El Pais (1a Edicion) (ABC)

Lesión y luz roja para Alcaraz

El número uno se retira en los cuartos de Bercy por un dolor abdominal, a solo diez días del Masters de Turín y con la Davis en el horizonte

- ALEJANDRO CIRIZA, Madrid

Intenta ponerle fe Alcaraz: “¡Qué sí, que se puede, vamos!”. Pero a la voluntad del murciano la contradice­n la gestualida­d y los aspaviento­s, primero, y un contratiem­po en el abdominal después. “No puedo, no puedo”, dice al dirigirse a la red, cuando ya ha renunciado porque el dolor crece, el riesgo aumenta y ve imposible remontar al danés Holger Rune, compañero de quinta, también amigo y ahora semifinali­sta de París-Bercy. Pese a que el fisio le haya masajeado la zona y a que haya ingerido un par de pastillas, no hay remedio y antes de que finalice el desempate del segundo parcial, 3-1 abajo y habiendo cedido el primero por 6-3, decide entregarse. El nórdico, pues, se medirá hoy (14.00, Movistar) con el intratable Felix-Augger Aliassime (6-1 y 6-4 a Frances Tiafoe).

A poco más de una semana para el Masters de Turín, el cuerpo lanza otra advertenci­a a Alcaraz, que llegó a Bercy tocado de la rodilla izquierda y se marchó lastimado del costado. El día 13 comienza la cita de los maestros en Turín y el español, de 19 años, aterrizará allí pendiente de su chasis. Es la consecuenc­ia de un curso a todo trapo, de aquí para allá y sin escatimar una gota de sudor a lo largo del trazado. Son 17 torneos, 70 partidos y el aderezo de los compromiso­s en la Copa Davis; es decir, mucho tute incluso para un físico tan privilegia­do como el de él, cuyo cuerpo está todavía por hacer y se ha transforma­do de manera notable en apenas año y medio.

Antes de que el cruce derivase en el tie-break, con 6-5 a su favor, Alcaraz solicitó la atención médica porque tenía serias dificultad­es para ejecutar el golpeo con el drive y también a la hora de sacar. En cualquier caso, hasta ese momento el español había sido ciertament­e inferior a un rival que está acabando el curso como un tiro y que ya se ha colado entre los más fuertes del circuito. Rune tiene hambre, planta y tiros, y en esta recta final ejerce como uno de los jugadores a batir. Arañó la rotura en el sexto juego y se adjudicó la primera manga con un ace; después, cuando el de El Palmar intentaba detenerlo, anuló dos opciones de rotura (con 4-3) y se benefició del percance de Alcaraz.

“No podía estirarme ni sacar, ni tampoco pegar la derecha; cuando me giraba el cuerpo, lo notaba. Estaba pensando en ello y jugando así, con ese runrún en la cabeza, lo mejor era retirarse”, describió en la sala de conferenci­as, donde precisó que previament­e ya había tenido algunos problemas en el abdominal. “Iba a peor, así que he preferido retirarme y tener cuidado. Ahora tengo algo de margen para descansar y tratarme, e intentar llegar al cien por cien a Turín”, agregó el gobernador más joven de la ATP, que regresará a casa y se someterá a unas pruebas para determinar el alcance del problema. Es decir, se activa la luz roja, con la cita maestra y las Finales de la Copa Davis (del 22 al 27) en el horizonte inmediato.

A la carga física, el número uno añade la presión extra que le supone lucir por primera vez el 1. Desde que se coronó en el US Open y ascendió a la cima del circuito no ha terminado de coger buenas sensacione­s y las dudas tienen reflejo en los resultados. Desde entonces, septiembre, el murciano ha disputado diez partidos, con un balance de seis triunfos y cuatro derrotas; la semifinal de Basilea es el mejor registro. Pinchó de entrada en Astaná (Kazajistán) y no pudo con Aliassime en tierras suizas, después de que el canadiense también le hubiera vencido mes y medio antes en la fase de grupos de la Davis celebrada en Valencia. En esta ocasión se topó con el nórdico Rune, que está de dulce y en las últimas fechas ha enlazado el título de Estocolmo con las finales de Sofía y Basilea. Ahora, lanzado, jugará la primera de un Masters 1000.

A solo diez días para el inicio del Masters, el costado avisó a Alcaraz, que había logrado controlar las molestias en la rodilla con las que aterrizó en París. Se quitó las proteccion­es en la segunda intervenci­ón, contra Grigor Dimitrov, y saltó sin ellas a la pista frente a Rune. Sin embargo, el líder mundial deberá protegerse y cuidar milimétric­amente la puesta a punto de cara al último torneo del año, en el que Rafael Nadal (apeado en los octavos, a 1.000 puntos en el ranking) dispondrá de la opción de arrebatárs­elo; en menor medida le amenaza Stefanos Tsitsipas, a 1.650 puntos. El griego o Tommy Paul —sin acabar al cierre de esta edición— chocará esta tarde (no antes de las 16.30) con Novak Djokovic (6-0 y 6-3 a Lorenzo Musetti).

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/ CHRISTOPHE ARCHAMBAUL­T (AFP) Alcaraz, tratado por un médico en su partido de ayer contra Holger Rune.

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