300 aviones en tierra y miles de ojos en el cielo
El espacio aéreo español cerró parcialmente durante 40 minutos ante el riesgo de impacto
J. A. R. / J. V. / A. L. C. Madrid / Barcelona
Los aeropuertos españoles, especialmente los de Barcelona, Tarragona, Ibiza y Reus, se vieron afectados por el cierre parcial del espacio aéreo durante unos 40 minutos como medida de precaución por la posible caída sin control del cohete. El gestor de tráfico aéreo Enaire levantó las restricciones tras el paso del objeto espacial. La franja de exclusión afectó a 100 kilómetros a ambos lados de su órbita. Las restricciones no produjeron cancelaciones, pero sí retrasos en 300 vuelos, la mayoría en Barcelona, según datos de Aena.
El cierre, efectivo entre las 8.38 y las 9.38, dejó a todos los aviones en tierra en los aeropuertos catalanes (Barcelona, Reus y Tarragona) y causó demoras durante toda la jornada. Algunas de las terminales comenzaron a operar pasadas las diez de la mañana, como en el caso de los de Barcelona e Ibiza. Aunque la alerta se lanzó para los cuatro aeropuertos citados, también se produjeron retrasos significativos en grandes aeródromos como el de Barajas, afectado también por un problema de escasa visibilidad. Los aeropuertos de Aragón y Navarra también resultaron afectados por las medidas de prevención. La alerta sorprendió incluso a algunos vuelos en el aire, como un Palma-Ibiza de Iberia y otro Ibiza-Palma, cuya duración es de unos 20 minutos, informa Lucía Bohórquez.
En torno a las doce del mediodía, en el aeropuerto de Barcelona-El Prat se hacía muy evidente el colapso producido tanto en las salidas como en las llegadas de aviones después del cierre. En el Prat había ayer 759 operaciones programadas y solo en la mañana 157 vuelos de pasajeros y carga se vieron afectados por retrasos. De ellos, 66 con una demora superior a 15 minutos.
En el aeropuerto de GironaCosta Brava hubo dos operaciones con un retraso de hora y media. El caos agravó el descontrol ocasionando por la segunda jornada de huelga de tripulantes de cabina de Vueling. Cristina Tejera aterrizó ayer en Barcelona, procedente de A Coruña con más de una hora de retraso respecto al horario previsto: “Hemos dado muchas vueltas por encima de Barcelona. Hemos aprovechado y hemos visto el paisaje. Cuando me han dicho lo del cohete lo primero que he pensado es que ya nos estaba atacando Putin”, destacaba Tejera con una sonrisa en los labios.
Lluís Miquel Orta viajaba por la mañana desde Palma a Barcelona. “Cuando hemos subido al avión nos han tenido una hora y 30 minutos dentro y con el aparato parado. El comandante nos ha dicho que el vuelo estaba afectado por un cohete chino y todos nos hemos puesto a reír”. El retraso quedó para muchos en una verdadera anécdota.