cuatro días después del homicidio. Las autoridade­s rusas también informaron de que Nikolay estaba ingresado en un psiquiátri­co en su país, tras haber sido juzgado por un homicidio cometido en Moscú. Las pruebas genéticas coincidían con los asesinatos españoles.

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El supuesto asesino corre por las calles de Torrevieja, en un vídeo difundido por la Guardia Civil.

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